Opinión.- Una mujer de aproximadamente 60 años, que dio positivo a COVID-19, murió en pleno centro de la ciudad de Cochabamba.

Una vez más se repitió la imagen de la primera ola, en el inicio de la pandemia, en marzo de 2020, donde los cuerpos permanecían abandonados en las calles por largas horas con sospecha de portar el virus.

Bolsas negras y personas con estrictas medidas de bioseguridad rodeaban los cuerpos y una similar situación se encontró ayer por la parte en la calle Antezana cerca de la avenida Aroma. El temor al contagio sigue latente, más ahora que si bien los casos bajaron hay un incremento de decesos.

Varios vecinos reportaron en sus redes sociales que una mujer se desvaneció en la acera cerca de las 14:00 y hasta las 18:00, tras percatarse de su fallecimiento aún no lo recogían.

La Unidad de Homicidios de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) y el Coordinador de Gobernabilidad de la Alcaldía, César Castro, confirmaron que la mujer dio positivo a COVID-19.

Castro dijo que la mujer, que no fue identificada hasta el cierre de esta edición, será enterrada en una fosa común. Se cree que vive cerca del lugar donde murió ya que llevaba en sus manos una bolsa de leche y no tenía documentación.

Solo en Cochabamba, según el reporte del Servicio Departamental de Salud (SEDES) hubo 7 fallecidos que se suman a los 65 de todo el país, que representan la segunda cifra más alta de la cuarta ola.

La tasa de letalidad se mantiene en 0.6%, pero en los últimos días hay un incremento de decesos.

Santa Cruz tiene 35 fallecimientos; La Paz con 7; Chuquisaca con 6; Tarija con 4; Beni, Potosí y Oruro con 2; y Pando con ninguno.