Viernes 12 de diciembre 2025

Deshojando margaritas



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Ganamos no porque somos muy buenos, el oponente es muy malo, es una expresin gobiernista, y con sobrada razn. El contrapeso al poder es tan inconsistente que ante cualquier ventisca se desparrama, lleva emblemas de tantos colores como intereses le dominan, no puede ponerse de acuerdo en las jugadas cuando se trata de accin; inclinado a coaliciones en veces puede ceder algo pero quiere mucho de vuelta. Pretencioso y ensimismado, a pesar de tener poco, ninguno tiene su "Benjamn" a quien encargarle la sucesin. "Cuando nosotros jugamos mal, ellos (la oposicin) juegan peor, es tan inorgnica y endeble que la tenemos a mal traer".

En repetidas ocasiones se ha dicho que para alcanzar buenos resultados es indispensable el voto rural, para unos, y el voto urbano para otros. Ocurre que la comunidad emocional rural y urbana son distintas. Los rurales son ajenos a los dlares, sus necesidades son diferentes a los industriales y comerciantes. Aquellos (recordando que suman un par de millones) no necesitan moneda extranjera ni viven pendientes del tipo de cambio. El viviente rural tiene otros valores y necesidades: la lluvia, el sol y los ros son lo que le apremia, la sequa le preocupa ms que la eleccin de magistrados. Las promesas electorales sern tractores, semillas, sistemas de riego, abonos, buen precio para sus productos, movern las emociones rsticas para conseguir votos.

El votante urbano es ms racional y analista, con l funciona la lgica, aunque en ocasiones es proclive a creer en cantos de sirena, es de quien se que dice que no tiene memoria; inclinado a escuchar encendidas promesas aunque sabe de antemano que no se van cumplir, pendiente de la publicidad y de las concentraciones masivas, es en realidad un ser paradjico. Sus emociones motivantes de voto son los de la burguesa comn, donde la proteccin del Estado, el empleo y el nivel de bienestar son dominantes en la conceptualizacin de valores.
El voto rural fue siempre cautivo, al inicio fue del MNR luego sigui Barrientos Ortuo, y ahora es del MAS. No conseguir el voto rural es desde ya resignar la victoria, procurando en tal caso como mejor opcin el balotaje, y una decorosa brigada parlamentaria.

Proselitismo trillado para dos escenarios distintos, mostrando las opciones para los candidatos (de izquierda o derecha) y sus organizaciones polticas que les respaldan, donde algunos ya trabajan sus campaas mientras que otros prefieren esperar. (Estn perdiendo tiempo jugando a la del avestruz).

Estar en armona con la madre naturaleza es para los agroindustriales desmontar (lase arrasar con la arboleda), sembrar, rociar de fertilizantes...dicho de otra manera: explotar la tierra. Mientras que el pblico rural honra la pachamama, le ofrece inciensos y q'oas para lograr buenas cosechas y que su ganado multiplique. Otro grupo en disputa es el de la clase media cuya cuanta aument en los recientes aos, irrumpiendo en el escenario econmico nacional, creciendo en su patrimonio; notorio por su nimo arribista est disponible para la derecha o la izquierda, donde los candidatos buscarn simpata, amistad y votos, donde comenzar hoy es tarde, mientras que otros se obstinan en no empezar; quiz en el fondo prefieren no ganar? (Cmo componer la economa destrozada, cmo enfrentar un bloqueo de la oposicin cocalera y una huelga cobista, despus del despido a 100 mil supernumerarios (necesario para revertir el dficit fiscal) y enfrentar paros y huelgas.

Muy bravo es el toro seores!

Por un lado el movimiento obrero y por otro la mayora parlamentaria han puesto en vilo los impulsos del presidente Milei, en otras palabras ir de segundo al balotaje puede resultar una aplicacin fallida al momento de jugar a la democracia en el parlamento. Muchos dicen que habr nuevo mandatario de derecha, otros apuestan que seguir la izquierda.

Entretanto, seguiremos deshojando margaritas: izquierda derecha, izquierda derecha...

*Periodista