Sábado 19 de julio 2025

A ver si aguantan



1718 vistas

El narco mayor no cree que pueda durar mucho un gobierno que desplace al MAS del poder, una posibilidad que anuncian las encuestas que no toman en cuenta al fraude.



"A ver si aguantan", ha dicho, en el mismo tono que el ejército chileno pudo haber usado después de sembrar 250.000 minas antipersonales en la frontera en 1978: a "ver si pasan".



Sabe el comandante del ejército de mercenarios del narco que desde 2006 todo ha sido destruido en Bolivia por su mandato de matar la economía legal para reemplazarla por la ilegal.



Ahora, según proclama su jefe de campaña, el uruguayo Sebastián Marset, el narcotráfico puede sostener la economía Bolivia, o lo que quede de Bolivia.



Pero algo falló en esta estrategia política, porque la crisis provocada por el MAS ha estallado cuando todavía ese partido está en el gobierno, si vamos a llamar gobierno al de Luis Arce.



Es probable que los ideólogos de la transnacional del crimen organizado hayan previsto que Bolivia dejaría de existir si la sometían durante diez años a la maquinaria de demolición.



En este momento, como es público y notorio, lo que tenemos es un Estado fallido, pero lo que esperan los estrategas es que llegue el momento del descontrol total, como ocurrió en Somalia en 1991, que muy rápido se convirtió en un territorio disputado por mafias de todas las especialidades.



Quizá se pueda decir ahora que ese objetivo está muy próximo, si se observan los hallazgos causales hechos por la policía sobre cómo la cocaína ha dejado de ser monopolio en la industria del narcotráfico.



Ya se tiene una mafia de la cocaína, con su comandante y narco mayor, y ahora nos enteramos de que la marihuana andina le hace competencia, con el detalle de que los capos son colombianos.



Hay otros elementos que muestran la llegada del momento en que el país se convierta en un territorio donde pululan las mafias de todos los colores, como en Somalia.



La división que se da en las FFAA es algo muy notorio, sobre todo después del asesinato de un comandante dentro de los predios del regimiento que dirigía en Montero.



Tan eficientes son los que manejan este proyecto que ese asesinato ha sido olvidado de inmediato, mientras el narco mayor sigue diciendo que tiene el respaldo de 80% de los militares del país.



Por lo tanto, la sospecha del engendro del mal tiene sustento. Es poco probable que un gobierno que desplace al MAS pueda sobrevivir ahora que el país agoniza.



Siglo21bolivia.com