Sábado 18 de mayo 2024

El atropello de niña china sin recibir ayuda da la vuelta al mundo

Joachim I. Krueger  
(CNN) –
Un video de una cámara de seguridad que captó el momento en que una niña es atropellada en dos ocasiones en una calle en China ha circulado en internet en los últimos días y ha generado un cúmulo de denuncias de indignación. Nos preguntamos, ¿cómo pudieron tantos transeúntes ignorar tan insensiblemente el sufrimiento de la niña?


  • 19-10-2011
  • en

1793 vistas

Joachim I. Krueger  
(CNN) �
Un video de una c�mara de seguridad que capt� el momento en que una ni�a es atropellada en dos ocasiones en una calle en China ha circulado en internet en los �ltimos d�as y ha generado un c�mulo de denuncias de indignaci�n. Nos preguntamos, �c�mo pudieron tantos transe�ntes ignorar tan insensiblemente el sufrimiento de la ni�a?

Como seres humanos, estamos horrorizados cuando vemos que una persona en necesidad no recibe ayuda, a�n cuando, en este caso, hay muchos auxiliares potenciales. Nuestro horror es mayor si la persona es victimizada de manera maliciosa o insensible por otros seres humanos. Y se eleva a�n m�s cuando nos vemos que la v�ctima est� indefensa y es el tipo de persona que normalmente estimula nuestro instinto de ayuda y protecci�n.

Nuestra reacci�n espont�nea es decir: �Si yo hubiera estado ah�, hubiera ayudado; �qu� le pasa a esta gente?�. Si un incidente ocurre en un pa�s o cultura extranjera, es f�cil �quiz� tentador, cuando vemos alto tan desconcertante- concluir que esa cultura en particular debe ser responsabilizada, que est� siendo insensible, indiferente y ego�sta.

Es cierto que existen diferencias culturales en varios aspectos del comportamiento humano, y muchas de estas diferencias no son triviales. Pero el incidente en China, en el cual una ni�a es gravemente herida antes de que alguien finalmente la ayuda, ser�a demasiado simplista pensar que la apat�a frente al sufrimiento de otros es un sello de la cultura local.

En primer lugar, la indignaci�n p�blica en China fue casi igual que la que uno ve en otros pa�ses. Segundo, ha habido, por supuesto, casos similares en otras naciones. En efecto, tuvimos la tortura y asesinato de Kitty Genovese en Queens, Nueva York, durante un asalto callejero en 1964. Reportes preliminares, los cuales pueden no haber sido del todo acertados, indicaron que muchas personas escucharon u observaron el ataque y no hicieron nada para detenerlo. Consecuentemente, hubo un esc�ndalo medi�tico. Comentaristas se preguntaban: �Qu� le pasa a Nueva York, qu� le pasa a estos tiempos y qu� le pasa a esa colonia en particular?

El incidente gener� investigaciones sobre el denominado efecto espectador: un conjunto de brillantes experimentos conducidos por John Darley y Bibb Latan�, quienes demostraron en su estudio de 1968, que conforme se eleva el n�mero de espectadores, la probabilidad de que un individuo intervenga es menor. Esto es porque cada espectador est� tratando de resolver el denominado �dilema del voluntario�. Si todos reaccionan, el costo ser�a elevado y los voluntarios podr�an interferir entre ellos. Ser�a mejor que s�lo un espectador reaccionara, seg�n el razonamiento. Si esto es as�, es razonable preguntar qui�n ser�a y por qu� deber�a ser yo.

A partir de los experimentos originales, se han hecho muchos estudios sobre el efecto espectador. Recientemente, fui parte de un equipo de investigaci�n conformado por Peter Fischer de la Universidad de Regensburg, Alemania. Revisamos la literatura cient�fica existente e integramos estad�sticamente los descubrimientos de 105 grupos de informaci�n. Descubrimos que el efecto espectador es muy robusto, que ha declinado algo con el paso del tiempo y que hay ciertas condiciones bajo las cuales desaparece o incluso es revertido.

Por ejemplo, en una situaci�n en la cual varios espectadores necesitan unirse para intimidar a un perpetrador, se vuelven m�s propensos a actuar de manera colectiva que individual. Viene a la mente el esfuerzo heroico de los pasajeros del Vuelo United 93, el cual se sospecha se utilizar�a para atacar un blanco en Washington el 11 de septiembre de 2011.

En estos casos extremos, llaman nuestra atenci�n la insensibilidad ante una ni�a indefensa y la heroica revuela de gente ordinaria ante el terrorismo. Con algo de suerte, la mayor�a de nosotros no se ver� en este tipo de situaciones existenciales.

Sin embargo, debemos preguntarnos c�mo reaccionar�amos ante situaciones m�s banales que nos presenten a hermanos seres humanos que est�n en necesidad. �Los ayudaremos o esperaremos que alguien m�s lo haga?

Nota del editor: Joachim I. Krueger es profesor de psicolog�a de la Universidad de Brown y estudia la autopercepci�n y percepci�n social. Es el editor de Rationality and Social Responsibility (Racionalidad y Responsabilidad Social).


Más contenido de