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- 2024-12-05
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Restos fósiles de un renacuajo que habitó el planeta en el Jurásico Medio, hace unos 165 millones de años, fueron hallados en el sur de Argentina, reveló la revista científica Sinc.
Se trata de un espécimen único en el mundo, que tiene entre 168 y 161 millones de años de antigüedad, y que arroja luz sobre la evolución de las ranas y los sapos.
Fue encontrado en enero de 2020, mientras buscaban restos de dinosaurios, en la estancia La Matilde, al noreste de la provincia de Santa Cruz, en la región de la Patagonia.
Este descubrimiento "revela aspectos fundamentales sobre la evolución del ciclo de vida de los anuros, grupo que incluye a ranas, sapos y escuerzos", dijo Mariana Chuliver, investigadora de la Fundación de Historia Natural Félix de Azara (Universidad Maimónides, Argentina) y primera autora del estudio publicado este miércoles en la revista Nature.
El fósil, de unos 16 centímetros, fue hallado sobre una piedra en excelente estado de preservación, lo que permitió a los investigadores concluir que la morfología de los renacuajos ha permanecido casi sin cambios durante los últimos 160 millones de años.
El animal pertenece a una especie conocida como 'Notobatrachus degiustoi', antecesora de los anuros modernos, un grupo de anfibios sin cola muy diversos de los que se conocen alrededor de 4.200 especies vivientes, distribuidas en todo el mundo.
🔎🐸 Sorpresa jurásica: descubren el renacuajo más antiguo conocido. En el sur de Argentina, científicos hallaron un fósil de 165 millones de años que arroja luz sobre la evolución de las ranas y los sapos.
— SINC (@agencia_sinc) October 30, 2024
✍ Por @fedkukso https://t.co/drf46Egi0u pic.twitter.com/ZDwXXCrhEs
Hallazgo fortuito
La aparición del renacuajo fosilizado fue casual. Un grupo de científicos de Argentina y China estaban por la zona buscando restos de dinosaurios, en especial aves jurásicas que suelen ser halladas en China y Alemania, pero que raramente son vistas en la Patagonia.
El paleontólogo argentino Matías Motta relató el momento: "Un día tomamos un descanso después de comer y caminamos a lo largo de un río seco", recordó.
"Nos sentamos y tomé una piedra que estaba a mi lado. La di vuelta y fue entonces cuando advertí una serie de pequeñas vértebras articuladas y un contorno negro formando una especie de cola. Se lo mostré a mis compañeros y nos dimos cuenta de que se trataba de un renacuajo fosilizado que incluía huesos, los ojos y la cola del animal", añadió.