El efecto de estar sin periódicos en Venezuela
25/02/2020 - 15:32:32
VOA.- Ana Peraza, venezolana de 60 a�os, extra�a la rutina que cumpl�a fielmente cada ma�ana en su hogar o en el trabajo: se serv�a el desayuno, colaba un cafecito negro y le�a enteramente al menos un diario impreso. Desde hace meses, a�ora el �ltimo, pesarosa.
Los peri�dicos son una especie extinta en Zulia, su estado natal. Los seis diarios de la regi�n, epicentro de la industria petrolera y la provincia m�s poblada de Venezuela, dejaron de circular de manera progresiva desde 2017 por el monopolio oficial de su materia prima y por la crisis econ�mica.
Peraza siente que la desaparici�n de la prensa la ha dejado hu�rfana en lo informativo.
�En verdad uno se siente muy mal. �C�mo nos enteramos ahora de lo que pasa en este o en otro pa�s?�, se pregunta, una ma�ana de viernes bajo la sombra de un frondoso �rbol de la calle 5 de Julio, una de las m�s transitadas de Maracaibo, a la espera de un bus del transporte p�blico.
El Instituto de Prensa y Sociedad (IPYS) ha registrado el cese de circulaci�n de 68 peri�dicos en Venezuela desde 2013. El �ltimo en clausurar su versi�n impresa fue El Carore�o, del estado Lara, que el 25 de enero public� su �ltima edici�n con el titular �apagamos la rotativa�.
Encargada de un taller de servicios para veh�culos, Peraza recuerda que cada ma�ana, sin falta, deten�a su carro en alg�n sem�foro para comprar el peri�dico del d�a a un vendedor ambulante.
Hoy, se siente irremediablemente lejos de ser lectora nativa y ducha del mundo digital. �No es lo mismo ver noticias en el celular. Si no tienes wifi, te �comes� los megas� de navegaci�n, advierte.
La mujer desconf�a de las l�neas editoriales de los canales -p�blicos o privados- de la televisi�n venezolana. Tampoco halla d�nde publicar un aviso clasificado para contratar mec�nicos o tantear las ofertas de supermercados, como estilaba en la prensa de los viernes.
�Es grave. Esto me ha afectado mucho�, dice Peraza, enfadada. �Est�s desubicado, porque no tienes c�mo informarte. Venezuela necesita peri�dicos urgentemente�, a�ade, seria.
Vigor en decadencia
La oeneg� venezolana Espacio P�blico, especializada en libertad de expresi�n, denunci� que 40 peri�dicos cerraron y 13 redujeron sus ediciones o eliminaron secciones solamente en 2018.
Seg�n sus �ltimos registros, 10 de los 23 estados de Venezuela no tienen prensa en circulaci�n. La organizaci�n atribuye sus cierres a la falta de dinero en efectivo de sus lectores, al monopolio del papel prensa de parte del estatal Complejo Editorial Alfredo Maneiro y a la crisis econ�mica.
Carlos Correa, director de Espacio P�blico, indica que el pa�s solo tiene a mano el 15 por ciento del �volumen de la superficie impresa� que generaban los 105 peri�dicos existentes hace siete a�os.
Explica que el control cambiario en Venezuela, vigente desde 2003, dificult� la importaci�n de papel prensa y, luego, el Estado monopoliz� su distribuci�n, en detrimento de los diarios cr�ticos.
Correa destaca que la prensa regional en Venezuela era �vigorosa�: impulsaban la econom�a, obligaban a la rendici�n de cuentas de alcaldes y gobernadores y dictaban la agenda informativa en los estados.
�Eran diarios con una enorme penetraci�n local. Muchos de esos peri�dicos ya no est�n saliendo. Migraron a proyectos web, han desaparecido o se han debilitado profundamente�, apunta Correa.
En la actualidad, lamenta, se ha reducido esa esfera del debate sobre lo p�blico. �La sociedad venezolana tiene menos informaci�n y menos informaci�n de calidad�, certifica.
Impacto ciudadano
Henry Nam�as, de 65 a�os, parece devorar con sus ojos el semanario que sostiene, detenido en las cercan�as de la plaza La Rep�blica de Maracaibo. Con un cigarrillo encendido pendiendo de su boca, hojea este viernes las 24 p�ginas de la publicaci�n Qu� Pasa casi con desespero.
Era uno de los seis diarios que circulaban en Maracaibo y otros poblados de Zulia. Dej� de circular en 2019 por insuficiencia de papel, pero volvi� a la calle este mes con una sola edici�n cada viernes.
Nam�as detalla que, durante los turnos nocturnos de su oficio, comenz� a leer libros que le prestaban sus hijas. Antes, hac�a lo propio con peri�dicos.
Su semanario, a cambio de 20.000 bol�vares -tres centavos de d�lar-, lo tiene exultante. �Estoy content�simo�, comenta el hombre, delgado, de pelo cenizo y que trabaja como vigilante privado.
