Cigarrillos electrónicos: Otra fuente de nicotina y adicción
16/09/2019 - 12:27:43
Infobae.- Art�culos como el tabaco calentado (iQOS) o los cigarrillos electr�nicos como Juul o MyBlu est�n presentes en el mercado con un crecimiento acorde al ciclo de vida de las innovaciones de producto. No es de extra�ar, dada la inteligencia de mercado y la capacidad financiera y de distribuci�n de gigantes del sector del tabaco como son Philip Morris (detr�s de iQOS e inversor de Juul) o Imperial Tobacco (MyBlu).
Combinado con una extensa red de distribuci�n, este poder comercial se est� traduciendo en estrategias de comunicaci�n integrada de marketing para volver a poner de moda el consumo de nicotina. Utilizan temas ya cl�sicos en la industria como son el glamur, la moda y la libertad.
A estos temas hay que a�adirle un componente nuevo, las nuevas tecnolog�as, que desv�a la atenci�n del consumidor. Las marcas efect�an las ventas en lugares exclusivos y minimalistas donde la adicci�n al producto se diluye bajo la forma de novedad tecnol�gica. El dispositivo se parece m�s a un smartphone que al cigarrillo tradicional.
Aprovechando el vac�o legal existente en la Ley antitabaco de Espa�a para estos productos, las grandes marcas est�n utilizando todas las herramientas y canales de comunicaci�n de marketing posibles:
� Publicidad en vallas y carteles, webs, redes sociales y prensa.
� Estrategias de relaciones p�blicas con patrocinio de eventos y campa�as de influencers.
� Venta personal tanto a nivel de distribuci�n minorista como a consumidor final y promociones de ventas con diferentes p�blicos objetivos.
� El producto, el elemento central, es un instrumento de comunicaci�n per se gracias a su apariencia de nueva tecnolog�a ya comentada anteriormente.
Evoluci�n de los cigarrillos electr�nicos
El cigarrillo electr�nico es un dispositivo que genera un aerosol a partir de un l�quido. Este contiene productos qu�micos potencialmente t�xicos en concentraciones m�s bajas que en el tabaco, pero superiores a la contaminaci�n del aire.
Los primeros modelos eran bastante ineficaces en la liberaci�n de nicotina. Las part�culas eran demasiado grandes, lo que dificultaba y retrasaba su absorci�n, reduciendo as� la capacidad de producir adicci�n.
Las versiones posteriores solucionaron esta dificultad. Se mejor� la duraci�n y calidad de las bater�as, aumentando la potencia de funcionamiento del producto y favoreciendo la absorci�n de nicotina. Esto facilita la generaci�n de dependencia en el usuario.
Qu�micos y problemas de salud
El aerosol de un cigarrillo electr�nico contiene los siguientes componentes:
� Nicotina, en concentraciones que suelen ser superiores a las etiquetadas y estar entre 6 y 22 mg por cartucho.
� Formaldeh�do y otros aldeh�dos que se producen naturalmente al calentar propilenglicol o glicerina vegetal.
� Otras toxinas y sustancias saborizantes que sufren una degradaci�n t�rmica al crear el vapor.
En relaci�n con los efectos de estas sustancias sobre la salud, los principales problemas identificados hasta el momento se han relacionado con pneumonitis, tras detectarse m�s de 300 casos de personas afectadas por una enfermedad extra�a y potencialmente mortal en EE. UU.
Los pacientes eran mayoritariamente j�venes sanos que presentaban dificultades severas para respirar, v�mitos, fiebre y fatiga. Algunos necesitaban respiraci�n asistida. Casi todos los afectados desconoc�an las sustancias reales que hab�an inhalado con su cigarrillo electr�nico, ya que muchos lo hab�an comprado en la calle de forma irregular o lo hab�an mezclado con THC, el principal componente psicoactivo del cannabis.
Tambi�n se ha encontrado un aumento agudo de la frecuencia card�aca. No obstante, faltan estudios a largo plazo adem�s de tener que aislar los efectos del e-cig, ya que la mayor�a de usuarios son tambi�n fumadores.
�Un sustituto inocuo para el tabaco?
Por tanto, la discusi�n sobre los cigarrillos electr�nicos se centra en saber si realmente reducen el da�o que el tabaco produce a los fumadores o no.
Los �ltimos estudios rigurosos publicados dejan claro que el uso del cigarrillo electr�nico puede aumentar el riesgo de los fumadores, ya que no cambian el consumo de tabaco por el vapeo, sino que hacen un uso combinado de ambos.
La mayor�a de fumadores usuarios de cigarrillo electr�nico lo utilizan en entornos donde estaba prohibido fumar. De esta forma, adem�s de exponerse a unas sustancias nuevas, se reduce la probabilidad de que dejen de fumar durante los intentos de abandono. As� lo comprobaron los investigadores Stanton A. Glantz y David W. Bareham al analizar estudios sobre la eficacia de los e-cig para dejar de fumar.
Los cigarrillos electr�nicos son la adaptaci�n de la industria del tabaco a la reducci�n de fumadores y a la regulaci�n de espacios sin humo. En definitiva, y tal y como recomienda la FDA en su �ltimo comunicado, el cigarrillo electr�nico no ayuda a dejar de fumar y favorece el uso de nicotina en entornos donde ya hab�a desaparecido. Es una puerta de entrada al tabaquismo, por lo que los profesionales de la salud deber�an encarecidamente no recomendarlos.
Nuevas estrategias de marketing
Las crecientes regulaciones sobre el marketing del tabaco implantadas en muchos pa�ses han empujado al sector a buscar soluciones que le permitan volver a tener un status quo en sus actividades comerciales, especialmente con respecto a la antes mencionada comunicaci�n integrada de marketing. Era cuesti�n de tiempo que aparecieran las nuevas f�rmulas de consumo de nicotina en el mercado de las adicciones legales.
En conclusi�n, y a partir de lo expuesto, parece inevitable pensar que estamos ante un nuevo producto que ha llegado para quedarse y que est� dirigido a un amplio segmento de la poblaci�n. En algunos casos, como en EEUU, estos dispositivos act�an como una v�a de entrada masiva al consumo de nicotina entre los menores de edad.
Aunque se discute si dicho producto viene a sustituir al tabaco tradicional, parece m�s bien una estrategia para sortear las normas sobre marketing de este �ltimo. El tabaco tradicional seguir� teniendo un hueco en los mercados regulados y seguir� siendo preponderante en aquellos mercados donde no exista regulaci�n.
