Volver a clase en Venezuela: Cada vez menos maestros y útiles escolares a precios inalcanzables
26/09/2019 - 11:51:39
Infobae.- El regreso a clases parece un imposible en la Venezuela de estos d�as. Volver a llenar los cuadernos con f�rmulas matem�ticas y apuntes de historia no aparece dentro de las prioridades de los padres que siguen empe�ados en sobrevivir. La crisis econ�mica arrolla, no hay respiro. La carrera por comprar alimentos supera cualquier esperanza de hacer esfuerzos por algo diferente. La frase repetida en los pasillos y oficinas es �no he comprado nada para el colegio de los muchachos�. Muchos se plantean la posibilidad de no mandar a sus hijos de vuelta a clases. Una tragedia.
El salario de los venezolanos sigue estancado en 40 mil bol�vares (menos de dos d�lares mensuales), mientras que una libreta puede costar hasta 140 mil bol�vares (6 d�lares). �C�mo hace un trabajador para comprar los �tiles escolares y los uniformes?, los textos para los adolescentes superan los 800 mil bol�vares (36 d�lares) y los zapatos deportivos no bajan de 250 mil (11 d�lares). Este simple repaso hace que la alegr�a de regresar a la escuela se convierta en una pesadilla.
En la acera de enfrente est�n los maestros y las maestras, con un rosario de reclamos y un mar de dudas. En julio, cuando se acab� el per�odo escolar, el sentimiento del magisterio era de duelo. La mayor�a decidi� migrar de pa�s o de profesi�n.
En el aeropuerto de Santo Domingo del T�chira me encontr� a un docente vendiendo caf� y pasteles. �l no va a regresar a la escuela, �la cosa est� muy dura hermano�, me dijo con su acento de gocho. Se pasa los d�as hirviendo agua y trasteando con los peroles de una cafeter�a instalada en la entrada del terminal que a duras penas alberga unos pocos vuelos semanales. �Yo trabaj� bastante tiempo en una escuela de Fe y Alegr�a, pero no da. Aqu� todo es en Pesos colombianos y ese sueldo que pagan no alcanza para nada�. Sentenci�, y dej� bien claro que no volver� a los salones porque se morir�a de hambre.
Futuro incierto
El gobierno de Maduro -como en otros casos-, se apura y dice que la vuelta a clases ser� una fiesta, un derroche de alegr�a y color. Anuncia la entrega de morrales y �tiles escolares para los millones de ni�os que regresan a los salones. Sin embargo, la realidad lo desmiente. No hay color ni alegr�a, no hay morrales para todos y los �tiles son un monumento a la escasez y la mala calidad. Justo cuando escribo estas l�neas leo una convocatoria de los docentes que llaman a paro y a protestar el pr�ximo 16 de septiembre. Me asusta el destino de los dirigentes, con suerte ser� de bombas lacrim�genas y represi�n. Ojal� no vayan a parar a una c�rcel.
Rayos de luz
Hay quienes dicen que la luz que se ve en medio del t�nel no es otra cosa que la locomotora acerc�ndose a toda velocidad para embestir sin remordimientos al que deambula por la penumbra de la desgracia. Pero tambi�n hay otros que se empe�an en mostrar un rayito de ilusi�n a los que sienten los rieles del tren tritur�ndoles las costillas. Me refiero, en este caso, a los necios que no tiran la toalla y se envalentonan para hacerle frente a los que pisan el acelerador de la aplanadora. En estos d�as los he visto promocionar campa�as para recolectar cuadernos y l�pices. Zapatos y pantalones. Apelan a la corresponsabilidad y la solidaridad de los que tienen poco, pero lo entregan todo. Se me arruga el coraz�n de solo pensar en esa gente que se quita el pan de la boca para dar futuro a los ni�os condenados por la estupidez adulta.
- Mami, mira esa cartuchera.
Le dijo una ni�a a su mam� con toda la ilusi�n puesta sobre una vitrina de un local comercial en San Crist�bal.
- ��220 mil bol�vares?!
Exclam� la se�ora, mientras alejaba a la peque�a tirada por el brazo.
- Dios m�o...
Fue lo �ltimo que alcance a escuchar.
En Instagram veo la felicidad de los ni�os y las ni�as que reciben un bolso con la marca de UNICEF. El azul del morralito resalta, a pesar de la blancura de las letras. Adentro vienen cuadernos, l�pices, colores, reglas y libros. Todo un tesoro para los que no estaban ni cerca de empu�ar el grafito contra la hoja de rayas. La asistencia internacional se volvi� fundamental, es la mayor evidencia del fracaso de un modelo pol�tico y econ�mico que no hace otra cosa m�s que responsabilizar al imperio de su incompetencia.
El pa�s del chorro petrolero hoy depende de la ayuda humanitaria, el socialismo bolivariano del siglo XXI -que era la salvaci�n del planeta-, ahora necesita de caridad extranjera para que sus estudiantes puedan regresar a clases. �Cu�nto dinero se esfum� de la bonanza petrolera?, �cu�nto de ese dinero hubiese cubierto los gastos de la educaci�n?, �c�mo fue que pasamos de construir autopistas en Ecuador a mendigar lapiceros? Acaso hoy nadie se pregunta por eso, cuando ve a un ni�o desfilar con �tiles escolares de Unicef o de Acnur, o de cualquier otra organizaci�n que pr�ctica la caridad diplom�tica.
El arranque de las clases se muestra -repito-, como una cuesta dif�cil de alcanzar. Las calamidades del sistema escolar superan ampliamente los peores pron�sticos de cat�strofes sociales previstas para un pa�s con tantos recursos e ingresos; aunque los especialistas -los m�s met�dicos-, si alertaron las consecuencias de una propuesta econ�mica y pol�tica basada en restricciones y limitaciones a las libertades individuales.
Desde organizaciones como Fe y Alegr�a se plantean un escenario de acompa�amiento integral. No hay de otra. Es necesario dar comida y cari�o. El hecho educativo se transform� en una plataforma de mimos y caricias para las familias separadas y los docentes discriminados por el Estado. �Letra con hambre no entra�, As� de simple, as� de f�cil. Entregar un plato de arroz con carne y tajadas es fundamental para evitar la deserci�n en las escuelas. Tener un pedazo de pan con caf� caliente representa m�s que cualquier incentivo moral para los docentes.
Seg�n los �ltimos datos de la Encuesta de Condiciones de Vida, que elaboran las universidades m�s prestigiosas del pa�s, m�s de 3 millones de ni�os, ni�as, adolescentes y j�venes no est�n inscritos en el sistema escolar y tampoco han terminado la escuela. �D�nde est�n?, �qui�n vela por ellos?, �por qu� se fueron de las escuelas?, lo peor de todo es que los pron�sticos no son alentadores y la cifra pudiera aumentar, tomando en cuenta que el contexto econ�mico y social se sigue agravando.
El ciclo escolar que apenas est� por comenzar se perfila como el gran reto a lo imposible. Las organizaciones educativas tienen en sus manos la posibilidad de seguir haciendo historia como las instancias que salvan vidas en medio de la tragedia y la desesperanza.
