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La convocatoria a una cumbre política de alto nivel, que propuso el flamante presidente Rodrigo Paz en su discurso inaugural debe marcar una ruta en la gobernabilidad de Bolivia, que como muestra de su poder, se decidió que a partir del 8 de noviembre las FF.AA tengan otro saludo. Se dejó en el archivo al “Patria o Muerte” para dar paso a “Dios, Patria y Hogar”. Señales que podrán significar algo o símbolos del poder frente a lo que el MAS hizo en sus mas de 20 años de ejercicio de la política. Proceso que estuvo marcado por el sometimiento de las instituciones del Estado al gobierno de turno: Sistema judicial, Tribunal Electoral, Fuerzas Armadas, Policía y otros.
Ni Evo Morales en sus tres gestiones ni Luis Arce se animaron a convocar a una cumbre política, debido a que tenían el voto mayoritario que los hicieron presidentes en la primera vuelta electoral. Así que tuvieron el camino limpio para gobernar frente a una oposición que no tenía rumbo ni brújula ni sentido común para ser el contrapeso en el ejercicio del poder.
Una oposición que en la legislatura que concluyó tuvieron condiciones de hacer un buen papel, pero que en el caso de la bancada de CREEMOS se fragmentaron en tres tendencias y de Comunidad Ciudadana cada cual vio sus intereses, unos apoyando directamente a las leyes del MAS, otros con disimulo, pero también los hubo los que abiertamente se la jugaron por una oposición seria y valiente, como la ejercida por la senadora Cecilia Requena.
El proceso de transición ya se desenvuelve en situaciones tensas, toda vez, que desde la vereda del frente, que tiene su cuartel en el Chapare, no darán tregua al presidente Paz, que están movilizando a sus bases, como la poderosa Federación de Mineros, las Bartolina Sisa, los interculturales y otros que a nombre del pueblo están reclamando espacios de poder. “Queremos un, dos ministerios”, gritan, incluso dando plazos fatales.
Evo Morales le hará la vida imposible al presidente Paz, como también los tambores de guerra se vienen escuchando desde sus mismos aliados politicos: Samuel Doria y los tutistas que a pesar que comparten pedazos del poder, están enfrascados en una serie de acusaciones, como si la campaña política siguiera su curso. Mal por estos tres actores políticos, que están amenazando a la gobernabilidad.
¿Será este proceso de transición traumático, violento o tendremos el sentido común de encaminarnos hacia la gobernabilidad? El escritor Homero Carvalho, tiene una de las respuesras: “La transición arrastra la carga del pasado: economía maltrecha, corrupción, autoritarismo. Cambiar nombres no resuelve la podredumbre estructural. Coser la Patria, no rasgarla. Bolivia está atrapada en el péndulo del odio. Si esta gestión es simple venganza, estaremos igual. La madurez política exige mirar adelante”.
Otra respuesta nos comparte el activista social y ambientalista, Juan Marcelo Castro: “El proceso de transición es bastante complejo, porque evidentemente el tejido social está fragmentado. Este proceso tendrá un enorme desafío, porque en teoría se está dejando de lado a los movimientos sociales populares e indígenas, para entregarles a los "movimientos" corporativos agroempresariales y extractivistas”.
La clase política nacional tiene “una visión patrimonialista de la política y del poder”, advirtió el politólogo Jorge Lazarte. Es decir, que es suyo y de nadie más, y después de ellos no hay otros que puedan seguir los pasos. De modo que nos preguntamos: ¿Llegó a su fin el ciclo del MAS? Es la pregunta que dejamos suelta, porque en política nadie está muerto aunque si un poco noqueado, desorientado y golpeado.
A muchos no les gustará ciertas medidas fuertes que ya se empiezan a escuchar o con la posesión de nuevas autoridades, está generando descontento al interior del mismo gobierno.
De lo económico y energético, es obvio que no será parte de este análisis, porque ello es para expertos y ya hay varios que se están dedicando a elaborar decretos, medidas y ahí lo vimos al Presidente Paz liderando a un comando de cisternas llegando a Bolivia o la imagen inspeccionando un surtidor de La Paz. Un problema central que se lo está encarando, porque es la base para mantener cierta estabilidad social y el descontento no vaya creciendo, como ya la gente empezaba a mostrar sus garras, debido a las grandes filas que tenía que hacer.
