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Ao 2024, es la sensacin existencial que reconstruye vivencias en ese trance inevitable, el instante prfugo donde bregan los minutos, que viajan vertiginosos, para volverse pasado, estn tus obras, estn tus aos, est tu existencia. Ayer fue un ao, pero en instantes -un refocilo es ms largo- ya es otro. Sin embargo no es distinto, un da seguir al otro a travs de la oscuridad, la luna se impondr al sol, y llegar un nuevo da cuando el sol borre a la luna. Al cabo, el mundo est de acuerdo, as que tenemos un nuevo almanaque.
El futuro ser nuestra eleccin, aquello que decidamos en cada repentino trance, porque hoy estamos aun mirando el vaco, pergeando los tiempos siguientes, y saber que no depende solamente de nosotros, depende en mucho de los dems. Habr necesidades, intereses y preocupaciones.
Ao 2024, un futuro que es esencialmente esperanza, es la esencia del porvenir, el prodigio del tiempo que se abre cada da con sorpresas, y la expectativa propia de que sea bueno, mejor que el ayer. Imposible olvidar el ao viejo que trajo y se llev de todo, dej un bagaje de preocupaciones (este pas est lastimado) y desteidas esperanzas (la inflacin ser controlada y los carburantes mantendrn su precio). Pero eso no es todo, preocupa la seguridad propia, de los nuestros y los bienes; imposible olvidar cmo algunos se inmiscuyeron en nuestras vidas con promesas de un vivir bien, inducidos nada ms por la ambicin del poder permanente, asegurando con desvergenza que se har maana -como compromiso- lo que no quisieron hacer ayer -que fue promesa- todo eso est bien guardado en el ayer.
Enervante la perorata "el gobierno est derechizado", inquietantes las tomas de tierras, la angustia de soportar bloqueos por cualquier motivo, los artilugios en el rgano Judicial y la prfida embestida a la institucionalidad. A pesar de todo eso, y entrando a un nuevo ao, arriesgamos una propuesta.
De esta confusin entre el reciente pasado y las ansas de vivir mejor animaramos acaso empezar con otro juego, dando luz al optimismo y la ilusin, abandonaramos el pesimismo, apostatando que no habr frustracin, dejaramos entonces la resignacin paralizante para aceptar la propuesta? Significa entre otras promesas dar mnima importancia, por ejemplo, al discurso maligno y encubierto que presenta las cosas tan de mala manera que nos recuerda el oficio de un mago ilusionista, astuto y encantador. Asimismo, regar con desprecio al espinar parlamentario, escuchar como si nada, darle el valor de pigricia a las continuas cantaletas perniciosas, repetidas como estribillos en la lnea del desprestigio al oponente poltico.
Son muchos los hechos que involucran la apuesta, que para ser sinceros, algunas ser preferible exonerar desde ahora, entre ellas: disponer de ms dlares, erradicar el contrabando y el narcotrfico. Las Reservas Internacionales Netas no aumentaran en mucho tiempo. Visionarios como somos debemos entender tambin que el simulacro de reuniones con empresarios, es parte de una estrategia malvada para acercarse a los privados y tenerlos entibiados, mientras avanza la creacin del centenar de empresas para "sustituir importaciones".
Tal panorama activa la perturbacin, no es pequea la pldora que tenemos que tragar si queremos ser ciudadanos comprensivos, cambiar de actitud y ser como le gustara que seamos el mandatario y sus ministros. Propuesta ahora como estn las cosas? Ms bien parece un resabio de Ao Nuevo, un tufo de Navidad. Acaso?
Los ensueos para que este pas mejore y salga de su desventura nos mantienen ansiosos, con la sensacin de estar frente a quimeras, esperando imposibles. Sentimos profundo desprecio por los agravios a las leyes y las instituciones, as como para sus causantes; vivimos vulnerables en medio de la indefensin. Augurio de mejores tiempos es nuestro latir cotidiano; a pesar del hasto de los aos, respirar profundo y hacer el de la vista gorda. Remorder la conciencia si aceptamos la propuesta?
Aunque por otro lado, el ciudadano corriente y el empresario racional hacen suyo el dicho: "lo ltimo que se pierde es la esperanza".
*Periodista.