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América


Voluntarios trabajan sin seguro y a riesgo de contagio de COVID-19


12/07/2020 - 09:43:23

Opinión.- Un médico voluntario, Juan Carlos Vichini, murió hace poco menos de un mes. El profesional viajó a Beni para combatir la pandemia del coronavirus, COVID-19. Se infectó de la enfermedad, fue trasladado a Cochabamba para recibir atención, pero falleció el 15 de junio.

La emergencia sanitaria colapsó los servicios de salud. El personal también resultó contagiado y los voluntarios sintieron la necesidad de apoyar en la lucha contra el coronavirus, aunque esto implica, en el país, una labor sin seguros de salud ni de vida y, en muchos casos, hasta sin los insumos necesarios.

Desde Cochabamba viajaron médicos voluntarios para trabajar en Beni, varios lo hicieron con sus propios recursos. En la actualidad, también hay decenas de personas de diferentes ramas que son parte de las brigadas médicas municipales.

En Bolivia, existe la Ley 3314 del Voluntariado, pero no tiene reglamentación. En Cochabamba se gesta normativa municipal, aunque por ahora es solo una idea.

Maryfrace del Granado es médica y hasta hace poco brindó sus servicios profesionales de manera voluntaria en Guayaramerín (Beni). Ella es miembro de la plataforma Tunari Sin Fuego y fue parte de un grupo de cinco voluntarios de Cochabamba, quienes recibieron colaboración de la fundación de Karla Ortiz para su traslado hasta uno de los departamentos más golpeado por la pandemia.

Ella describe que la Gobernación beniana y la Red de Salud 8 les brindaron alimentación y estadía. Trabajó en el hospital materno infantil. Recuerda que donde entregó su apoyo no existían medicamentos básicos y los familiares debían comprar las medicinas. Luego de dos semanas les llenaron el stock.

En Guayaramerín, las jornadas de trabajo, previstas para seis horas por día, fácilmente se convertían en 24 y más, debido a la baja de personal médico. “El 70% del personal estaba con baja, y algunos médicos habían doble turno”.

Pese a la colaboración recibida, el riesgo sin seguro alguno, estuvo siempre presente, y sin ningún beneficio social

“Ninguna (garantía). Por lo menos, mientras estaba allá nadie nos dijo que si a alguno le pasaba algo sería retirado inmediatamente o algo que nos pueda dar tranquilidad. No hemos recibido ninguna. Así que hemos ido a cuenta y riesgo de nosotros”, expresa Del Granado.

Sintió el riesgo del coronavirus cerca. También sufrió estrés. Cuando retornó a Cochabamba se aisló durante 14 días.

El exviceministro de Defensa Civil Óscar Cabrera recordó que la Ley 3314 se promulgó en 2005 y desde entonces no cuenta con una reglamentación. El objetivo de esta norma es promover, reconocer y facilitar las acciones de los voluntarios, de las organizaciones de voluntarios, por las instancias del Estado.

Quienes se enfilan como voluntarios suelen tener una participación activa en desastres como incendios forestales u otros y, en esta época en la lucha contra la pandemia.

“El problema central del voluntariado es que no está institucionalizado. Cuando los voluntarios se incorporan para poder apoyar en una emergencia, no tienen ningún derecho en caso de que les ocurra algún accidente o pierdan la vida”, sostiene Cabrera.

La exautoridad explica que esta ley establece derechos, deberes e incentivos para los voluntarios y delega responsabilidades a las organizaciones de voluntarios. Reconoce al Consejo Nacional del Voluntariado como un ente regulador para la conformación y funcionamiento de organizaciones de voluntarios, donde el Gobierno nacional y los gobiernos subnacionales no tienen participación directa en el Consejo. Solo en casos de emergencias, gobernaciones y alcaldías podrían asignar partidas de gastos para la compra de equipos, materiales, vituallas, destinado a voluntarios.

Plantea, además de la reglamentación, que el Gobierno central y los locales incorporen en sus estructuras a los voluntarios, para reforzar sus equipos de trabajo.

“El voluntariado podría constituirse en una alternativa para hacer frente al sistema de salud colapsado, reclutando a nuestros profesionales en salud, recién titulados o egresados e incluso a médicos de trayectoria profesional, para reforzar los servicios. Podría incorporar incluso a profesionales de otras ramas que podrían aportar con sus conocimientos a la atención de la emergencia, tales como ingenieros biomédicos, electromecánicos, arquitectos, sociólogos, psicólogos y otros profesionales del área de las ciencias sociales”.

En la ciudad de Cochabamba, alrededor de 80 personas son parte de Cochavoluntarios, la campaña que impulsa la identificación de casos de CPVID-19 con el despliegue de las brigadas.

El grupo depende de la Alcaldía de la ciudad y realiza su labor en diferentes zonas del departamento.

El representante, Diego Buendía, quien ya realizó trabajos sociales antes, describe que los voluntarios recibieron las medidas de bioseguridad, “que es algo que no ocurre usualmente en el voluntariado, lo que generalmente pasa es que uno mismo se compra sus cosas”.

Detalla que también cuentan con un refrigerio y trasporte, con mircos que los trasladas desde diferentes puntos. Se congregan en el punto central que es el Hospital del Norte y de ahí hasta los lugares donde les corresponde cumplir funciones.

Enfatiza que la labor del voluntario “es desprendida y no tiene ninguna remuneración monetaria”

Cuentan con el apoyo de un cuerpo de médicos del Hospital del Norte, quienes coadyuvan en sus funciones y acompañan a las brigadas.

Su labor conlleva esfuerzo y el peligro latente por estar cerca de la enfermedad.

“No hay ninguna clase de garantía, tampoco ningún seguro. Lo que sí, se sabe desde un principio que es una labor que tiene cierto riesgo, lo que no significa que están totalmente expuestos, por eso recibieron capacitación necesaria para tomar las medidas”.

Acota que, si se diera algún tipo de contagio, se les informó que serían auxiliados de manera inmediata, porque están en coordinación con los profesionales de las brigadas que trabajan desde hace más de tres meses.

“Yo me cansé de solamente criticar (…). Creo que esa es la inquietud de mi persona y la delos otros voluntarios, ya que el mismo personal de salud sufre un colapso. Quisimos pones nuestro granito de arena en el rastrillaje”.

Buendía manifiesta que ya existe la idea de elaborar una ley municipal del voluntariado. Todavía resta trabajar en el tema, pero ya fue tratado también con otros grupos de voluntarios para empezar con aportes para contar con la normativa acorde a la realidad cochabambina.

Sin embargo, resalta que el voluntariado es "una labor desprendida, altruista, de alto valor cívico, en el cual se trata de dar más que recibir".


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