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Al MAS le lleva demasiada energía acaparar abusivamente el poder




05/12/2021 - 08:04:50

Página Siete.- Se considera activista ambiental y a mucho orgullo. “Es un término que algunos utilizan de manera peyorativa, pero a mí la lucha por la naturaleza me parece esencial, como esencial es la lucha por la democracia”, dice Cecilia Requena,  senadora por La Paz de Comunidad Ciudadana.

Sigue desde hace años un ritual personal: “escaparse” al Montículo sopocachense, donde, cerca de la naturaleza, encuentra la serenidad que le da perspectiva. “Es como hacer un zoom out  para ver el paisaje completo y no solo el detalle. El equilibrio que hay entre estos árboles centenarios, las flores y las aves me refuerza la convicción de que hay que seguir luchando, aunque el panorama es adverso. No sé si parezco ingenua y soñadora, pero a mí me da fuerza”, dice mientras  la lluvia asecha al  parque en el que conversamos.

Desde niña, cuando estudiaba en el colegio Alemán, se le despertó una “sensibilidad especial” por la naturaleza. Su interés se consolidó en la UCB, donde cursó la carrera de comunicación y derivó en el activismo ambiental. De ahí, el paso a la ecología política fue espontáneo.

“Fui parte de Una nueva oportunidad, un grupo que trató de contribuir a la sociedad civil desde el debate y a la defensa de la democracia, por ejemplo, al explicar cuáles eran los problemas del texto constituyente, analizar el referendo del 2016. En el grupo en su momento estuvieron Loyola Guzmán, Ricardo Calla, José Antonio Quiroga y Jorge Lazarte, que en paz descanse, entre otros”.

Décadas después, Cecilia confirma que son dos causas que se conectan. “Donde no hay democracia es aún más difícil defender la naturaleza y cuando hablamos de naturaleza, estamos hablando de defender la vida, no de pajaritos, jardines o de un lujo, sino de la red que sostiene la vida. Esas causas me han llevado al activismo que es político en última instancia, porque yo entiendo lo político como lo común”.

Siendo parte de  Una nueva oportunidad llegó a la política partidaria para la que también se había formado con estudios superiores en la Academia Diplomática y en gestión pública.

“Fui parte de la construcción de Comunidad Ciudadana; fue un trabajo de años, de gente buscado alternativas al Movimiento Al Socialismo”. En 2019, Carlos Mesa, líder de CC, presentaba a las candidatas a las primeras senadurías para las elecciones generales: todas eran mujeres y entre ellas estaba Cecilia Requena, por La Paz.

“Fue un honor ser candidata en 2019 y que me ratificaran en 2020. Me animé porque estaba convencida de que necesitamos una alternativa al MAS; no puedes solo protestar y frustrarte una buena manera de canalizar las preocupaciones es hacer algo al respecto y eso hice”, explica.

Llegó  el 20-O y Requena evidenció irregularidades desde la votación estando en primera línea de control. Estuvo también en el conteo, cuando se paralizó el TREP,   y en las movilizaciones en defensa del voto ciudadano.  “Comunidad Ciudadana  siempre hizo lo  necesario por mantener la sensatez y la lucha con métodos democráticos y pacíficos, pues hubo mucha tensión de los radicalismos de un lado y de otro. Y Comunidad Ciudadana pagó el precio de mantener una línea democrática, sensata y pacífica… y lo seguimos pagando. Me siento orgullosa de eso”, evalúa.

¿Cuál fue ese precio para  Comunidad Ciudadana?

Que mucha gente en la desesperación puede tender a soluciones que pueden parecer más expeditas, pero finalmente tiene mecha corta. Impulsamos la sensatez y la paz en una defensa del voto, que fue legítima sin la menor duda; pero algunas acciones pueden dar lugar a tergiversaciones y acusaciones de inconstitucionales,  por no mencionar persecuciones por sedición, que es un tipo penal que está aplicado de manera abusiva como ha dicho la Corte IDH y Human Rights Watch. Todo puede ser considerado indebidamente, abusivamente sedición, como que una organización política  llame a acciones  por la democracia, el respeto básico a la voluntad ciudadana.

¿Cómo explica el triunfo del MAS en 2020? ¿Haría algo distinto de lo que se hizo en la campaña?

