VOA.- La oposición venezolana y el gobierno ecuatoriano ratificaron su apoyo luego de la victoria del banquero Guillermo Lasso en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales realizadas en Ecuador este domingo.

Tras conocerse la victoria de Lasso sobre Andrés Arauz, economista y candidato de izquierda, Juan Guaidó, líder de la oposición venezolana y reconocido por decenas de países como presidente interino de Venezuela, felicitó al presidente electo asegurando que cuenta “con su apoyo a la lucha venezolana”.

“Es vital la unión de quienes queremos libertad y democracia para la región, amenazada por dictaduras como la de (Nicolás) Maduro”, agregó en su publicación en Twitter.

La respuesta de Lasso no se hizo esperar. “Hoy es un gran día para la libertad en toda la región”, indicó.

“Los venezolanos tienen todo nuestro respaldo para recuperar la democracia y nuestro compromiso de aliviar la crisis humanitaria que enfrentan en el mundo”, agregó el recién electo presidente ecuatoriano en su red social.

El respaldo a Guaidó no solo sigue la línea del gobierno del presidente ecuatoriano Lenin Moreno, sino los comentarios de Lasso como candidato ante la situación venezolana.

En febrero, al ser consultado en una entrevista a CNN en Español a quien invitaría en su eventual toma de posesión, indicó que sería Guaidó porque “es el presidente legítimo de Venezuela reconocido por el Ecuador”.

Arauz, considerado cercano al expresidente Rafael Correa, por su parte, había dicho que su política exterior no se iba a "enlazar con el señor Juan Guaidó”.

A las felicitaciones de Guaidó, se unieron la de presidentes de la región como Iván Duque de Colombia, Sebastián Piñera de Chile y Luis Lacalle Pou de Uruguay. El gobierno del presidente venezolano Nicolás Maduro no se ha pronunciado por la victoria de Lasso.

Un aliado en la región

Expertos consultados por la Voz de América, además de concordar que el oficialismo venezolano perdió la posibilidad de tener un aliado en la región, aseguran que los resultados en Ecuador parecieran mostrar, que más allá de un tema ideológico, se trata de una situación de rechazo "al pasado" y la búsqueda de soluciones a sus problemas.

“El que debe estar muy disgustado, definitivamente, de ser Nicolás Maduro” porque tenía la idea que conseguiría un nuevo apoyo en Ecuador, y en otros países de la región, asegura Emilio Figueredo, profesor de derecho internacional y relaciones internacionales.

“Lasso, si entendió el mensaje, va tener que poner intereses distintos, que no es un problema de confrontación de derecha - izquierda, si no es rechazo a algo que es del pasado, el socialismo del siglo XXI, como también es rechazo a la fórmula puramente neoliberal”, agrega Figueredo, refiriéndose a las circunstancias que llevaron a este resultado, como el respaldo “muy importante” de sectores indígenas a Lasso.

Por su parte, Benigno Alarcón, director del Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), asegura que la victoria de Lasso llega con “un giro en América Latina”, buscando gobiernos “que de alguna manera solucionen sus problemas”.

“El oficialismo en Venezuela pierde un aliado en Ecuador, ya lo había perdido con el caso de Lenin Moreno, y eso se reafirma ahora con el triunfo de Guillermo Lasso, y por otro lado la oposición gana un aliado”, afirma Alarcón.

Considera, igualmente, que este triunfo en Ecuador envía un mensaje a Venezuela y países en situaciones similares que: “estos regímenes, por muy fuertes que puedan lucir en un momento dado (…) no son invencibles”.

Para Alarcón los aliados de la región son “muy importantes, fundamentalmente porque son nuestros vecinos”. Considera que problemas como el de la migración no tienen "solución hasta que la crisis política venezolana sea solucionada”.

En este sentido, Figueredo, quien también es ex embajador, considera que el cambio de gobierno en Ecuador “va reforzar de nuevo el Grupo de Lima”, creado para buscar una solución a la crisis venezolana, a pesar de la reciente salida de Argentina.

Por su parte, Alarcón estima que: “Ecuador puede poner allí su grano de arena para que América Latina sume al esfuerzo que están haciendo Europa y EE. UU. y se pueda mantener en un frente en común” ante la situación venezolana.