El calvario del incremento salarial en Bolivia

Se avecina el festejo del 1� de Mayo y con ello un nuevo dolor de cabeza para las empresas que producen, comercian y prestan servicios en el marco de la legalidad y la formalidad, ya que con motivo de tal celebraci�n, se anuncian prerrogativas para la �clase trabajadora� -curiosa denominaci�n, por cierto- como si quienes en verdad lo arriesgan todo en beneficio del pa�s -su capital, su patrimonio y hasta su salud- no trabajaran.

La otrora gloriosa y hoy venida a menos Central Obrera Boliviana (COB), como estila hacer cada a�o, entreg� ya su pliego petitorio al gobierno con una aspiraci�n de incremento del 8% al salario m�nimo nacional y 7% al b�sico, diferenci�ndose de los l�deres de la combativa COB de antes, que no solo ped�an aumento, sino tambi�n, pol�ticas de reactivaci�n en funci�n del pa�s, no como ahora, que su actuaci�n y c�lculos pol�ticos s�lo tienen que ver con agradar a sus bases.

Como era de esperar, tal irracionalidad, a la luz del desempe�o econ�mico del 2023, cuando no hubo segundo aguinaldo por el magro crecimiento, y el hecho que organismos internacionales vaticinan que este a�o el PIB podr�a crecer menos del 2%, varios sectores elevaron el grito al cielo. El sentir del empresariado es que el incremento planteado es desproporcionado, tomando en cuenta la baja inflaci�n y el bajo crecimiento del 2023, advirtiendo que afectar�a a la inversi�n y el empleo, al encarecer el producto nacional, favoreciendo al contrabando que compite ilegal y deslealmente al no pagar tributos, de ah� que hasta plantearon �congelar� los salarios en 2024.

Hay que recordar que en 2023 el incremento salarial determinado por el gobierno fue del 5% al m�nimo y 3% al b�sico, considerando la inflaci�n del 2022 que lleg� al 3,12%; de ah� que, siendo que la inflaci�n del pasado a�o fue del 2,12% de ninguna manera corresponder�a siquiera repetir el incremento del 2023.

Es bueno traer a la memoria, tambi�n, que el incremento salarial obligatorio solo se aplica a las empresas legalmente establecidas, en un pa�s en el que seg�n organismos nacionales e internacionales, la informalidad se campea a tal punto que, entre el 80% y 85% de los empleos se dan en tal situaci�n, por lo que quienes tienen que competir contra empresas que no pagan altos tributos ni tienen r�gidas obligaciones sociales, lo hallan injusto y alzan su voz de reclamo.

Con relaci�n a esto �ltimo, est� la preocupaci�n del efecto �en cascada� que produce el aumento salarial, pudiendo llegar a significar una carga superior al 40% para el empleador, sin que suba en igual proporci�n la productividad del trabajador o las ventas para generar los recursos adicionales necesarios, al subir tambi�n las obligaciones sociales como son los aportes patronales para salud, aguinaldo, jubilaci�n, bono de antig�edad, pago de feriados y dominicales, primas, entre otros, pudiendo ocasionar, como consecuencia, la reducci�n del empleo formal y el cierre o mayor informalizaci�n de las empresas para poder sobrevivir.

La baja din�mica econ�mica, la tendencia a un menor crecimiento, la escasez del d�lar y su encarecimiento, el mayor costo de los insumos importados, el grave impacto del cambio clim�tico en el agro y la agroindustria, la ca�da de los precios internacionales de los bienes de exportaci�n, el desborde del contrabando y la informalidad, la inestabilidad pol�tica que vive el pa�s, entre otros, configuran un escenario adverso para pensar en incrementos salariales.

Bolivia, es miembro de la Organizaci�n Internacional del Trabajo (OIT) desde 1919, habiendo ratificado 50 Convenios con recomendaciones fundamentales para que el remedio no resulte peor que la enfermedad y un buen deseo no termine perjudicando a los trabajadores. As�, en materia salarial, la cl�usula 21 del Di�logo Social y el Tripartismo, sentencia que �no pueden lograrse t�rminos equitativos de empleo, condiciones de trabajo decente, seguridad y salud en el trabajo y desarrollo para el beneficio de todos sin la participaci�n activa de trabajadores, empleadores y gobiernos mediante el di�logo social�. Este di�logo, p. ej., deber�a llevar a flexibilizar la legislaci�n laboral para que los j�venes, universitarios, madres solteras, etc. trabajen por horas, sin generar sobrecostos laborales, con lo que ganar�an todos, como pasa en muchos pa�ses.

Es de esperar que, cumpliendo con la fe del Estado comprometida ante la OIT, el proceso tripartito gobierno-empresarios-trabajadores pueda darse, para que lo que se decida no sea una imposici�n derivada de una decisi�n unilateral o un acuerdo bilateral, sino, m�s bien, de un di�logo donde se escuche al trabajador pero, tambi�n, al empleador, para que prime la sensatez, la prudencia y, sobre todo, la empat�a de gobernantes y trabajadores, hacia quienes lo arriesgan todo al invertir en procesos productivos, comerciales y de servicios. De no ocurrir esto, un aumento igualitario y obligatorio ser�a discriminatorio, al darse un trato igual a los diferentes o un trato diferente a los iguales...

(*) Economista y Mag�ster en Comercio Internacional