Socialistas… ¡clamando a Dios! (ahora, para que no llueva)

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Isaias4115@hotmail.com 
�No resultan curiosas las repetidas invocaciones p�blicas a Dios escuchadas en dos pa�ses que hablan de las bondades del �socialismo�? Si en febrero pasado fue la compa��a estatal Electricidad del Caron� de Venezuela, quien habr�a convocado a sus trabajadores a realizar un �clamor a Dios� para que el Creador haga llover y puedan subir las aguas en las represas para generar mayores vol�menes de energ�a el�ctrica, en abril fue el propio Presidente Luis In�cio Lula Da Silva quien habr�a dicho que solo quedaba pedir a Dios que deje de llover en el Brasil a fin de que cesen las desgracias que sufre su gente por el exceso de agua.

En el caso de Venezuela, donde se patrocina el �socialismo del Siglo XXI�, el problema es la grav�sima carencia de agua que ha llevado a su gobierno a declarar �feriado nacional� por toda una semana (la Semana Santa m�s larga de la historia) para ahorrar energ�a el�ctrica, as� como a extender la �emergencia energ�tica� por seis meses desde abril. En lo que hace al Brasil, su gobernante, Presidente del Partido de los Trabajadores (de discurso marxista) se alinea con un �socialismo democr�tico� (al mismo tiempo que elogia y defiende el r�gimen cubano y tolera muy bien el �socialismo del Siglo XXI�), la situaci�n es al rev�s: Rio de Janeiro ha enfrentado en abril lo que la BBC de Londres llam� "la peor tormenta de la historia" con m�s de 100 personas fallecidas por el temporal, que ha provocado deslizamientos de tierra y derrumbes de casas en zonas pobres. Otras regiones tambi�n registraron p�rdidas humanas por las severas lluvias, pero Rio de Janeiro �la capital del turismo y el placer- fue la m�s castigada.

PREOCUPACI�N EN BRASIL: HAY QUE �ORAR� A DIOS�

Brasil, que hasta hace poco festej� hasta las l�grimas el haber sido nominado como sede del Mundial de F�tbol del 2014, y de los Juegos Ol�mpicos del 2016, se halla preocupado por lo que est� sucediendo en una de las sedes, Rio de Janeiro.

Lula da Silva �defensor del �socialismo del Siglo XXI�- con el tono reflexivo y el pragmatismo que ha caracterizado su ejercicio de la Presidencia, seg�n BBC Mundo habr�a declarado lo siguiente, con fines esperanzadores: "No llueve todos los d�as, tampoco hay terremotos todos los d�as en Chile y Hait�. Usualmente junio y julio (cuando se realizar�n los dos eventos deportivos) son meses m�s tranquilos". Y, remat� con una sentencia para la historia: "�lo �nico que podemos hacer en este momento es pedirle a Dios para que haga cesar la lluvia�".

SEQU�A, COMO EN LOS TIEMPOS DE EL�AS

Cuenta la Biblia que el rey Acab �que rein� sobre Israel veintid�s a�os- �hizo lo malo ante los ojos de Jehov��, pues no solo �le fue ligera cosa andar en pecado�, sino que tom� por mujer a una princesa sidonia �Jezabel- e hizo un altar para servir y adorar a un dios cananeo, Baal (dios de la lluvia y de la guerra, parte de cuyo culto consist�a en org�as desenfrenadas y sacrificios de ni�os). No contento con ello, tambi�n hizo una estatua a la diosa de la fertilidad �Asera, el complemento femenino de Baal, una parte esencial de cuyo culto era la prostituci�n-provocando a ira al Dios de Israel (1 Reyes 16: 29-34).

Fue entonces cuando el profeta El�as entr� en escena, y por mandato de Dios dijo a Acab: �Vive Jehov� Dios de Israel, en cuya presencia estoy, que no habr� lluvia ni roc�o en estos a�os, sino por mi palabra� (1 Reyes 17:1). A continuaci�n, El�as �por orden de Dios- se escondi� para evitar cualquier represalia por parte del rey.

Pero Acab, apartado de Dios como estaba y muy seguro de que lo que hac�a era bueno, probable pens� que tal predicci�n era una excentricidad de El�as y hasta pudo haberle provocado risa. Adem�s, si una cosa as� ocurriera, su confianza estaba en que pod�a acudir a sus �dolos �Baal y Asera- as� como a su esposa Jezabel (la hechicera que destru�a a los profetas de Jehov�), para solucionar dicho problema (2 Reyes 9:22; 2 Reyes 18:4).

