Desinformación y discursos políticos debilitaron la cuarentena en El Alto
29/03/2020 - 09:46:41
P�gina Siete.- �El coronavirus no existe, dicen que es un invento�. �Hay caprichosos que no quieren cumplir la cuarentena�. �Mi hija me mostr� videos de lo que pasa en Italia y China, da miedo�. Esas son algunas de las frases que se oyen en medio de las ferias alte�as. All�, en la ciudad m�s joven de Bolivia, las aglomeraciones contin�an y muy pocos usan barbijos o alcohol. No hay control y tampoco informaci�n.
En El Alto, la desinformaci�n, los discursos pol�ticos y una falta de control sanitario hacen que la cuarentena se realice con serias falencias. Los vecinos piden rigurosidad y niegan ser parte de los disturbios ocurridos al inicio de la medida. Los comerciantes argumentan que viven al d�a y no pueden dejar de trabajar. Las autoridades endurecieron las restricciones.
�La anterior semana un grupo de personas se enfrent� a los polic�as en la extranca de R�o Seco en rechazo a la cuarentena. Prendieron fogatas y quemaron un cartel de la Presidenta. No es gente de la zona. Los vecinos queremos que se cumpla la restricci�n porque tenemos miedo a enfermarnos�, se�ala uno de los dirigentes vecinales, Nicol�s Mamani.
La cuarentena no logr� parar el tr�nsito de veh�culos hasta la semana pasada.
El suyo es uno de los barrios comerciales m�s importantes de El Alto. Es el punto de conexi�n con las provincias pace�as. En sus alrededores se emplaz� la �ltima estaci�n del telef�rico Szul, el hospital de tercer nivel del Norte y el Multicine m�s grande de Bolivia. Revueltos conviven restaurantes, centros m�dicos, tiendas de abarrotes, ferreter�as, internets, alojamientos, puestos callejeros y ambulantes.
Dos veces a la semana -martes y jueves- en sus calles se instala una de las ferias importantes de El Alto. Centenares de vendedoras arman sus puestos y parecen desaparecer entre un mar de compradores. Todo el que llega hasta el mercado entra en un tumulto en el que guardar distancia es imposible.
�Vienen de todas las zonas. Si llegara una persona que est� enferma con coronavirus o con cualquier otra enfermedad contagiosa, este lugar ser�a un foco de infecci�n�, advierte don Nicol�s.
El 23 de marzo, el ministro de Obras P�blicas, Iv�n Arias, inform� que el pasado fin de semanan las zonas de Senkata, Puente Vela y R�o Seco se detuvo a m�s de un centenar de personas que se negaban a acatar la cuarentena, los acusaban de haber protagonizado disturbios en los que se apedre� a polic�as y a ambulancias.
Estos grupos argumentan que la cuarentena es una medida pol�tica. Se resisten a la presencia de polic�a porque consideran que los uniformados causaron la renuncia de Evo Morales a la presidencia.
�Ninguno de los que estaban en esos conflictos era de la zona. Tampoco somos los feriantes. Nosotros solo salimos de d�a en el horario que nos indicaron�, dice do�a Rosa.
Ella es una de los comerciantes que cada martes y jueves llega hasta la extranca de R�o Seco para vender una serie de productos. Ahora lleg� caminando y empujando un carrito de fierro con varias divisiones.
�Hay algunos caprichosos que no quieren cumplir la cuarentena. Pero tambi�n se entiende porque si no vendemos de qu� vamos a vivir, c�mo se va a abastecer a las familias�, dice.
Es parte del m�s del 70% de los habitantes de El Alto que, se estima, se dedican al comercio informal. Seg�n datos de la Alcald�a alte�a, en los �ltimos a�os, este sector cop� y se expandi� por ocho puntos estrat�gicos de la joven urbe.
Los ambulantes tomaron las calles.
�Nosotros vivimos al d�a, si no trabajamos no comemos. Por eso no estamos de acuerdo�, dice do�a Antonia. No quiere ser identificada y es algo reacia a hablar. �Adem�s eso del coronavirus no existe, es un invento�, a�ade.
Su argumento se repite en otras vendedoras y tambi�n en compradores. Creen que se quiere tener militares y polic�as en las calles para mantener un Gobierno de transici�n por mucho m�s tiempo.
Y es que la desinformaci�n es lo que reina. Lo que se conoce de la pandemia llega mediante rumores que pasan de boca en boca o por mensajes de WhatsApp que se�alan que las enfermedades se inventan con fines pol�ticos.
