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Ramón Avellán, el verdugo del régimen de Daniel Ortega acusado por el asesinato de 107 opositores




29/12/2019 - 10:49:16
Infobae.- La represi�n en Nicaragua tiene nombre y rostro. Ram�n Avell�n Medal es un comisionado de la Polic�a nicarag�ense a quien el gobierno de Estados Unidos le atribuye al menos 107 asesinatos de opositores al r�gimen de Daniel Ortega.

Avell�n, de 60 a�os, es un hombre corpulento, moreno y con cara de pocos amigos, que bien se le puede ver bailando �El comandante aqu� se queda�, la canci�n emblem�tica de la represi�n de Daniel Ortega, o insultando o golpeando opositores. Otras de sus actividades son menos visibles. Reiteradas denuncias de tortura y asesinatos le valieron una sanci�n de Estados Unidos el pasado 7 de noviembre, junto a otros dos importantes funcionarios nicarag�enses.

"Todos los bienes e intereses econ�micos de estos individuos, y de cualquier entidad que sea de su propiedad, que est�n en Estados Unidos o en posesi�n o control de personas estadounidenses, est�n bloqueadas y deben ser reportadas a la OFAC. Las regulaciones de la OFAC generalmente proh�ben tratos de estadounidenses dentro (o en tr�nsito) de Estados Unidos que involucren cualquier propiedad o inter�s de personas sancionadas", dice un comunicado del Departamento del Tesoro estadounidense.

Nacido entre la pobreza, Avell�n es hijo de un guardia somocista, estudi� para maestro, se integr� a la guerrilla sandinista en 1976 y en los a�os 80 tuvo una discreta carrera en las filas de Ministerio de Gobernaci�n, desde el cual lleg� a la Polic�a. Fue jefe policial en la coste�a ciudad de Bluefields, jefe de Seguridad P�blica y jefe de Tr�nsito.

�Viv�a en una casa de madera en el barrio San Antonio, de Jinotepe, piso de tierra. Su mam�, do�a Ana Avell�n, vend�a tortillas. Eran una familia muy pobre, su situaci�n rayaba en la miseria�, recuerda un amigo de la infancia.

Es un hombre religioso. El padre Edwin Rom�n, uno de los curas que m�s ha enfrentado a Avell�n, y tambi�n lo ha padecido, indica que el jefe policial era de los que ped�a la bendici�n cada vez que se encontraban.

Para mayo de 2018, cuando la represi�n del orteguismo era generalizada Avell�n le habr�a dicho al cura Rom�n: �Padre, yo todas las ma�anas rezo aqu�, y tambi�n pongo a rezar a los polic�as. Yo me arrodillo�. El sacerdote dice que se qued� con las ganas de decirle: ��Para qu� reza? �Para salir a matar?�.

La �conversi�n� de Avell�n, de un jefe policial tratable a un verdugo de la dictadura orteguista, se produce a partir de que en Nicaragua el pueblo se alz� en protestas c�vicas, en abril de 2018, en contra del r�gimen de Ortega y su esposa Rosario Murillo y las manifestaciones fueron aplastadas con armas de guerra.

Como subdirector de la Polic�a, Avell�n puede operar en todo el pa�s, pero durante las protestas sus �reas de acci�n fueron principalmente los departamentos de Masaya, Carazo y Le�n.

Masaya es conocida como �La ciudad de las flores� en Nicaragua, pero no fueron precisamente con flores que recibieron al comisionado Avell�n.

Entre el 2 y el 19 de junio de 2018, Avell�n qued� sitiado en una ciudad donde se contaban m�s de 200 barricadas, algunas de ellas a menos de dos cuadras de la delegaci�n policial donde se refugi� el comisionado.

En Masaya m�s de 30 opositores fueron asesinados por el r�gimen de Ortega. Carlos Manuel D�az fue uno de ellos. Candelaria D�az, la madre del joven asesinado, se�ala directamente al comisionado Avell�n por la muerte de su hijo. �l dirig�a el ataque en el que muri� su v�stago.

�Ante los ojos de Dios es malo no perdonar pero...�, comienza a decir Candelaria, cerca de un fog�n, en el que acaba de cocinar el almuerzo. Tras esas palabras empieza a llorar. Pero sigue diciendo. �Yo no puedo (perdonarlos). Ellos me quitaron lo m�s preciado de mi vida, me arrancaron la mitad de la vida, porque era mi �nico hijo var�n. Yo no lo puedo perdonar a �l (Ram�n Avell�n), ni a �l (Daniel Ortega) ni a la vicepresidenta (Rosario Murillo). No los puedo perdonar. Para m� est�n bien (las sanciones que Estados Unidos impuso al jefe policial atribuy�ndole 107 asesinatos) porque Avell�n y todos ellos tienen que pagar por estos cr�menes�.