Para desgracia de Acab y del pueblo de Israel, en cumplimiento de la profec�a sobrevino una grave sequ�a y una hambruna por tres a�os y medio, por la falta de lluvia. Acab busc� por cielo y tierra a El�as, pero �ste nunca pudo ser hallado.

LLUVIA, COMO EN LOS TIEMPOS DE EL�AS

Pasados tres a�os y medio, Dios mand� a El�as presentarse ante Acab dici�ndole que har�a llover nuevamente, as� lo hizo y as� aconteci� (2 Reyes, Cap�tulo 18). Estando frente a frente El�as y el rey, se produjo este di�logo:

^��Eres t� el que turbas a Israel?�, le espet� Acab.

^�Yo no he turbado a Israel, sino t� y la casa de tu padre, dejando los mandamientos de Jehov�, y siguiendo a los baales�, contest� El�as pero adem�s le lanz� un in�dito desaf�o: ^�Env�a, pues, ahora y congr�game a todo Israel en el monte Carmelo, y los cuatrocientos cincuenta profetas de Baal, y los cuatrocientos profetas de Asera, que comen de la mesa de Jezabel�. Y as� se hizo.

Estando el pueblo de Israel reunido, El�as les reclam�: ��Hasta cu�ndo claudicar�is vosotros entre dos pensamientos? Si Jehov� es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de �l. Y el pueblo no respondi� palabra�. Entonces dijo El�as:

^�D�nsenos, pues, dos bueyes, y escojan ellos uno, y c�rtenlo en pedazos, y p�nganlo sobre le�a, pero no pongan fuego debajo; y yo preparar� el otro buey, y lo pondr� sobre le�a, y ning�n fuego pondr� debajo. Invocad luego vosotros el nombre de vuestros dioses, y yo invocar� el nombre de Jehov�; y el Dios que respondiere por medio de fuego, �se sea Dios. Y todo el pueblo respondi�, diciendo: Bien dicho�

Entonces los cuatrocientos cincuenta profetas prepararon un altar y pusieron el buey del sacrificio e invocaron fren�ticamente a su dios hasta el medio d�a, gritando y saltando cerca del altar, diciendo: �!Baal, resp�ndenos!� Pero, no hab�a respuesta.

El�as se burlaba de ellos, diciendo: �Gritad en alta voz, porque dios es; quiz� est� meditando, o tiene alg�n trabajo, o va de camino; tal vez duerme, y hay que despertarle�, porque el tal Baal, nunca encendi� la le�a para quemar el sacrificio.

Desesperados, los falsos profetas clamaban a grandes voces, sajando sus cuerpos con cuchillos y lancetas hasta chorrear la sangre sobre ellos, buscando obtener el favor de su dios. Pero, pasado el mediod�a y llegada la hora del sacrificio, no hubo ninguna voz ni quien les respondiese ni escuchase.

Entonces El�as edific� un altar con doce piedras -en el nombre de Jehov�- e hizo una zanja alrededor, prepar� la le�a, y cort� el buey en pedazos, y lo puso sobre la le�a. Hizo entonces llenar cuatro c�ntaros de agua, y orden� derramarlos sobre el holocausto y la le�a. Esto hizo repetir dos veces m�s, de modo que el agua remoj� todo y corr�a adem�s alrededor del altar, hasta llenar de agua la zanja.

Llegada la hora de ofrecer el holocausto, el profeta El�as invoc�: �Jehov� Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, sea hoy manifiesto que t� eres Dios en Israel, y que yo soy tu siervo, y que por mandato tuyo he hecho todas estas cosas. Resp�ndeme, Jehov�, resp�ndeme, para que conozca este pueblo que t�, oh Jehov�, eres el Dios, y que t� vuelves a ti el coraz�n de ellos�.

De repente cay� fuego de Jehov� desde el cielo, y consumi� el holocausto, la le�a, las piedras y el polvo, y aun lami� el agua que estaba en la zanja. Vi�ndolo todo el pueblo, se postraron y dijeron: �!Jehov� es el Dios, Jehov� es el Dios!�.

Seguidamente vino la consumaci�n del juicio: El�as hizo prender a los cuatrocientos profetas de Baal, y los degoll� a todos. Luego, subi� al monte Carmelo y postrado en tierra or� fervientemente a Dios, por lluvia. Y aconteci�, que los cielos se oscurecieron con nubes y viento, y se produjo la lluvia prometida.

La historia contin�a, con la nueva escapatoria de El�as a fin de salvar su vida, despu�s de ser amenazado por la hechicera Jezabel de que lo iba a matar al enterarse de la muerte de sus cuatrocientos cincuenta profetas.

