Mauricio AiraMiles de jóvenes tomaron las calles
2014-03-13 - 18:30:21
Quienes podemos ver signos de los tiempos, guiados por la Fe, a la luz de los acontecimientos tanto en Kiev cuanto en Caracas tenemos que aceptar que la interpelación lanzada por Francisco a la juventud reunida en Río de Janeiro, ha sido tomada al pie de la letra. “Quiero que salgan a las calles, que armen lío, que la Iglesia salga a la calle para defendernos de todo lo que es mundanidad. Comodidad. Clericalismo, de lo que es estar encerrados en nosotros mismos”.
No es que Francisco hubiese incitado a esas multitudes reunidas en plazas y calles de Brasil durante la Jornada Mundial de la Juventud, a tomarse el poder en Venezuela y Ucrania, no, la consigna ha sido más general, más profunda y ha calado también en otras esferas del convulsionado mundo de hoy. “Se lo siente como uno de nosotros, un joven más, por eso nos está transformando con su palabra y su ejemplo” anunciaba Silvina en Ciudad de Resistencia, provincia argentina de Chaco, según nos refiere esa magnífica publicación VIDA NUEVA que nos llega desde Madrid.
Los testimonios se suceden uno tras otro Francisco está revolucionando la Iglesia y nos hace sentir fuertes, es muy humano, carismático, cercano. Religiosas y sacerdotes recibieron la consigna y nos aseguran que “ya hay lío en América Latina”, no otra cosa significa la movida colosal en las ciudades de Venezuela. Si nos detenemos en el análisis, están presentes los jóvenes pasándose la voz unos a otros, por primera vez actúan al margen de los grandes medios periódicos, radios, cadenas de TV, ahora tienen otros faros, los celulares, el internet, donde el mensaje es casi personal, de un hermano, del mejor amigo, que forman una extraordinaria cadena de trasmisión que no se interrumpe, funciona las 24 horas, en un lenguaje preciso y claro.
Es un fenómeno nuevo. Un movimiento único, convertido en poderoso motor que no admite control, es espontáneo y vigoroso, además invencible. Si vemos un poco los textos de esos “correos SMS” tan concisos, tan cortos, primero te entregan la motivación, una foto, un video, una referencia y luego la arenga, nos vemos en tal parte, a tal hora, usar polera blanca. Ahí están los receptores del mensaje que acto seguido es trasmitido al hermano, al vecino, al c.c. de clase o de trabajo, es imparable y la motivación está dada, el abuso policial, los grupos de bandoleros enviados por el Gobierno para confundir, para perjudicar, para crear el caos. Entonces “los rebeldes, los que están armando lío por las calles” se organizan, identifican a los infiltrados y los neutralizan. ¡Oh maravilla! Con raras excepciones no se dejan manipular. No admiten el manoseo.
Vayamos al área de la democracia, las veces que Francisco se ha referida a ella son varias y ha reclamado de los político “una clase dirigente apta para cumplir su papel, profesionalmente competente y dotada de sentido ético”. Los obispos que ponen en práctica las normas del Pastor de Roma son más explícitos, se refieren a una democracia participativa, que asuma abrir la política a una más amplia y auténtica que reconozca la fe personal y su pertenencia a una comunidad que trabaja generosamente por alcanzar el Bien Común. El concepto muy trabajado por los documentos Rerum Novarum y Quadragéssimo Anno, cobra nueva vida. De modo que no había estado prohibido hacer política, y reconocer que la crisis no es solo económica, es crisis política, se ha desechado el diálogo y la insostenibilidad del actual modelo de Estado y la partidocracia hace huir al ciudadano de los partidos. O sea les ha despojado de su fe, el compromiso de los católicos en la vida pública se hizo añicos, hay que recomponerlo. Hay que pasar a la regeneración de la democracia, se abandonó el Bien Común, y se buscó, se busca el bien propio, el provecho se unos cuantos sin importar los métodos, ni el derecho ajeno. Se ha perdido el áurea bíblico “no hagáis a otros lo que no queréis se os haga a vosotros” que es universal, de todos los tiempos y de todos los pueblos.
De tal manera lo dicho por Francisco, este salir a la calle y armar lio, está en sus orígenes y mucho ha de suceder en el mundo, en nuestra Bolivia bajo la proyección de estos principios de Justicia y de Paz.