�Es una persona sin escr�pulos, sin coraz�n. No sabe lo que es tener a Dios en su coraz�n�, dice el padre de Junior Gait�n, otro de los j�venes asesinados en Masaya.

�Tiene cara de un perro. Pareciera que est� pose�do�, se�ala por su parte Mar�a Andrea Jos�, madre de Darwin Potosme, conocido como Fafo y asesinado el 17 de junio de 2018.

La actuaci�n del comisionado Avell�n ha quedado documentada por organismos internacionales.

�En la represi�n ocurrida en Masaya hubo una actuaci�n conjunta de grupos de choque, personas de la Alcald�a y la Polic�a Nacional. La presencia de alto mando como Ram�n Avell�n en el lugar ratifica que esta metodolog�a fue decidida a nivel nacional. Existen im�genes que comprueban el accionar de grupos de civiles que, junto con la polic�a, atacan a un grupo de manifestantes que intentaba avanzar por la calle principal del Barrio Monimb�, concluye el informe elaborado por el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), a quien la OEA encomend� la investigaci�n de los hechos violentos ocurridos entre abril y mayo de 2018.

Entre el 2 y el 19 de junio de 2018, Avell�n qued� sitiado en una ciudad donde se contaban m�s de 200 barricadas, algunas de ellas a menos de dos cuadras de la delegaci�n policial donde se refugi� el comisionado. De estos d�as de sitio, quedaron los conocidos como �Videos del Comisionado Avell�n�. Se trata de videos artesanales que los sitiadores grababan cada noche con mensajes por meg�fono hacia el comisionado Avell�n. Los videos se volvieron virales en Nicaragua.

El comisionado sitiado fue rescatado por un gigantesco operativo que involucr� a unos 1500 polic�as y paramilitares. El ataque dej� seis muertos y 34 heridos.

A partir de ese momento, el r�gimen de Ortega inicia una serie de operativos denominados �Operaci�n Limpieza�, los cuales consistieron en, con polic�as y paramilitares armados con fusiles de guerra, ir matando o hacer huir a todos los opositores que estaban atrincherados en las ciudades con barricadas en las carreteras principales. Y luego de la artiller�a, trabajadores con camiones de las municipalidades iban levantando los tranques para despejar las v�as.

En esas �operaciones limpiezas�, que en Masaya y en otras ciudades estuvieron a cargo de Avell�n, fue en las que el orteguismo asesin� a muchos de los ciudadanos que hoy lamenta Nicaragua. Seg�n algunos organismos de derechos humanos son m�s de 326 los muertos. Hay organismos que cuentan m�s de 500.

Repudiado por unos y condecorado por otros. En octubre pasado, una muchedumbre abuche� y lanz� botellas de agua contra el jefe policial cuando este decidi� hacer presencia en las sonadas fiestas de San Jer�nimo en Masaya. Por otro lado, el septiembre de 2018, la alcald�a de esa ciudad, controlada por el oficialismo, lo declar� �Hijo dilecto�. Y recientemente, el Comit� Ol�mpico Nicarag�ense le entreg� un reconocimiento.

Los simpatizantes del r�gimen lo ven como un h�roe. La discreta carrera policial de Avell�n recibi� un impulso despu�s de sus actuaciones durante la represi�n.

En agosto de 2018, el r�gimen hizo p�blica la designaci�n de Avell�n como Subdirector de la Polic�a, a pesar que su nombramiento habr�a sido hecho en el 2017. �La publicaci�n de estas antiguas designaciones en el contexto de violencia de esos d�as, solo puede entenderse como gesto de aval al desempe�o de esos funcionarios, precisamente, los m�s encumbrados en el mando institucional y responsables del accionar policial�, dice el informe del GIEI.

Pocas personas en Nicaragua le encuentran una explicaci�n a porqu� Avell�n se torn� tan represivo, pero quienes lo conocen de cerca dicen que �l siempre lo fue. Y otros se�alan que desde principios de la revoluci�n sandinista, en los a�os ochenta, cuando �l era jefe de personal y cuadro del Ministerio del Interior (Mint), fue un fan�tico del sandinismo. Cuando sal�a del trabajo llegaba a su casa y se quitaba el uniforme para salir a hacer trabajo pol�tico del FSLN. ��l compr� el discurso de la Rosario, de que esto se trataba de un golpe de Estado�, dice un exguerrillero del FSLN, ahora en contra del orteguismo.

Un exjefe policial dice que Avell�n es una persona �resentida con la sociedad y resentido de clase� y tal vez por haber nacido en la pobreza ahora tiene muchos resentimientos. La exguerrilera Dora Mar�a T�llez concluye que Avell�n es �el ejemplo m�s grotesco de una jefatura policial comprometida con las masacres, en una org�a de fanatismo orteguista, poder, violencia y sangre�.

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