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- 2024-11-06
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Agencia Brasil.- Ecosistemas de gran biodiversidad, los arrecifes de coral de Fernando de Noronha y el archipiélago de São Pedro y São Paulo, dos conjuntos de islas oceánicas brasileñas, se enfrentan a la amenaza de los residuos plásticos y las artes de pesca abandonadas.
Un estudio realizado por Hudson Pinheiro, investigador afiliado a la Universidad de São Paulo (USP) y a la Red de Expertos en Conservación de la Naturaleza (RECN), ha revelado que estos dos entornos arrecifales se encuentran entre los que presentan mayores cantidades de basura, junto con los arrecifes de las Comoras (África Occidental) y Filipinas.
"Solíamos bucear en estos lugares pensando que íbamos a explorar un entorno completamente desconocido, pero en realidad ya había pruebas del impacto humano en estas regiones, con mucha basura y aparejos de pesca", reveló el investigador.
Tanto los residuos plásticos como las artes de pesca abandonadas suponen un riesgo para la vida marina. Los animales suelen confundir el plástico con comida, lo que les provoca asfixia o intoxicación, mientras que los aparejos de pesca desechados, como sedales, redes y anzuelos, continúan su impacto letal incluso en el fondo del océano, un fenómeno denominado "pesca fantasma".
Pinheiro subraya el efecto perjudicial de estos aparejos, que se enredan y rompen los corales cuando se atascan en los arrecifes. El investigador aboga por una reevaluación fundamental del uso que la sociedad hace del plástico e insta a los pescadores a adoptar materiales biodegradables para mitigar el impacto persistente de los aparejos abandonados en los ecosistemas marinos.
Pesca
Más allá del reto medioambiental que plantean los residuos, Pinheiro arroja luz sobre la amplia actividad pesquera que amenaza la biodiversidad coralina. Los residuos pesqueros descubiertos en estos arrecifes remotos, alejados de la costa, ponen de relieve la prevalencia de la pesca comercial en estas zonas.
Pinheiro observa un "patrón recurrente en el que los pescadores, al descubrir ricos caladeros, explotan estos entornos hasta agotar las especies comerciales".
Un ejemplo conmovedor es la sobrepesca del pargo (Lutjanus purpureus) en Fernando de Noronha durante las décadas de 1960 y 1970, que condujo a la desaparición de la especie.
Del mismo modo, en São Pedro y São Paulo, los tiburones fueron objeto de pesca excesiva en los años 70 y 80, lo que provocó un descenso significativo de la población local de tiburones de arrecife.
Pinheiro, sin embargo, destaca un cambio positivo en los últimos 10 años, ya que las medidas de prohibición de la pesca de tiburones han permitido la recuperación gradual de estas especies marinas.
A pesar de su lejanía de la costa continental brasileña, estos hallazgos sugieren que el impacto en los arrecifes costeros, que se extienden desde el estado de Bahía hasta el estado de Río Grande do Norte, podría ser aún más grave, cree Pinheiro.