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Tras coincidencias entre las partes, la CIJ puede dilucidar sobre el caudal artificial




28/11/2022 - 06:50:25

Página Siete.- 2016 y 2018 son dos años clave en torno al diferendo del Silala, que se ventila en La Haya. En 2016, Chile sorprendió al interponer una demanda respecto a la naturaleza jurídica del Silala. En 2018, Bolivia contrademandó a Santiago enfocándose, entre otros detalles, en los canales y el “flujo artificial”. Precisamente, la cuestión del caudal artificial es lo que puede dilucidar la Corte, en su sentencia que será dictada el jueves, dado que sobre puntos neurálgicos de la demanda y la contrademanda hay coincidencias o reconocimientos de ambas partes.

Aquello, según los expertos, salió a relucir en la etapa de alegatos orales, de abril, cuando las representaciones de ambos países se vieron cara a cara en la Corte Internacional de Justicia (CIJ), en el Palacio de la Paz.

“Tantas sorpresas no van a haber por el hecho de que ya hemos, por así decirlo, reconocido dos temas que eran críticos”, indicó a Página Siete Sergio Alberto Fernández, abogado internacionalista y miembro del Laboratorio de Análisis de Políticas, Relaciones Internacionales y Diplomacia.

Fernández explicó que en la etapa de alegatos orales por el lado de Bolivia se reconoció que el Silala es un curso de agua internacional, lo cual significó un viraje de la posición histórica que tenía el país, de que esos recursos hídricos eran bolivianos y que fueron desviados de forma artificial.

El 1 de abril pasado, el agente de Bolivia ante La Haya, Roberto Calzadilla, en un pronunciamiento emitido luego de los primeros alegatos chilenos, sostuvo que “el Silala es un curso de agua internacional”, el cual fue “artificialmente mejorado”.

En el caso de Chile -prosiguió el internacionalista- se reconoce la existencia de los canales artificiales, la soberanía de Bolivia sobre aquellos y la tuición para desinstalarlos.

De entrada, Santiago, el 1 de abril, durante su primer día de argumentos orales, reconoció la existencia de los canales en territorio boliviano. Además, su representación indicó que Chile no tiene problema de que Bolivia pueda desmantelar esas construcciones, aunque de manera responsable. En ese contexto, un elemento que queda por ser dilucidado por la Corte es si existe el flujo artificial que alega Bolivia.

“Cuando Bolivia presentó la contrademanda, lo que pidió es que se reconozca que hay un caudal de agua artificialmente aumentado. Entonces, no hay un respaldo en jurisprudencia anterior que cree esa categoría ‘flujo de agua artificialmente aumentada’, pero en el caso de que la Corte reconozca esto, y señale que son aguas compartidas, pero hay un flujo aumentado artificialmente, entonces así sí se podría poner interesante el tema, porque ahí hay una posibilidad de negociar”, indicó Fernández.

El general Luis Fernando Alcázar, catedrático en relaciones internacionales, manifestó a este medio de comunicación que Bolivia cometió errores desde 1908, desde que se otorgó la autorización de uso de las aguas a la FCAB hasta el reconocimiento en La Haya (que el Silala es un curso de agua internacional), ello a causa de “la absoluta falta de planificación estratégica”.

“La planificación estratégica nos hubiera permitido determinar objetivos claros a nivel de Estado. Esa carencia nos ha orientado a cometer errores tanto en el problema marítimo, cuanto en la administración del Silala”, manifestó.

El analista considera que el reconocimiento de Bolivia deja al país a la espera de que el fallo sea por lo menos imparcial. “Si Bolivia, en determinado momento, ha reconocido que son aguas internacionales, pues en derecho decimos ‘a confesión de parte, relevo de pruebas’. Lo único que nos queda esperar es que el fallo por lo menos imparcial, o sea un fallo con un 50% a favor de cada una de las partes. Nunca deberíamos haber reconocido, en ninguna declaración a ningún nivel, que esas son aguas de curso internacional”, sostuvo.

Eventual desmantelamiento

El abogado Alain Pellet fue el encargado de dar a conocer la intención de Bolivia de desmantelar los canales artificiales. Comunicó aquello a los jueces el 4 de abril, cuando se ventilaban los alegatos orales en La Haya.

“He sido autorizado a manifestar que Bolivia tiene la firme intención de proceder a la revitalización de los bofedales y que, aunque no se ha tomado una decisión definitiva, el Gobierno cree que la mejor manera de hacerlo será procediendo al desmantelamiento de las instalaciones”, señaló.

