PresentaciónTurísmoBlogshoybolivia | FacebookJuegosRSSYoutubeTwitterMóvil
Lunes 18 de marzo 2024 Contacto
InicioPortadaDestacadasEspecialesBoliviaTemas
CuriosidadesEspectáculosArte y CulturaHoy EventosMujer

           
Palabra de Dios

Lámpara es a mis pies tu palabra


2014-09-30 - 10:24:55

Juan 5:39
Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí.

Si de algo los personas en general tenemos que lamentar, es que no tenemos costumbre de leer. La gente prefiere ahora las cosas audiovisuales, con efectos y sonido, cosas que les atraiga y que les distraiga. Leer ya está fuera de época.

Ese es uno de los principales motivos por los cuales no leemos la biblia. Incluso cuando estamos en el templo, muchos que, sabiendo leer no leen y otros están tan atentos en otras cosas que le preguntan a la persona de al lado, ¿Qué versículo dijo?

Jesús mismo nos aconseja a que escudriñemos la palaba de Dios porque dice que conoce que no tenemos el amor de Dios en nosotros Juan 5:42.

Al grave problema de no leer la biblia en nuestras casas, se suma la falta de atención en los cultos de las Iglesias donde la gente está atenta a todo menos a la prédica, lo que da como resultado que no conocemos la palabra ni por la vista ni por el oído.

Mateo 13:15
Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado,
Y con los oídos oyen pesadamente,
Y han cerrado sus ojos;
Para que no vean con los ojos,
Y oigan con los oídos,
Y con el corazón entiendan,
Y se conviertan,
Y yo los sane.

Dios no se equivoca con nosotros al asegurar que no tenemos el amor de Dios en nosotros. Dios ve que no hay una entrega verdadera de parte de nosotros para con El. Estamos pendientes tanto de nuestras cosas que poco nos acordamos de El.

Dios quiere más de nosotros, quiere una entrega total. Quiere que le amemos de verdad, por encima de todo y en esa parte nosotros caemos en pecado cuando ponemos a Dios después de nosotros.

1 de Juan 3:18
Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad.

Dios nos habla como a sus niñitos. Hijitos míos, nos dice. Nos trata con dulzura. Sin embargo, muchas veces sacamos a Dios de nuestra vida porque tenemos un rencor con alguien o le echamos la culpa a la Iglesia.

Otras veces sacamos a Dios de nuestra vida porque nos enojamos con nuestros padres o nuestros hijos o con nuestra pareja. Cuando esto sucede, es que nosotros simplemente vamos a la Iglesia por satisfacer a nuestros padres o a nuestras parejas y para estar en las cosas de Dios.

Hace unos años, un amigo, cuando le comenté que yo me había convertido en cristiano, sin ninguna sorpresa, me preguntó: cristiano? ajá es la nueva clase social o fraternidad, me aseguró.

"Es gente que ya se cansó de las chupas y del adulterio que busca tranquilizar su conciencia y portarse bien delante de su familia después de haber cometido tantos males durante toda su vida", me dijo.

Quedé impresionado, sin saber qué decir. La nueva clase social? la nueva fraternidad? así es como ve mucha gente a los cristianos?

Pero viendo cómo nos comportamos puedo decir que ese amigo no estaba equivocado. En verdad hay muchos cristianos que ven a su iglesia como la fraternidad a la cual pueden ir cuando tienen necesidad de compartir con los hermanos. Ven a la Iglesia como el lugar seguro para dejar a sus esposas, esposos e hijos.

"Mi esposa es cristiana", me decía un amigo, "me gusta, porque va donde no me va a poner cuernos, es sujeta y obediente. Qué más puedo pedir"? Me preguntó

Así es, muchos ven a la Iglesia como una sala de reuniones en las que pueden hablar de otros temas que no sean de trabajo, que pueden hablar más bien de una vocación de servicio. Como quien presta un servicio a la sociedad a través de sus acciones.

Y todo eso pasa porque no hemos leído la palabra de Dios a profundidad, porque no queremos ver que ser cristiano está más allá de ser un miembro de una fraternidad o socio de un club privado o parte de la membresía de la Iglesia.

Romanos 12:1
Así que, hermanos, yo les ruego, por las misericordias de Dios, que se presenten ustedes mismos como un sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. ¡Así es como se debe adorar a Dios!

Ser cristiano es entregarse a Dios por completo, es darle nuestro mejor tiempo, es darle lo mejor que tenemos, no las sobras como muchas veces lo hacemos. Sacrificar nuestro domingo entregándoselo a Dios.

Un punto de reflexión podría darse en este momento en nuestras cabezas y pensar: Señor, te he dado esta semana lo mejor de mí? He sido correcto con mis diezmos y ofrendas? he cumplido tu palabra de guardar el domingo. Nos hemos ministrado? Cuántos tienen la necesidad de la ministración? Cuántos lo han hecho?

Si la respuesta que se han dado ha sido no a todo, es que somos miembros de una nueva clase social o una nueva fraternidad. Somos cualquier cosa menos cristianos atentos a las necesidades de su iglesia y la obra que dios ha puesto en nuestras manos.

Efesios 2:8
Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.

La palabra es bien clara, si creemos que porque trabajamos en una iglesia ya sea como obreros, líderes o como parte de la membresía ya hemos ganado un lugar en el cielo, estamos completamente equivocados.

Jesús nos enseña en su palabra que nadie verá al Padre si no es a través de El. Jesús ha de venir a juzgar a su pueblo.

Jesús decía que el mundo lo odiaba porque testificaba que sus obras eran malas.