A�os m�s adelante, Acab �que se hab�a humillado ante Jehov� y hab�a sido perdonado- morir�a en una batalla por cuenta de una flecha disparada al azar que entr� por un resquicio de su armadura. En lo que respecta a Jezabel �sta fue arrojada desde un balc�n, estrellada contra el suelo y su cad�ver fue devorado por los perros, como hab�a sido profetizado: �Y a Jezabel la comer�n los perros en el campo de Jezreel, y no habr� quien la sepulte� (2 Reyes 9:10). Literalmente, cuando fueron a buscarla para darle sepultura, no hallaron de ella sino su calavera, pies y las palmas de sus manos (2 Reyes 9:35).

REFLEXIONES FINALES

�Por qu� sobrevienen los males a los habitantes de un pa�s? Muchas veces, cuando la injusticia y el pecado del hombre han adquirido tal magnitud, que es por un juicio de Dios. Y es que, cuando hay una extrema necesidad, hasta los inconversos suelen acordarse de clamar o pedir a Dios siendo que sus dioses (sus �dolos, su religi�n, conocimiento, poder o riqueza) no resultan suficientes.

Los cuatrocientos cincuenta profetas de Baal clamaron fren�ticamente a su �dios de la lluvia�, sin obtener resultado positivo alguno. Claro, era un �dolo, no el Dios verdadero. Esa clase de �dolos que -siendo obra del intelecto y las manos de hombre- �tienen boca, y no hablan; tienen ojos, y no ven; tienen orejas, y no oyen; tampoco hay aliento en sus bocas�semejantes a ellos son los que los hacen, y todos los que en ellos conf�an� (Salmos 135:15-18).

Si en Venezuela clamaron a �dios� pidiendo lluvia y no fueron escuchados �a qu� dios alzaron su voz? �No habr�n cometido similar error que los profetas de Baal? Si en Brasil no calmaron las lluvias, otro tanto pudo estar ocurriendo. Y es que, para los hombres sin Dios -los pol�ticos entre ellos- es f�cil discursear. Pero, al Dios verdadero no se le puede enga�ar, ni impresionar, mucho menos chantajear.

A�n s� el pedido hubiese estado dirigido a Dios, �l ve los corazones de las personas y sabe qu� �dios� vive dentro de los corazones de las personas. Dios es Amor, pero tambi�n es fuego consumidor, y no est� dispuesto a compartir su gloria con ning�n �dolo. As� las cosas, jam�s atender� un pedido de un coraz�n no humillado y arrepentido del pecado, pues de hacerlo la gloria no ser�a para �l.

En los tiempos que vivimos, es necesario recordar que a diferencia del pasado cuando hab�a la necesidad de intermediarios para pedir los favores de Dios, hoy en d�a el �nico y verdadero v�nculo para con el Padre est� plenamente re-establecido:

�Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por m�� (Juan 14:6), dijo Jesucristo.

�Quieren que el Padre escuche su clamor y su oraci�n? �Qu� haga llover porque falta, o que pare la lluvia porque sobra? �Imposible, sin Jesucristo como intermediario!

Jesucristo dijo: �Si permanec�is en m�, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que quer�is, y os ser� hecho� (Juan 15:7).

Y prometi�: ��todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo har�, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo har�� (Juan 14:13-14)

Pero sentenci� tambi�n, que: ��separados de m�, nada pod�is hacer� (Juan 15:5)

Finalmente, para terminar, es bueno recordar que �cuando la Tierra est� sufriendo� por causa de la desobediencia a las leyes de Dios, se aplica la siguiente promesa del Antiguo Testamento (dado que Dios es el mismo de ayer, hoy y por los siglos):

�Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oir� desde los cielos, y perdonar� sus pecados, y sanar� su tierra� (2 Cr�nicas 7:14)

�Est�n en conocimiento de todo esto los socialistas decimon�nicos, los socialistas del siglo XXI y los socialistas pragm�ticos? Si no lo saben �o si sabi�ndolo lo tienen en poco, siendo por tanto negligentes- entonces su clamor y su pedido por m�s fuerte y ceremonioso que sea, no podr� tener efecto positivo alguno. Am�n.

(El primer art�culo titulado �Socialistas��clamando a Dios?�, se puede leer en: http://www.hoybolivia.com/Noticia.php?IdSeccion=7&IdEdicion=643&IdNoticia=27633)

Trillo Nuevo - Isaias4115@hotmail.com

Bolivia, 12 de abril de 2010