Una o dos siestas semanales asociadas con menor riesgo de ataque cardiaco
10/09/2019 - 20:14:10
SINC.- Un nuevo estudio observacional del hospital universitario de Lausana (Suiza) se�ala que la frecuencia de las siestas influye en la probabilidad de sufrir una enfermedad cardiovascular. El descanso ocasional se vincula con una reducci�n del 48 %.
El efecto de las siestas en la salud y su relaci�n con los problemas cardiovasculares continua sin estar claro. Hasta ahora, las investigaciones hab�an analizado el impacto de estas seg�n su duraci�n o diferenciando entre aquellos que la practican y los que no.
Ahora, un nuevo estudio ha centrado su estudio en la frecuencia con la que se hace esta interrupci�n durante la tarde. Los resultados, que han sido publicados en la revista Heart, indican que las personas que solo duermen la siesta una o dos veces por semana tienen menos riesgo de tener un ataque cardiovascular.
Sin embargo, no existe este v�nculo si se trata de siestas m�s largas o realizadas con m�s frecuencia. �En nuestro estudio solo encontramos una asociaci�n entre la frecuencia de las siestas y las enfermedades cardiovasculares, mientras que no encontramos ninguna conexi�n con la duraci�n de la siesta�, confirma a Sinc Nadine Hausler, principal autora del estudio.
Las siestas ocasionales �una a dos veces por semana�, se asociaron con una reducci�n de casi la mitad en el riesgo de fallo cardiaco (48 %) en comparaci�n con los que no echaban ninguna siesta.
Por otro lado, aquellos que echaban siestas frecuentes �de 3 a 7 veces a la semana� ten�an m�s somnolencia diurna y una apnea obstructiva del sue�o m�s exagerada, un problema que ocurre cuando las paredes de la garganta se relajan y estrechan durante el sue�o, interrumpiendo la respiraci�n normal. En este grupo destacaban personas de edad m�s avanzada, hombres, fumadores y gente con sobrepeso. Para estos, el riesgo de fallo vascular aument� hasta un 67 %; sin embargo, el aumento desapareci� al tener en cuenta factores adicionales que pueden influir en la salud.
Seguimiento de los pacientes
El estudio se ha realizado en 3.462 residentes de Lausana (Suiza) seleccionados de manera aleatoria. Cada participante ten�a entre 35 y 75 a�os cuando fue seleccionado para este estudio.
Para llevar a cabo la investigaci�n se tuvieron en cuenta factores relevantes como la edad y la duraci�n del sue�o nocturno, as� como otros riesgos que provocan enfermedades cardiovasculares, como la presi�n arterial alta o el colesterol.
La primera revisi�n de los participantes tuvo lugar entre 2009 y 2012, cuando se recopil� informaci�n sobre sus patrones de sue�o y las siestas de la semana anterior. Su salud fue monitorizada posteriormente durante una media de cinco a�os y, durante el per�odo de seguimiento, hubo 155 episodios de enfermedades cardiovasculares mortales y no mortales.
Los resultados mostraron que m�s de la mitad de los participantes, el 58 %, no echaron la siesta durante la semana anterior, el 19 % lo hicieron entre una o dos veces, un 12 % echaban la siesta de tres a cinco veces y el 11 % lo hac�a de seis a siete por semana.
Limitaciones
El estudio ha sido observacional, por lo que los investigadores no pueden extraer relaciones de causa y efecto. Adem�s, la informaci�n sobre los patrones de sue�o y siesta se basaron en el recuerdo personal de cada participante. A pesar de estas limitaciones, los expertos barajan varias posibilidades que explicar�an las razones de esta conexi�n.
�Las personas que se echan pocas siestas compensan la falta de sue�o nocturno y, por lo tanto, este descanso puede tener un efecto liberador de estr�s. En contraposici�n, la raz�n por la que las personas toman siestas frecuentes puede deberse a una condici�n cr�nica subyacente. Sin embargo, este es un estudio observacional y no podemos estar seguros del mecanismo�, explica la investigadora.
En un art�culo vinculado, expertos de la Universidad de California (EE UU) se�alaban que la investigaci�n en este �rea se ve obstaculizada por la ausencia de un m�todo est�ndar que sirva para medir las siestas.
�No existe un acuerdo com�n sobre c�mo medir las siestas y, dado que encontramos que las personas que hacen esta interrupci�n diurna ocasionalmente estaban asociadas con un menor riesgo de ataque cardiaco, creemos que es importante tener en cuenta la frecuencia de las siestas y no solo la duraci�n de las mismas�, concluye Nadine.
Aunque las v�as fisiol�gicas exactas que vinculan la siesta con el riesgo de enfermedad cardiovascular no est�n claras, esta investigaci�n contribuye al debate actual sobre los efectos de la siesta en la salud, y sugiere que lo que importa no solo es la duraci�n, sino tambi�n la frecuencia.