Siempre se pueden hacer las cosas mejor y uno debe poder reconocer errores y estar dispuesto a mejorar. Sin embargo, eran tiempos difíciles, estábamos en plena pandemia y  veníamos de un gobierno transitorio que cometió graves errores, como el   de responder a la línea dura del MAS   con sus mismos métodos. Hay, además, algo que no siempre se toma en cuenta y es que es muy complicado construir organizaciones políticas en Bolivia, lamentablemente el sistema está diseñado para dificultar eso, las normas son así.

El resultado fue un golpe  fuerte para CC y para toda la población a la que le importa una democracia plural, inclusiva, que no es como el MAS la entiende. El MAS la entiende como una imposición abusiva, ilegal, de las mayorías sobre las minorías, aunque esas minorías ahora representan aproximadamente la mitad del país.

Ha sido duro, pero no hay otra opción que seguir en la lucha. Siempre  aplico lo que aprendí en la lucha ecologista, que te enseña a templar el espíritu ante las adversidades, que son las más comunes. Los activistas encontramos  la energía en lo mal que están las cosas.

¿Qué opciones tiene hoy la oposición en la Asamblea ante la mayoría del MAS, senadora?

En legislación  poco, pero sí en fiscalización, alerta temprana. Ahí hemos hecho un trabajo que se ha tendido a no reconocer porque  luego de la alerta que dimos sobre las llamadas “leyes malditas” dijeron que nos habíamos dormido y no, jamás, alertamos.

Legislar es difícil en esta coyuntura. El MAS tiene una lógica tan empobrecedora que no quieren darnos oxígeno, todo lo que planteamos por más útil que sea se tiene que rechazar. Lo digo tras un año en el  que CC  se ha cansado de hacer propuestas en pos del  bien común y no ha podido pasar los filtros del MAS. Hay una posición articulada de negarnos todo, como lo hacen con los gobiernos subnacionales que no son de la línea del oficialismo.

El gobierno ha retrocedido en las leyes cuestionadas, después de las movilizaciones,  y ahora ha prometido que las leyes van a ser socializadas porque es ese otro problema, las leyes llegan con tan poca anticipación que no daban chance de leerlas, han llegado dos veces con dispensación de trámite proyectos de más de 200 páginas. Pueden hacerlo porque han cambiado el reglamento de debate entre gallos y media noche. Estamos con muchas dificultades, pero estamos en el proceso de aprendizaje y de conexión con la sociedad.

¿Hay unidad en la oposición? ¿Por qué hubo disidentes que causaron una vergonzosa elección de  directiva en Diputados?

En perspectiva, son dos personas de 100. No se ve que hay 98 legisladores de CC que reciben presiones, acoso y cumplen su trabajo. Sin minimizar la imagen que se ha dado, son los métodos del MAS de comprar vía corrupción o presión a los otros. Y pese a tanto intentar, aún no  tienen los dos tercios, que les darían impunidad. Estas personas se fueron con argumentos mentirosos porque hubo elecciones en CC días antes y nadie les impidió candidatear, un par claudicaron, se asustaron, los compraron y eso es horrible, pero hay una bancada de CC resiste. Es una bancada de la que me siento orgullosa, los veo trabajar con compromiso y patriotismo, pero eso  no se ve lastimosamente.

Tras el retroceso  del gobierno en las llamadas “leyes malditas”, ¿cuál es la situación de la Ley 342 que avala el  Plan de Desarrollo Económico 2021-2025?

El asunto del Plan de Desarrollo  está conectado con el Presupuesto General y  es importante decir que el presupuesto ha sido ocultado a la Asamblea. El ministro ha dicho que ha enviado  el proyecto en  octubre, son dos tomos de mil y pico páginas que   han querido aprobar sin que la oposición viera.

El riesgo de la aprobación del plan y el presupuesto  es que plantean una visión de país inviable. Es la repetición de la receta fallida que ya  empezó a hacer aguas en 2014 con los indicadores macroeconómicos en alerta: endeudamiento, déficit fiscal, reducción de reservas internacionales tampoco había inversión privada directa y tenía  problemas graves de empleo, salud y educación, para no mencionar el carácter ecocida de ese modelo. O sea, es un modelo inviable centralista, estatista de un Estado paquidérmico, descomunal es lo que podría imponerse en este caso y le hace mucho daño al país. Dos datos dramáticos: el PGE que recién se analiza en comisión, según un análisis  inicial destina un 82% del PIB al Estado, en otros países como Paraguay estos niveles están entre 30 y 50%, pero  en Bolivia el Estado es enorme, es casi toda la economía salvo la economía informal e ilegal, que están subterráneas.

