Domingo 14 de diciembre 2025

El pueblo responde: El Estado soy yo



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Ltat, cest moi (El Estado soy yo), acostumbraba decir el rey absolutista Luis XIV a su corte de un centenar de subditos que desde la maana lo acompaaban, all por el 1715, en los albores de la Revolucin Francesa que luego, con la consigna de Libertad, igualdad y fraternidad, demostrara que en suma, el llamado Estado llano, es decir el pueblo, era el soberano que tena el sartn por el mango, que al final se va a imponer nombrando a sus gobernantes, en el ejercicio de su derecho poltico de elegir y ser elegidos y dejando fuera de lugar la idea que el poder tiene un origen divino.

Y por qu recordar a este personaje?. Porque en Santa Cruz se ha iniciado un proceso de recoleccin de firmas para revocar el mandato del alcalde Jhonny Fernndez y los afines al ala del expresidente Evo Morales, anuncian tambin seguir esa ruta para destornillar de la silla presidencial a Luis Arce. Y como efecto domin, la palabra revocatorio se ha puesto de moda en varios municipios del pas.

Revocatorio, cambio, transformacin y, especialmente reconstruccin, como lo ha dicho el recientemente electo presidente de la Argentina, Javier Milei, quien expulsa del cuadrilatero a los peronistas, lease socialistas del Siglo XXI, que haban dejado a la llamada tercera economa de amrica latina, con 143% de inflacin y 43% de pobreza.

Mientras eso ocurre en el vecino pas; en Santa Cruz tenemos un panorama desolador de corrupcin en la Alcalda, un gobernador preso en Chonchocoro y hechos que no se entienden, como la divisin del principal partido, el Movimiento al Socialismo, que en la Cmara de Diputados se alz con la victoria de la llamada ala Evista y en Senadores con el ala Arcista, en componendas con una oposicin que vive en peores nubarrones de humo que los que nos acosan, mientras los jefes de ambas , Evo y Arce, en el gobierno juntos durante 14 aos, se lanzan reveladores piropos sobre corrupcin, narcotrfico y negocios turbios, y tenemos un Ministerio Pblico o un Defensor del Pueblo que ni siquiera dicen esta boca es ma para levantar una investigacin.

Pero tambin vemos la baja reputacin que tienen las instituciones, pues se desconfa la versin oficial del gobierno, como ocurri con el supuesto suicidio del interventor del Banco Fassil y la propia polica que estaba realizando una operacin encubierta de narcotrfico que arroj a dos personas muertas y se da mayor credibilidad, a quienes dicen que se trataba de un volteo.

Lo cierto es que todo fluye como lo deca el filsofo presocrtico Herclito de Efeso al sealar que nunca podemos afirmar que nos baamos en el mismo rio, pues las aguas siguen su curso sin parar.

Y se impondr esa antigua frase que la voz del pueblo es la voz de Dios, pueblo que siempre ha exigido transformaciones o se ha revelado contra los malos gobernantes, como ocurriera en 1215 cuando los nobles se levantaron en contra del Rey Juan Sin Tierra, porque ste, se apropiaba de las tierras de quienes fallecan, en vez de entregarlas a sus familiares.

O en las revoluciones, como la de Virgina, en 1776, que dio lugar a la Revolucin Norteamericana, porque las 13 colonias se cansaron que la corona inglesa les cobrara altos impuestos por vender sus productos y establecieron que en la libertad debera descansar la estructura de un nuevo Estado.

Igualdad y fraternidad, agregaran los franceses cansados que los gobernantes de la corona y una lite vivieran llenos de privilegios mientras ellos pagaban impuestos y se hundan en la pobreza.

La Historia es el testigo de los tiempos y la luz de la verdad, nos deca Herodoto, el padre de la Historia, afirmando que quien no conoce los errores del pasado est predestinado a repetirlos y el prembulo de la Declaracin Universal de los Derechos Humanos dice que el hombre puede rebelarse contra la tirana y la opresin como un supremo recurso.