Loading
El pais está muerto y ahora estamos haciendo la autopsia, dijo el presidente Rodrigo Paz, pero no ha informado todavía del resultado de ese examen, quizá porque fue hecho ante todo el país.
El diagnóstico sobre la muerte del país partía de la certeza de que todas sus instituciones están sin funcionar, como ocurre con todos los órganos de un cadáver.
Con el occiso sobre la mesa de operaciones llegó la sugerencia, en tono de orden, de revisar la justicia, un órgano que podría ser tomado como el corazón de todo el sistema democrático.
Un fiscal cumplió la orden y, usando un caso de corrupción del gobierno pasado, ordenó la aprehensión del expresidente Luis Arce,
Los expertos que hacían la autopsia se preguntaron entonces qué pasaría con esa orden, quién la cumpliría, porque la policía acababa de proclamar que no tenía tiempo para hacer aprehensiones, porque en sus archivos firguraban como 1.800 pendientes.
Lo había dicho a propósito de tres órdenes de aprehensión dictadas anteriormente contra otro expresidente, Evo Morales, acusado de tráfico de personas y pedofilia.
¿Tendría la policía la voluntad de cumplir esta orden, sabiendo que tiene tantas en lista de espera?
Para sorpresa de unos examinadores y satisfacción de otros, este otro segundo órgano del occiso mosatró que estaba funcionando y procedió a la detención muy aprisa.
Hasta ahora, la autopsia había comprobado que dos órganos del occiso estaban funcionando, lo que podía ser una señal de que la resurrección es posible.
Lejos de la mesa de operaciones, el gobierno se propuso hacer algunos avances en la autopsia. El presidente, en persona, ordenó a las FFAA reponer la soberanía nacional en aquellos territorios del país donde no se aplican las leyes de la república.
Lo ordenó cuando tomaba juramento a los nuevos comandantes del alto mando militar, hablando como capitan general de las Fuerzas Armadas.
Tres semanas después de lanzada esa orden, los militares no han cubierto los huecos que tiene la soberanía nacional, comenzando por el principal, en el departamento de Cochabamba.
Esto da un panorama completo de la autopsia.
• Hay dos órganos vitales del país que funcionan, respiran, pero están al servicio de un poder político ajeno a la soberanía nacional.
La justicia y la policía siguen al servicio de un expresidente que se propone arrebarle a Bolivia amplios territorios comprendidos por el narcotráfico.
• Y hay un órgano vital cuya función es mantener intacta la soberanía nacional, como hizo en 1967, cuando derrotó a un grupo armado decidido a dividir al país. Y lo está pensando.
Siglo21bolivia.com