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- 2025-03-16
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Apple, Microsoft y Google anuncian una nueva era de lo que describen como teléfonos inteligentes y computadoras con inteligencia artificial. Dicen que estos dispositivos automatizarán tareas como editar fotos o felicitar a un amigo por su cumpleaños.
Sin embargo, para que eso funcione, estas empresas necesitan algo de ti: más datos.
En este nuevo paradigma, tu computadora con Windows hará una captura de pantalla de todo lo que hagas cada pocos segundos. Un iPhone recopilará información de todas las aplicaciones que utilices. Y un teléfono Android podría escuchar una llamada en tiempo real para alertarte de una estafa.
¿Estás dispuesto a compartir esta información?
Este cambio tiene importantes implicaciones para nuestra privacidad. Para ofrecer los nuevos servicios, las empresas y sus dispositivos necesitan un acceso a nuestros datos más persistente y profundo que antes. En el pasado, la manera en que utilizábamos las aplicaciones y consultábamos archivos y fotos en teléfonos y computadoras estaba relativamente aislada. La IA necesita una visión de conjunto para relacionar lo que hacemos a través de aplicaciones, sitios web y comunicaciones, aseguran los expertos en seguridad.
“¿Me siento seguro dando esta información a esta empresa?”, preguntó Cliff Steinhauer, director de la National Cybersecurity Alliance, una organización sin fines de lucro centrada en la ciberseguridad, sobre las estrategias de IA de las empresas.
Todo esto sucede porque hace casi dos años ChatGPT, de OpenAI, puso patas arriba la industria tecnológica. Apple, Google, Microsoft y otras empresas han revisado desde entonces sus estrategias de producto, invirtiendo miles de millones en nuevos servicios bajo el término paraguas de la inteligencia artificial. Están convencidos de que este nuevo tipo de interfaz informática —que estudia de manera constante lo que haces para ofrecerte ayuda— se convertirá en indispensable.
Según los expertos, el mayor riesgo potencial para la seguridad de este cambio se deriva de una sutil transformación en el funcionamiento de nuestros nuevos dispositivos. Dado que la IA puede automatizar acciones complejas —como eliminar objetos no deseados de una foto—, a veces requiere más potencia de cálculo de la que pueden manejar nuestros teléfonos. Eso significa que una mayor parte de nuestros datos personales quizás tenga que salir de nuestros teléfonos para ser tratados en otro lugar.
La información se transmite a la nube, una red de servidores que procesan las solicitudes. Cuando la información llega a la nube, puede ser vista por otros, incluidos empleados de la empresa, malos actores y agencias gubernamentales. Y aunque algunos de nuestros datos siempre han estado almacenados en la nube, nuestros datos más personales e íntimos que antes eran solo para nuestros ojos —fotos, mensajes y correos electrónicos— ahora podrían ser conectados y analizados por una empresa en sus servidores.
Las empresas tecnológicas afirman que han hecho todo lo posible para proteger los datos de los ciudadanos.
Por ahora, es importante entender qué ocurrirá con nuestra información cuando utilicemos herramientas de IA, así que obtuve más información de las empresas sobre sus prácticas de datos y entrevisté a expertos en seguridad. Esperaré a ver si las tecnologías funcionan lo suficientemente bien antes de decidir si vale la pena compartir mis datos.