De lo que esta medido tenemos 280 mil millones de bolivianos, de los cuales 25 están siendo gastados por el Estado y de esos el 81% se va en salarios, bienes y servicios del aparato estatal y eso incluye las empresas estatales que cada vez son más y más deficitarias; aunque también va educación y salud, que son necesarios, hay que decirlo. Pero tenemos un Estado monstruoso que crece sacándole dinero a la gente porque parte importante del presupuesto son los impuestos indirectos, que son regresivos y castigan más a los que menos tienen, porque son planos. Todos pagan el mismo IVA al consumo ganen 2.000, 10.000 o 100 mil bolivianos. Lo que saca de impuestos el Estado se lo gasta en funcionar, incrementa la deuda y crea más empresas públicas que son deficitarias, sin mencionar empresas ecocidas, como Easba. Los bolivianos son los que pagan los desastres de Ecobol y ahora Assana.

Y es que el MAS toma decisiones de la economía a partir de la política de la concentración de poder. Lo marca las decisiones aun económicas del MAS, no es una economía saludable con más empleo, por ejemplo, de calidad en el sector privado. Hacen depender la economía de la voluntad política no democrática de acumular cada vez más poder y de no irse nunca más del gobierno imponiendo posverdades también económicas; así se entiende  esta irracionalidad.

¿Qué opina de las marchas lideradas por Evo Morales?

Marchar utilizando buena parte de recursos públicos desde el poder me parece una grosería. Ya has ganado las elecciones supuestamente con el 55%, porque el TSE debe explicar las dudas abiertas, fundadas o no, y  debe transparentar las denuncias de cooptación del Órgano Electoral.

Es quererlo todo: ser gobierno, tener el poder absoluto, ocupar la calle con funcionarios obligados no solo a marchar, sino obligados a ser militantes del Movimiento Al Socialismo.  Es una máquina para acallar cualquier protesta ciudadana que, sin defender los métodos,  son desde fuera del poder del Estado. Encima el sistema judicial cayendo sobre  quienes piensan diferente. Es terrible, porque así como quieren acumular poder no tienen ni una idea sobre la Bolivia del siglo 21 en  temas sistémicos, no hablan de naturaleza, digitalización, ni empleo ni salud.

 En esta  coyuntura, ¿ve posible la reconciliación que propuso en un inicio el vicepresidente Choquehuanca?

Da la impresión de alejarse y ser difícil, pero no queda otra que seguir intentando la reconciliación que queremos los bolivianos. Lamento los últimos discursos del Vicepresidente porque ha virado en su posición, lo lamento además porque nos quedamos sin interlocutores.

Espero que haya una fusión  de voluntades contra el despotismo que vivimos  y como ciudadana y asambleísta no me resigno a darle el poder al MAS. Al final, la mayor parte de la gente quiere trabajar, que su familia esté bien,  vivir con tranquilidad. La vía es el diálogo y el respeto a mínimos pactos democráticos que empiezan en el Parlamento, como respetar el derecho de expresión de los legisladores, dejar de imponer y fomentar el debate.

No podemos estar luchando en la calle por cada ley impuesta,  entonces luchemos porque la oposición tenga dos tercios en la Asamblea. También hay que asegurar salidas electorales.

Por el otro lado, tampoco es tan fácil la tiranía, al MAS le lleva mucha energía acaparar un poder abusivo, es una forma de esclavitud, no poder vivir sin el poder abusivo. Es difícil pero no podemos darnos  el lujo de rendirnos, es  grave  lo que pasa.

¿Cuáles son los retos de CC para este 2022?

Tenemos el desafío de identificar lo que somos efectivos para destinar a ello la energía y la capacidad.  Hay ventanas para construir el bien común, lograr más sinergias, reforzar los  contactos con el mundo popular con  gente, como Cecilia Moyoviri o Toribia Lero,  que se ha levantado desde las bases de la izquierda democrática.  La única forma de lidiar con el autoritarismo creciente del MAS es   dar opciones  democráticas y evidenciar el abuso que no cesa.

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