Arreglar un vehículo en Venezuela suena como un imposible
06/11/2019 - 12:06:53
VOA.- La nostalgia lo asalta cuando habla de ella. Detalla, orgulloso, la lista de sus viejas glorias: ella luc�a siempre bien pintada; le sustitu�a los cuatro cauchos cada a�o; su aire acondicionado funcionaba a plenitud; pudo hasta cambiar su motor, no solo repararlo.
�La ten�a �full equipo� hace unos a�os�, dice, melanc�lico, Rafael Corona, un venezolano de 60 a�os, mientras se recuesta a su camioneta, una Malib� del a�o 1977, de un color azul verdoso.
El veh�culo, estacionado esta ma�ana en una carretera de asfalto en Maracaibo, a 700 kil�metros de Caracas, todav�a circula. Le es �til todav�a en su trabajo como especialista en equipos de refrigeraci�n.
Pero el inventario de sus fallas se ha hecho extenso.
Su tren delantero est� defectuoso. Debe repararle el sector y reemplazar la bomba de gasolina. Le urge, tambi�n, eliminar un bote de aceite que tiene desde hace alg�n tiempo en el llamado �hidrom�tico�.
Debi� recurrir a sus ahorros hace dos meses para pagar 500 d�lares por la reparaci�n de su motor. El monto es, probablemente seg�n calcula, lo que alguien le pagar�a por comprar su camioneta entera en el mercado local.
�Tengo que hacerle (arreglarle) casi todo�, comenta, preocupado.
Los talleres mec�nicos en Venezuela se han repletado de veh�culos abandonados por due�os que no pueden costear sus reparaciones.
Los talleres mec�nicos en Venezuela se han repletado de veh�culos abandonados por due�os que no pueden costear sus reparaciones.
La reparaci�n m�s econ�mica de la lista de fallas cuesta 80 d�lares. Ha tenido que postergarlas por falta de dinero. A esos precios, poner a tono su veh�culo de viejas glorias es simplemente un imposible para �l.
�Es imposible comprar cualquier cosita para la camioneta por el d�a a d�a, por la comida, los gastos de la casa�, apunta, decepcionado, antes de lanzar su �ltima sentencia. �Es imposible arreglar un carro ahorita aqu�.
Venezuela experimenta una crisis econ�mica punzante desde 2014. Solo la inflaci�n acumulada en los primeros nueve meses del a�o fue de 3.326 por ciento, seg�n cifras de la comisi�n de Finanzas del Parlamento nacional.
Hacer mejoras a veh�culos en un tejido comercial de precios altos y dolarizados es un reto en un pa�s cuyo salario m�nimo mensual es de apenas 150.000 bol�vares o 6,6 d�lares al cambio oficial.
El servicio de cambio de aceite del motor para un veh�culo de cilindrada moderada cuesta 42 d�lares en Venezuela. Sustituir ocho buj�as a una camioneta, 120 d�lares. La entonaci�n, entre 150 y 300 d�lares. Y as�.
Carlos L�pez, un venezolano de 40 a�os dedicado al transporte privado, se refiere a las reparaciones pendientes de su carro, un Accent de vieja data, como quien se alista para vivir un alud de complicaciones: una tras otra.
�El ingreso que tenemos no permite hacer grandes reparaciones o hacerlas a cabalidad. Entonces, nos nacen otros problemas en los carros y no sabemos cu�l resolver y quiz� viene otro m�s�, lamenta.
Su padre, Agust�n, un jubilado de la empresa estatal Petr�leos de Venezuela, y �l juntaron fuerzas para pagar hace un a�o la refacci�n de la caja de velocidades. Planean hacer lo propio para entonar el motor.
�Fue doloroso pagarlo y dif�cil conseguir el dinero�, recuerda el hijo, sentado en una silla portable, mientras su carro est� a unos metros, estacionado en los �ltimos puestos de una fila para verter gasolina.
El aprieto financiero que menciona Carlos es una din�mica a dos bandas: la sufren los choferes, tambi�n la padecen los proveedores de servicios.
Han cerrado sus puertas al menos 700 de las 790 ventas de repuestos de Zulia, el estado m�s poblado de Venezuela, de acuerdo con Jos� Vel�squez, presidente de la C�mara de Autopartes de la regi�n.
El promedio de cierres es similar en el resto del pa�s, afirma.
Culpa de la crisis del sector al alto costo de la vida; el control oficial de divisas; los problemas para importar piezas; y la especulaci�n de algunos vendedores, lo que �l identifica como �el precio a pepa de ojo�.
�Son impagables muchas reparaciones. Ahorita, puede haber repuestos por todos lados, pero la gente no tiene c�mo comprarlos�, eval�a.
Las ventas de autopartes se han desplomado en niveles que rozan el 80 por ciento, precisa Vel�squez. Son paquid�rmicas. Y se evidencian en polvo.
Un manto de sucio terroso recubre las ventanas y la latoner�a de una camioneta blanca, varada en el segundo puesto del taller mec�nico de Jos� Luis Fern�ndez, en el norte de Maracaibo.
Est� parqueada all� desde hace siete meses. Alguien escribi� sobre el polvillo de la ventana del copiloto el n�mero telef�nico de su due�o, un hombre de negocios de Valencia que la dej� ah� al fundirse su motor.
Su propietario vive hoy en Estados Unidos, donde aguarda por la venta de su camioneta. En Venezuela, le es m�s rentable que repararla.
Fern�ndez, encargado del taller desde hace 30 a�os, calcula que hay una docena de veh�culos en condiciones similares, la mayor�a abandonados por due�os que no pueden o quieren costear sus reparaciones.
Su negocio est� silencioso, con m�nimo movimiento. En esos amplios espacios de hasta 30 puestos, sus mec�nicos atend�an entre 40 y 50 veh�culos cada semana hace cinco a�os.
Hoy, brinda servicios a cuatro cada siete d�as.
�Estamos casi cerrados�, admite.
Jos� Gallardo, uno de sus trabajadores, de 51 a�os y padre de tres hijos, indica que el colapso del negocio inici� hace dos a�os.
�Este a�o fue lapidario�, dice, con sus ropas manchadas de grasa y aceite.
Armando Lossada, cabeza de otro taller especializado en camionetas Jeep y carros Dodge y Chrysler, estima que su flujo de clientes se fue a pique hasta en 90 por ciento en comparaci�n a cuatro a�os atr�s.
�Esto es una lucha constante�, comenta.
Venezolanos como Valmore Fern�ndez, un jubilado entrado en sus 70 a�os, a�n se acercan a negocios como esos a solicitar presupuestos.
Desean tener una idea de cu�nto puede costarles mantener sus veh�culos en un contexto donde los precios, a�n en d�lares, suben a diario.
En el caso de Fern�ndez, quiere echar a andar un veh�culo Hyundai Accent que arrum� hace meses en el estacionamiento de su edificio tras presentar fallas en su motor.
En uno de los resquicios de su billetera, preserva un papel blanco diminuto, doblado, ya desgastado. Lo saca y desdobla.
La hojita tiene pormenorizado en bol�grafo azul cu�nto le costar� entonar el motor de su carro: 350 d�lares en repuestos importados; 620 d�lares en piezas locales; y 300 d�lares en mano de obra.
�El precio de hoy ya var�a para ma�ana�, le advierte un amigo que le acompa�a. Fern�ndez hace una mueca antes de guardar el papel.
La nota, al menos todav�a, no le ser� de utilidad.
