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Gary A. Rodríguez A.

Sin manos, sin pies, sin límites…


2013-10-23 - 16:00:05

Así decía la invitación a la conferencia de Nicholas James Vujicic y agradezco a Dios el haber asistido pues su testimonio marcó mi vida. Concluida la conferencia para autoridades públicas y líderes de la sociedad civil, el cuestionamiento general era -si con todo lo que Dios nos había dado- habíamos hecho lo suficiente. Ciertamente, no.

“Nick” nació en Australia con el síndrome de “Tetra-Amelia”: sin brazos y sin pies. Se suponía que no iba a vivir mucho, pero tiene 30 años; que no iba a caminar, pero ¡hasta salta!; que no iba a poder abrazar, pero abraza con su cuerpo y con su voz; y -no solo que se vale por sí solo para hacerlo casi todo- sino que, le aseguro que hace más que Ud. y yo juntos: corre, juega fútbol, golf, nada, practica el surf y el ¡paracaidismo! No tenía ninguna posibilidad de trascender, sin embargo su determinación y su fe le llevaron al éxito (véalo en Youtube.com).

Pese a sus severas limitaciones, Nick fue al colegio, estudió dos carreras en la Universidad, escribió dos Best Sellers, hizo una película y hoy es un conferencista internacional, un motivador -no solo de palabra sino de testimonio- habiendo visitado ya más de 50 países sembrando amor, esperanza y mucho optimismo.

Pero, nada fue fácil para él. Muchas veces se deprimió y desde muy niño lloró a Dios preguntándole: ¿por qué nací así? Fue objeto de bullingen la escuela y no se suicidó solo para no hacer sufrir a sus padres que -siendo cristianos- siempre le cuidaron y le dijeron que sería un triunfador (¿hacemos esto con nuestros hijos?).

Aceptando a Jesús como su Salvador y Señor, emprendió el desafío de vivir el plan divino que Dios tenía para él: motivar a otros a superar límites, por ejemplo, el miedo que paraliza; el rechazo que baja la autoestima; la depresión que mata; el sufrimiento que enferma, e impiden cumplir el plan de vida que todos tenemos.
Para Nick, que preside la Fundación Vida sin Extremidades, ni el dinero ni la fama son lo más importante sino Dios y la familia. Habiéndose casado con una hermosa mujer, puso a prueba su fe: estando su esposa embarazada, por cinco veces les preguntaron -dados los antecedentes-si no querían abortar. Dijeron que no: “La vida la da Dios y solo Él la puede quitar”. Hoy tienen un bello bebé, normal y sano.

Ver a Nick no solo fue inspirador, sino que también sirvió para confirmar la Palabra que Dios me dio para Bolivia (2 Crónicas 7:14) y que,cumplida a cabalidad, hará realidad el sueño de heredar un mejor país para nuestros hijos.
(*) Economista, Magíster en Comercio Internacional
Twitter.com/Garyrodriguezok
Fuente: El Deber
Santa Cruz, 23 de octubre de 2013

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