22/01/2020 - 07:58:50
El Deber.- Las redes sociales fueron el arma que empoderó a los ciudadanos. Desde fines de 2015 se dio un fenómeno que no se había visto. La gente comenzó a manifestarse en el ciberespacio, encontró un espacio donde no existía el amedrentamiento para, poco a poco, llevar esa rebeldía a las calles.

En diciembre de 2015, a un mes de la promulgación de la Ley de Convocatoria a Referendo Constitucional Aprobatorio, María Belén Mendívil, junto a otros jóvenes, decidieron tocar las puertas para buscar financiamiento y empezar una campaña para protestar contra este llamado.

“El MAS trabajó muy bien la implantación del miedo. Esto fue la gran barrera que nos enfrentamos quienes no habíamos sido parte de nada del proceso de terrorismo, pero las personas mayores se rehusaron a querer ayudar por el temor a ser incluidos en listas”, contó Mendívil.

La activista, que es parte de la plataforma Me Comprometo Bolivia, relató que comenzaron con lo que tenían, convocando, a través de las redes sociales a la ciudadanía, a actividades como la marcha de los abrazos.


“La campaña antes del 21F estuvo motivada por el deseo de la gente que no sabía qué hacer ni cómo actuar, pero no quería quedarse callada por tanto abuso vivido. Fueron años que se vivió en silencio”, sentenció Mendívil.

Para la activista, este proceso de indignación de la gente finaliza con los 21 días de paro en el país. “Fue la herramienta que tuvimos los bolivianos para mover ese gentío de rebeldía que estaba encerrado y que no se animaba a salir a las calles”, concluyó Mendívil.

La gota que fue horadando

Para Federico Morón, activista de Ríos de pie, todo fue un proceso, pues, hace ocho años hablar y cuestionar a través de las redes sociales no era algo que hacían, pero fue una gota que fue horadando. “Fue el coraje contagioso, en la medida de que nos dábamos cuenta de que podíamos ser más libres en las redes sociales que en la vida misma como boliviano al decir lo que pensamos”.

Al haber una cooptación del MAS en los poderes del Estado y en los medios de comunicación, el ciudadano encontró una válvula de escape para manifestarse.

El activista, quien ha denunciado varios casos de corrupción en el municipio cruceño, cree que en Santa Cruz aún no se logra llegar a la acción, porque cree que los cruceños no se cuestionan entre ellos, porque la mayoría de las personas que están en un cargo público han sido compañeros de colegio, universidad, comparsa, fraternidad, logia o barrio. “La corrupción es un secreto a voces permitido por los cruceños por el miedo a la confrontación en un pueblo tan chico”, cuestionó.

21 días de organización

Los ciudadanos están en las calles y, en Santa Cruz, la necesidad de generar ingresos económicos diarios comienza a generar incertidumbre en los sectores más sensibles de la sociedad.

Es allí cuando empieza a aflorar la hospitalidad y la buena vecindad. Mario Arias, de la plataforma Control Rotondas Santa Cruz, y que vive en la zona de la Villa Primero de Mayo, recordó que fue ahí que nació Motorazo, un grupo de jóvenes que se comenzaron a comunicar, mediante WhatsApp para llevar alimentos donde se estaban preparando las ollas comunes, además de cuidar de las zonas alejadas donde se anunciaba, en las noches, el ingreso de personas afines al MAS.

Control de Rotondas Santa Cruz cuenta con ocho personas a cargo del grupo y 161 jóvenes activos que se reúnen cada mes para recordar lo acontecido durante la protesta nacional que terminó con la renuncia de Evo Morales.

La figura es similar en Resistencia Juvenil Cochala. Milena Soto, miembro de este grupo, contó que nació luego de que vecinas de la zona de Cala Cala llamaron a los vecinos para que eviten el levantamiento de su punto de bloqueo a manos de un grupo de transportistas. De ser siete hoy son unos 800 miembros. Se los caracterizó por salir a patrullar en motos.

Hay voces que cuestionan que Resistencia Juvenil Cochala se haya convertido en un brazo paramilitar, pero Soto niega explicando que este sobrenombre fue dado por el mismo Morales y que hoy están concentrados solamente en realizar actividades de bien social.

El rey WhatsApp

Para Eliana Quiroz, experta en redes sociales e internet la aseveración que las redes sociales fueron clave en el 21F en la idea que afectaron la intención de voto está en duda, ya que no hay ningún estudio que lo demuestre y tampoco que muestren este tipo de efecto a nivel internacional.

“De lo que sí hay evidencia es que las redes sociales sirven para organización, difusión de noticias, y como efecto de esto, pueden contribuir a polarizar escenarios políticos. El principal protagonista de esto en Bolivia es WhatsApp, aunque Twitter y Facebook también tuvieron algunas funciones”, explicó Quiroz.

Alerta a los políticos

“Hacer sentir al ciudadano que su participación política es efectiva, es el gran reto del sistema político-partidario boliviano para la década 2020-2030”, señaló el politólogo Luis Orlando Peralta.

Cree que esto se da porque el ciudadano tiene una nueva conciencia política como efecto de las movilizaciones en las calles y capacidad de auto organización -mediante redes sociales- en defensa de la democracia política y el pedido de alternancia.