¿Será un proceso traumático, violento o habrá condiciones para lo que tanto han escrito y reclamado las instituciones internacionales: la gobernabilidad en el ejercicio del poder? ¿Gobernabilidad que pasa por ceder espacios de poder o ministerios a sectores empoderados, como el ultimátum de 48 horas que dieran los mineros para que el Ministerio de Minería y Metalurgia no desaparezca y sea ocupada por un compañero minero, ante lo cual el gobierno de Paz tuvo que ceder mucho antes que se cumpliera el plazo fatal? ¿Gobernabilidad que pasa porque se instale una nueva forma de discriminación, como vienen planteando los sectores que convivieron con el MAS en la gestión gubernamental: no queremos corbaturos o blanquitos de ministros o viceministros, queremos alguien del pueblo? ¿Una nueva forma de discriminación desde el otro bando? ¿Acaso el pueblo solo son ellos y no el resto de los bolivianos? ¿Gobernabilidad pasa por no cumplir las órdenes de aprehensión contra Evo Morales? ¿Por dónde debe transitar la tan ansiada gobernabilidad en el Estado Plurinacional?.
Desde la filosofía política se diría que el proceso de transición está afrontando con una serie de estructuras fuertemente arraigadas en ciertos sectores que han convivido con el gobierno del MAS durante muchos años, recibiendo beneficios y favores a pedido, como un buen menú gastronómico
Frente a ello el gobierno de Paz y Lara no deben arrodillarse ante el primer petardo que lancen al aire, tal como ya lo hizo la poderosa Federación de Mineros, que exigen que un ministro sea un compañero minero, de alguien que no aprobará leyes o decretos regulando la actividad minera, principalmente la ilegal, la que viene contaminando los ríos de mercurio y ganando millones de $us.
Sin duda, será difícil que estos sectores cedan sus espacios que fueron regalados por el gobierno del MAS durante dos décadas. Es su derecho servido en bandeja.
Pero el poder se ejerce con toda la institucionalidad y las fuerzas vivas y democráticas de un país. Ese poder debe gobernar sin privilegios, ni favoritismo, ni exclusiones. De lo contrario, cada sector querrá sacar su tajada bien grande y sin duda, la torta no alcanzaría para tantos comensales glotones, cada vez con mas hambre de poder.
Se trata de que no solo el 54% de los que votaron por Paz-Lara apoyen este proceso de transición, sino que sea una apuesta en grande y de todos los actores sociales, políticos, vecinales, indígenas, campesinos y otros. Porque si quieren tumbar al gobierno democrático, nos darán golpes a todos. Es absolutamente necesario y urgente que desde el pueblo y sus diferentes actores hacer un apuesta a lo grande: hacer gobernable a nuestra democracia y con ello, a los nuevos gobernantes, que tendrán un escenario muy complicado que se viene por delante.
¿Qué debe hacer esta nueva gestión gubernamental para no caer en los errores del pasado?
Nuestros invitados nos ayudan con sus respuestas.
Carvalho: Restaurar el Estado de Derecho. Acabar con el personalismo. Devolver autonomía a la justicia y al órgano electoral. El respeto a la Constitución debe ser práctica diaria, no eslogan. Aceptar la crítica sin perseguir disidentes. Ética intransigente. Romper el círculo prebendal del nepotismo y las élites sindicales o movimientos sociales enriquecidos. Auditorías creíbles, transparencia real. Los cargos públicos no son caja chica partidaria. Gobernar para todos. No más pensamiento único. Abrazar la pluralidad: indígena, urbana, oriental, occidental. Todas las voces de la Patria deben ser escuchadas sin miedo.
Castro: Este cambio de rumbo nominal es caldo de cultivo para la reorganización de los grandes perdedores de estas elecciones, con la consiguiente exigencias de demandas sectorizadas, lo que generará varios flancos de ataque al nuevo gobierno. No basta con cambiar símbolos o caras, como empezó este gobierno. Con que se gestione ejerciendo gobernanza debería ser suficiente, pero sabemos que están con sed de venganza y eso solo puede traer confrontación y no sabría decir hasta que punto este gobierno tenga la fuerza para sostener el equilibrio, más cuando el mismo Vicepresidente anda desbocado y dejando una brecha por la cual entrarán quienes pueden derrotar al nuevo gobierno”.
Es obvio que Bolivia ya no está para experimentos ni para ser laboratorio de cambios de gobierno cada vez que a alguien se le ocurre y movilice a sus bases. Precisamente, la gobernabilidad ya no pasa por grandes discursos ni promesas, pasa por acuerdos políticos pero sin repartija de pegas, pasa por garantizarle a la gente el pan de cada día y que ese pan no siga ascendiendo con precios cada vez más elevados, pasa porque Paz-Lara y todo su ejército de autoridades gobiernen con decencia y respeto a las reglas de la democracia.
No hay secretos ni nada por descubrir. El camino ya está trazado dependerá de los que están como inquilinos en el Palacio de Gobierno, sus aliados y la oposición. Luego no se laven las manos y vayan buscando culpables, así como hicieron Morales, Añez y Arce.
*Periodista