�Eso dijo una de las legisladoras, que era una estrategia. Tambi�n lo dicen los dirigentes. Hay hasta carteles pegados en los postes. Pero no creo. Mi hija me mostr� unos videos de los ata�des en Italia y da miedo�, comenta Alcira Ticona.
En su puesto no tiene radio ni televisi�n. De rato en rato su hija, de unos 13 a�os, le muestra algunos videos que encuentra en Facebook o en otra red social. Dicen que han visto alg�n spot del lavado de manos pero no tienen claro de que se trata la �nueva enfermedad�.
�Si no hay control, menos hay socializaci�n. El problema est� solo en ciertos puntos, los barrios no comerciales est�n en cuarentena�, reclama Julio Quispe, uno de los asistentes a la feria. Habla desde el fondo de lo que parece un casco construido por una gorra, un barbijo y una chalina.
�Ac� hay un mont�n de gente, todos quieren vender y comprar de todo, no s�lo alimentos. Aqu� deber�an aprovechar para hablar de la enfermedad, la gente escucha y aprende, pero si nadie les explica van a seguir desinformados. Los polic�as est�n controlando las movilidades all� en el puente pero una cuadra m�s ac� los minibuses est�n como si nada�, acota agitando la cabeza.
�Los vecinos estamos cumpliendo la cuarentena. Pero de nada sirve si no se controla bien la aglomeraci�n de la gente que viene desde otras zonas. Est� bien, tienen que abastecerse pero no se respeta las normas de limpieza ni de distancia. Vienen familias enteras en movilidades llenas�, advierte don Nicol�s.
Villa Dolores es uno d ellos principales punto de abasto de alimentos para El Alto
Bares y alojamientos: 24 horas
Pero la extranca Rio Seco no es el �nico lugar con problemas. Senkata tambi�n realiz� su feria al igual que Villa Dolores. En este �ltimo barrio tambi�n hubo grescas con la polic�a.
�Se han resistido los primeros d�as, cuando la restricci�n solo era en la tarde y la noche. Despu�s con el control policial las tiendas y el mercado se cierra hasta mediod�a y ya todo queda vac�o�, dice una de las tenderas en la plaza de Villa Dolores.
Es uno de los principales centros de abasto. All� llegan camiones para descargar alimentos y camionetas m�s peque�as para cargar v�veres que ir�n hasta las provincias. Colinda con la Ceja, el Barrio Chino de El Alto y la 12 de Octubre. Estas zonas son conocidas como comerciales pero tambi�n como �reas rojas de la urbe.
En todo este sector hay negocios dedicados al hospedaje temporal, adem�s de bares y lenocinios. Pese a la prohibici�n para la venta y consumo de bebidas alcoh�licas y de concentraci�n de personas, hasta el 21 de marzo estos establecimientos continuaban operando.
Un operativo detuvo a varias personas en estado de ebriedad, trabajadoras sexuales y sus clientes. Estos negocios se negaban a cerrar, algunos trabajaban a puertas cerradas.
�Al principio de la cuarentena parcial uno de los operativos fuertes fue en la 12 de octubre y la Ceja, las casas de citas segu�an operando. Ya el lunes, en un recorrido por el lugar, hemos visto que han dejado de funcionar�, se�al� el subdirector de la Fundaci�n Munasim Kullaquita, Ariel Ram�rez. Esta organizaci�n trabaja con ni�as y adolescentes v�ctimas de violencia sexual comercial y realiza recorridos constantes en estas zonas.
Comerciantes venden alcohol, barbijos y otros insumos de limpieza.
�Los alojamientos parece que est�n funcionando. A ratos sus puertas est�n abiertas y vienen los controles y las cierran. Pero despu�s los comercios y el mercado levantamos todo tal como dice la norma�, asegura una vendedora de frutas.
Aunque es un mercado de alimentos, en los alrededores se vende ropa y otros utensilios que no son de primera necesidad. Vendedoras y comerciantes intercambian productos y dinero sin desinfectarse las manos. Intercambian saludos sin distanciarse y hablan a gritos casi al o�do sin un barbijo que les cubra boca y nariz.
Cerca el mediod�a, hora en que la feria debe levantarse, en las esquinas; ni�os, j�venes, adultos y personas de la tercera edad se arremolinan en puestos de comida callejera de bajo costo. Llamados por los deliciosos aromas que emanan de ollas enormes, comen en platos y cucharas que apenas son sumergidos en un balde de agua luego de ser usados. Despreocupados por la hora y por la instrucci�n de no circular, los comensales contin�an comiendo sin prestar atenci�n a los vendedores ambulantes que se acercan a ofrecer barbijos o alcohol en gel.