Juan 7:6-7
Entonces Jesús les dijo: Mi tiempo aún no ha llegado, mas vuestro tiempo siempre está presto. No puede el mundo aborreceros a vosotros; mas a mí me aborrece, porque yo testifico de él, que sus obras son malas.

Eso mismo nos pasa a los verdaderos cristianos cuando hablamos de la palabra de Dios y le decimos a nuestra familia, a nuestros amigos y hasta a los mismos cristianos que están viviendo en pecado, que sus obras son malas y que Dios tiene un lugar en el infierno para toda esa gente.

Tenemos que conocer a profundidad la palabra para poder enseñar, para poder explicarle a la gente que todo lo que haga fuera del camino de Dios es pavimentar su camino al infierno.

Como hijos de Dios necesitamos ser guiados por nuestro Padre y en la Biblia encontramos la voluntad escrita de Dios, su consejo para cada necesidad, es la provisión de sabiduría para las decisiones, es la fuente divina de autoridad para nuestra vida.

Por eso Dios nos manda que escudriñemos las escrituras que aprendamos cada días más de su palabra. Que cada día sepamos lo que Dios quiere de nosotros. Necesitamos una transformación total, no a medias ni forzada, debemos entregarnos con amor a las cosas de Dios.

Juan 17:17

Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad.

Este versículo nos muestra que cuando tenemos dudas la mejor enciclopedia para consultar sobre nuestra vida es la palabra de Dios. La que no cambia, ni siquiera una coma.

Muchas personas no aprenden más porque no desean saber, ni desean escuchar. Por eso cuando van al culto llegan tarde a la alabanza, entran saludando a todo el mundo como si estuviera en una reunión social y luego en la prédica le damos duro a la charla. Así, poco aprendemos de la palabra.

Escuchando la palabra de Dios es posible cultivar una mente obediente y dócil que ponga a Dios en primer lugar y por encima de todo.

Cuando usted esté en la iglesia escuche con una mente dispuesta a oír la Voz de Dios, no permita que nada le distraiga, concéntrese y con Biblia abierta preste mucha atención. Luego comprométase a practicar las verdades que Dios pone en su corazón. Si usted hace esto le garantizo que pronto no será la misma persona.

Nehemías 8:8
Y leían en el libro de la ley de Dios claramente, y ponían el sentido, de modo que entendiesen la lectura.

Aquí muestra Dios que su pueblo se reunía a escuchar su palabra y todos ponían el sentido, o sea, estaban atentos para entender lo que se les estaba leyendo.

El versículo 1 dice que el pueblo se juntó como un solo hombre, o sea, todos llegaron puntuales. Dice que leyeron la Ley desde el alba hasta el mediodía, o sea unas 6 horas, nosotros con dos horas entre alabanza, anuncios y prédica hemos dado al menos 3 pestañadas y unas 20 cabeceadas.

Cuando Esdras mostró el libro, dice que todo el mundo estaba atento y cuando lo bendijo, todo el mundo dijo Amén! cuántos dicen Amén?, Amén. Amén?

Cuando el pueblo de Dios se junta lo hace para escuchar su palabra, para alabarle, para adorarle, lamentablemente muchas veces nosotros no vamos a eso al culto y solo venimos a criticar, a imponer, a cuestionar, a dormir. A todo, menos a aprender de la palabra de Dios.

Cuando nosotros oramos Dios nos está escuchando, nosotros le estamos hablando, pero El también tiene mucho que decirnos y nosotros no prestamos atención. Dios nos habla a través de su palabra y quiere que nuestra vida esté atenta a ella, que todos los días la pongamos por obra.

Salmo 119:105
Lámpara es a mis pies tu palabra,
Y lumbrera a mi camino.

Así es hermanos, la palabra de Dios es lo que nos trae la luz para que podamos caminar en los caminos más difíciles, donde satanás pone toda clase de trampas, donde las tentaciones se presentan a cada instante. Sólo conociendo su palabra sabremos lo que es malo y bueno para nosotros.

Sólo conociendo la palabra podremos estar protegidos de los dardos del enemigo que son muchos y son lanzados muchas veces desde nuestras mismas casas. Nuestra misma familia es a veces la que nos ataca siendo usadas por el demonio.

No les ha pasado que alguna vez algún miembro de su familia les ha dicho ojalá que hoy te vaya todo mal y nosotros le decimos todo lo que me desees a vos que te dé el doble? Así actuamos en vez de reprender al demonio que quiere controlar a nuestra familia.

Estemos preparados para luchar contra un enemigo que no tiene pena de nadie y que se esfuerza por matarnos. La Palabra de Dios es la mejor arma que tenemos para defendernos, aprendamos a usarla.

Debemos tener nuestra espada bien afilada para responder a los ataques del enemigo y eso se logra conociendo a profunidad la palabra de Dios. Escudriñando, como dice nuestro versículo inicial.

Si no escudriñamos la palabra, nunca vamos a recibir el mensaje que Dios tiene preparado para cada uno de nosotros. Asistamos a los cultos para poder leer y escuchar en familia la palabra de Dios. Guardemos verdaderamente el domingo.

No consideremos la iglesia como una fraternidad o un nuevo grupo social, somos hijos de Dios, pueblo escogido y debemos estar preparados para defendernos.

Dios los bendiga, los guarde y les hable a través de la Palabra.

Copyright © Hoybolivia.com Reservados. 2000- 2024
Optimizado para Resolución 1024 X 768 Internet Explorer 4.0, Netscape 4.0, Mozilla Firefox 2.0