Fanny Finol, de 60 a�os, cree que la existencia de un solo peri�dico cada siete d�as es insuficiente. Cita la Biblia para argumentar que los pueblos perecen por falta de conocimiento.
�Me siento desinformada. Ahora tengo que estar viendo televisi�n, porque no tengo tel�fono inteligente (para leer diarios o noticias)�, declara. Los diarios, recuerda, le serv�an para tomar decisiones importantes, como por qui�n votar o d�nde comprar alimentos.
Amable Simancas, de 67 a�os, extra�� leer en un diario la cr�nica del nocaut del venezolano Jorge Linares al mexicano Carlos Morales, en el Honda Center de California, Estados Unidos.
�Donde veo lectura, hermano, estoy pegao�, dice, coloquialmente. Su secci�n de peri�dico favorita es la deportiva. Cr�tico de los diarios que, a su juicio, �atacan� al gobierno en disputa de Nicol�s Maduro, echa mano a la jerga box�stica para ilustrar su desilusi�n.
�Pega, �mano�. Pega salir a la calle sin noticias y no conseguir buena informaci�n�, dice Simancas, frente a la vidriera de un comercio de la calle 5 de Julio, casualmente empapelada con ejemplares viejos de Versi�n Final, uno de los seis diarios zulianos que han desaparecido en los �ltimos tres a�os.
Noticias en "Archipi�lagos"
Andr�s Ca�iz�lez, autor del libro "Veinte a�os de censura en Venezuela" (1999-2018), juzga que los venezolanos son protagonistas de una din�mica social donde se informan de forma fragmentada.
�El acceso a la informaci�n ocurre a trav�s de archipi�lagos: de lo que me entero yo, no se entera el vecino, porque no hay medios de referencias�, diagnostica.
El periodista, profesor universitario e investigador cree que la ausencia de la prensa tiene una repercusi�n negativa �sumamente grave� en la sociedad venezolana.
�Los peri�dicos eran los organizadores de la l�gica informativa, las radios le�an sus titulares. Dictaban la agenda. Hay un quiebre importante en esa din�mica�, subraya.
Ca�iz�lez opina que las redes sociales no jerarquizan la informaci�n ni son capaces de atar el compromiso t�cito entre lectores y periodistas de corroboraci�n y confianza de los datos publicados.
Advierte que las versiones digitales de los diarios dependen de servicios precarios en el pa�s, como la electricidad -racionada en m�ltiples estados- y las telecomunicaciones -que fallan frecuentemente-.
Heilet Morales, integrante de la Mesa de Edici�n del centenario diario Panorama -dej� de circular el 14 de mayo de 2019-, observa que las redes sociales resultan �peligrosas� en cuanto a su veracidad.
Califica como �anormal� el cese y cierre parcial de decenas de peri�dicos en Venezuela. Lo valora como un evento �at�pico� en el contexto latinoamericano.
Morales opina que es �inestimable� la posibilidad del lector venezolano de consultar m�ltiples enfoques en cada diario. Que los peri�dicos cerrados vuelvan a circular es su deseo.
�Es normal en una democracia que el contrapeso del poder, que son los medios, todos a la vez, le toquen la puerta al poder pol�tico. En un escenario tan duro como el que vivimos en Venezuela, es poco menos que una proeza echar a andar de nuevo las rotativas�, anticipa.
Noticias "en coma"
Desgastado y oxidado, el quiosco de Minerva Araujo refleja que la mujer, de 57 a�os, est� a punto de cumplir tres d�cadas vendiendo peri�dicos en una acera de la calle 5 de Julio.
Hoy, exhibe sobre su carrito de metal una sola revista de carreras de caballos, la Gaceta H�pica, y una decena de ediciones del Qu� Pasa que apenas reinici� sus operaciones hace tres semanas.
Entre mayo de 2019 y enero pasado, estuvo ocho meses sin vender un solo ejemplar de los diarios locales. Y, antes, vend�a �cerros y toneladas� de peri�dicos, dice.
�Vend�a 450 ediciones de El Nacional y 500 de Panorama un domingo cualquiera. Yo levant� a mis cinco hijas y ayud� a mis padres vendiendo peri�dicos�, declara, orgullosa.
Sus finanzas, sin la quintaesencia de su quiosco, se desplomaron. Sus clientes, acota, tambi�n sufrieron la p�rdida de informaci�n �caliente�, del momento. �Quedamos como cuando te meten al quir�fano o a cuidados intensivos: en coma�, ironiza, con una media sonrisa.
Sus clientes, remarca, est�n �vidos de peri�dicos. Ellos, tanto como ella, no se conforman con un semanario. Minerva ruega en nombre de todos que regresen sus productos mejor vendidos.
��Que vuelvan! �Ojal� vinieran todos, como antes!�, dice, ahora s�, sonriendo a plenitud.
