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- 2025-12-06
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La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo ha cruzado un umbral en sus métodos represivos. Ahora las redadas alcanzan a familias enteras. Hombres, mujeres, hijos, cuñados y hermanos son arrestados en simultáneo, sin orden judicial, sin explicación y, en la mayoría de los casos, desaparecidos sin dejar rastro.
El Monitoreo Azul y Blanco, un observatorio ciudadano que documenta violaciones de derechos humanos, ha registrado al menos siete núcleos familiares apresados, cinco de ellos capturados entre julio y agosto de 2025.
“Ahora encarcelaron a familias enteras de una sola vez, y por eso lo resaltamos en el informe”, explica Claudia Pineda, vocera del Monitoreo Azul y Blanco. “La captura de familias completas genera un mayor nivel de temor en la ciudadanía. Realmente, sentido no tiene. Puede ser que luego los acusen de conspiración o de algo parecido, para justificar que apresaron a un grupo entero, pero no sabemos qué va a pasar. Solo podemos intuir razones, porque información oficial no tenemos”.
El régimen de Ortega y Murillo ya había encarcelado a parientes de perseguidos políticos con el propósito de forzarlos a entregarse a cambio de la libertad de sus seres queridos. Esta práctica, que convierte a los familiares en rehenes del poder, forma parte de un patrón común en regímenes autoritarios, como Corea del Norte, China o Eritrea, entre otros, donde la culpa se extiende por sangre y no por actos individuales.
Culpabilidad por sangre
En Corea del Norte existe lo que llaman “castigo por asociación” o “culpabilidad por sangre” donde los considerados enemigos del régimen, ya sea por “traición”, por intento de fuga, por expresar críticas o incluso por tener contactos en el extranjero, su familia directa y a veces hasta tres generaciones (padres, hijos, nietos) pueden ser apresados o enviados a campos de prisioneros. Esto incluye esposas, hermanos e hijos pequeños, aunque no hayan cometido ningún delito.
El propósito de esta práctica represiva es disuadir a la disidencia porque el individuo sabe que sus actos pondrán en peligro a toda su familia y extender el miedo a través de comunidades enteras, porque cualquiera puede ser denunciado y con ello arrastrar a sus parientes.