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La oposicin es el contrapeso al poder. El poder total es signo de autocracia, tirana, fascismo, que recurre al control corporativo del Estado; es el uso de la violencia para la supresin del disenso (ejemplos encontramos en Cuba, Venezuela y Nicaragua). En estos gobiernos los ciudadanos que protestan son detenidos, juzgados, encarcelados y extraditados.
En estos pases se niega cualquier visibilidad a la oposicin: es la peligrosa enemiga que atenta contra la seguridad del Estado, entrando bajo la sombra del "golpe" que pretende derrocar al gobierno; o comete acciones que ponen en peligro la seguridad nacional; es as que, de cualquier manera, argumentos sobran para desmantelarla, y luego aniquilarla.
La democracia no es solamente el voto, sino tambin la capacidad que debe tener un pueblo para limitar al gobierno el dao que pueda infringirle al pas. Un mal gobernante es aquel que no respeta la independencia de poderes, que manda solapadamente sobre el poder electoral, sojuzga sin disimulo al legislativo y coopta la organizacin judicial. Una buena gobernanza no es solamente analizar la balanza comercial positiva, el ndice de pobreza o la baja inflacin.
Por supuesto que no hay sistema de gobierno perfecto, pero ser mejor cuando permita la plena vigencia de las estructuras institucionales, es decir los contrapesos para exigirle al poder que cumpla y haga cumplir la ley. Un gobierno es imperfecto sino tiene oposicin, y autorizados politlogos opinan que un buen gobernante debera promover que la oposicin exista, y sea un balance en su gestin.
Analizando el caso boliviano, se ve muy claro que no existe oposicin, y eso viene desde hace mucho tiempo; la una, la parlamentaria, est tibia, opaca e inactiva, en la realidad est sometida a la mayora oficial; y del mismo modo la otra, la que nace del pueblo usando su derecho a protestar en accin pblica, enseguida el gobierno declara que se prepara un "golpe de estado", y as, del modo ms prosaico, conjura la situacin. De tal modo que, con el paso del tiempo, se ha instalado en el colectivo el temor: un estado de nimo donde se evitan algunas cosas por ser arriesgadas y peligrosas. Es de esa manera que el gobierno anula a la oposicin, y considera su misin cumplida, cuando lo consigue.
Esa es la situacin boliviana, un tiempo fue el terrorismo, ahora es la figura del golpe de estado del 2019, hubo siempre una razn autoritaria, en extremo invalidante, para anular el derecho a protestar.
Apresar al gobernador fue uno de los agravios ms duros para Santa Cruz, y los ciudadanos poco pudieron hacer, parecen esquivos o impotentes para cualquier accin. Ahora, el motivo es el paro de 36 das, y la accin judicial fue iniciada, involucrando al rector de la universidad que anticip postularse en la prxima eleccin. Est dentro de los posibles activar un juicio contra cualquier persona de quien se diga que va a candidatear.
Como se ve, no desistir en su propsito de continuar anulando a la oposicin, y cuando no le alcanza la trama porque la oposicin se desborda, recurre a la represin para contener, detener y castigar usando sin escrpulo a la justicia, que actuar con audacia, dejando constancia de su alevosa severidad. La represin poltica es sinnimo de intolerancia y discriminacin, aplicada acerbamente, hasta cohibir cualquier intento de reincidencia por el opositor.
Las acciones que sigue el gobierno para borrar a la oposicin, van ms all de ser reacciones espontneas, son el resultado de estrategias urdidas por asesores: socilogos, psiclogos y expertos en comportamiento socio-poltico de la sociedad en sus diferentes estratos.
La autntica democracia es la que convive con la oposicin, la gobernanza debiera tolerar, y la sociedad saber construirla.
Los bolivianos no son sumisos, tampoco resignados, solamente que no alcanzan a estructurar (salvo pocas ocasiones) una oposicin permanente, activa y eficaz.
* Periodista