Eduardo Rodríguez Veltzé, expresidente y exagente de Bolivia ante La Haya, manifestó que si Bolivia desmantela los canales y La Haya dilucida la cuestión de la naturaleza jurídica del agua, el debate en torno a la forma de diferenciar cuánto de agua natural o artificial transcurre a través de los canales resulta innecesario.

“Si Bolivia procede a desmantelar los canales para restablecer los humedales y utilizar las aguas del Silala tal como lo anunció en la CIJ y el tribunal precisa la naturaleza jurídica del agua que transcurre a través de canales artificiales en cursos de agua internacionales, el debate sobre este aspecto o la celebración de acuerdos resulta innecesario”, manifestó.

¿Y la deuda histórica?

Uno de los puntos importantes en torno al caso Silala es la denominada “deuda histórica”, que presuntamente debe Chile por el uso de esas aguas.

La negociación entre La Paz y Santiago de 2009, en torno al Silala, no llegó a buen puerto porque sectores de Potosí, en especial el Comité Cívico Potosinista, cuestionaron que en el preacuerdo no se incluyera la “deuda histórica” por los casi 100 años del uso de las aguas. Ese preacuerdo estipulaba que del total del agua, correspondía inicialmente a Bolivia el 50%, porcentaje que podría incrementarse en función de los resultados de estudios conjuntos.

El 3 de abril, durante la etapa de los alegatos, Sebastián Michel, vocero de la demanda por las aguas del Silala, sostuvo que en la contrademanda Bolivia no incorporó ese factor porque hubiera perjudicado al objetivo que se busca: conocer, a través de estudios independientes, el porcentaje de agua que es producto de la canalización artificial, la cual debe ser entregada a Chile a través de un tratado.

“Lo único que está en duda acá es cuánto por ciento de esas aguas son de curso natural y el cuánto por ciento de esas aguas han sido producto de una canalización”, indicó entonces Michel.

“Históricamente, si nos manteníamos en la misma línea, entonces acompañaba nuestra respuesta y nuestra contrademanda la solicitud del pago de esa deuda, que sería, según estimaciones, de 1.000 millones de dólares, pero como hemos dado ese giro intempestivo, entonces ya ni pensar en semejante cantidad, pero en función de reconocimiento a ese caudal artificialmente aumentado sí se podría pensar en que ha existido una deuda”, explicó Fernández.

Si ocurre ese escenario, el internacionalista indicó que es difícil pensar que La Haya dirá un porcentaje respecto al caudal diferenciado. Por ello, considera que si ese tribunal acepta la existencia de ese caudal artificial, dejará abierta la ventana de la negociación.

“El tema es cuánto por ciento, porque esa es la otra duda. Es bien difícil de pensar que la Corte va a decir ‘ha sido 11% del caudal, lo que ha sido artificialmente desviado’, porque una de las pruebas presentadas del Instituto Hidráulico Danés, que ellos han dicho que más o menos oscila entre los 11% y 35% esta agua artificialmente aumentada. Entonces, hay esa estimación, pero dudo mucho que la Corte vaya a hilar tan fino. Entonces, eso nos deja una ventana que es para la negociación”, aseguró Fernández.

Con la sentencia que se prevé será dictada esta semana, Bolivia cerrará una etapa en la que tuvo que presentarse en menos de diez años, por el tema mar y el Silala, ante la Corte de La Haya. Para Alcázar, analista y catedrático en relaciones internacionales, la principal lección de esa experiencia es que se debe actuar con estrategia.

“La principal lección es que debemos planificar las cosas, porque no nos olvidemos que los primeros en indicar que se iba a judicializar este tema hemos sido nosotros los bolivianos y los chilenos por estrategia se quedaron callados y se adelantaron en la demanda. Creo que esa es la más grande y dura lección que debemos aprender los bolivianos: el hecho de actuar con estrategia. En Bolivia, otro defecto que tenemos, es que no sabemos de estrategia, no aplicamos la estrategia. Los chilenos sí lo hicieron”, lamentó.

“He instruido a Diremar que estudie las alternativas jurídicas para asumir la defensa de nuestras aguas del Silala ante las instancias internacionales competentes”, sostuvo el 23 de marzo de 2016 el entonces presidente Evo Morales. La Moneda interpuso la demanda por el Silala ante La Haya en junio de 2016.

 

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