Nadie daba crédito en Estados Unidos a lo que leía en la prensa local. Una madre había envenenado a sus hijas con alcohol para que dejaran de llorar.

Menos aún lo hacía el padre de las pequeñas que se dio cuenta unos días antes de que se hiciera público el suceso. ¿Cómo? Su mujer se lo escondía y fue de casualidad cuando percibió en el vómito de una de sus gemelas que olía demasiado a alcohol.

El fiscal del condado ha dictado una sentencia de cinco años de cárcel por poner en peligro la salud de sus dos hijas.

Ambas fueron llevadas al hospital con rapidez y aunque estuvieron con respiración asistida, se encuentran en perfecto estado de salud.
(que.es)