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Me vendieron, mamá: las jóvenes traficadas como esposas en China




21/08/2019 - 12:05:52
Infobae.- No sab�a d�nde estaba ni hablaba el idioma. Ten�a 16 a�os. El hombre le dijo que era su esposo �por lo menos, eso entendi� ella gracias a una aplicaci�n de traducci�n� y se le acerc�. Nyo, una chica originaria de una aldea monta�osa en el estado Shan de Birmania, a�n no sab�a c�mo alguien se embarazaba. Pero qued� encinta.

La beb�, a sus nueve d�as de nacida, luc�a indiscutiblemente china. "Como su padre", coment� Nyo. "Tiene los mismos labios".

"China", agreg�, como si se tratara de una maldici�n.

La pol�tica de hijo �nico de China ha sido elogiada por sus l�deres como un logro que evit� que la poblaci�n del pa�s se convirtiera en una pesadilla maltusiana. Sin embargo, a lo largo de los treinta a�os de la pol�tica, China se qued� sin millones de ni�as, ya que las familias realizaron abortos selectivos y usaron otros m�todos para que su �nico hijo fuera var�n.

Muchos de esos ni�os que ahora son hombres reciben el nombre de ramas vac�as, en referencia a que una escasez de esposas podr�a significar la muerte de sus �rboles geneal�gicos. En el punto cr�tico del desequilibrio demogr�fico chino, en 2004, nacieron 121 ni�os por cada 100 ni�as, seg�n cifras del gobierno.

En reacci�n, los hombres chinos han comenzado a importar esposas de pa�ses cercanos, a veces a la fuerza.

"El tr�fico de esposas es muy com�n en el estado de Shan", dijo Zaw Min Tun, integrante del equipo especial de la polic�a regional birmana contra la trata de personas en Lashio. "Pero solo una peque�a parte de la poblaci�n est� verdaderamente consciente de que existe ese tr�fico de personas".

Un estudio de la Escuela de Salud P�blica Bloomberg de la Universidad Johns Hopkins y de la Asociaci�n de Mujeres Kachin de Tailandia calcul� que alrededor de 21.000 mujeres y ni�as del norte de Birmania fueron obligadas a casarse en tan solo una provincia de China de 2013 a 2017.

Cuando terminaron la escuela el a�o pasado, Nyo y una compa�era suya, Phyu (solo nos referimos a ellas con sus apodos porque son menores de edad), decidieron que quer�an m�s de lo que les ofrec�a su aldea birmana de Mongyai, un puesto militar empobrecido.

Una vecina, Daw San Kyi, les prometi� conseguirles trabajo de meseras en la frontera con China, a trav�s de su relaci�n con otra aldeana, Daw Hnin Wai, quien ten�a la casa m�s bonita de la aldea �mucho m�s elegante que la de cualquier otro residente�, as� que la oferta de trabajar como meseras parec�a prometedora.

"Confi�bamos en ellas", dijo Phyu, ahora de 17 a�os.

Una ma�ana de julio de 2018, una furgoneta lleg� temprano a Mongyai para recoger a las chicas. Phyu se mare� en la carretera, as� que San Kyi, la vecina que les prometi� el trabajo, le ofreci� cuatro pastillas para las n�useas: una rosa y tres blancas.

Despu�s de eso, Phyu no recuerda bien qu� sucedi�. Dijo que alguien tambi�n le inyect� algo en el brazo. Una fotograf�a tomada durante ese momento la muestra con el rostro hinchado y la mirada desorientada.

"Antes de que esto pasara, Phyu era muy feliz y activa", dijo Daw Aye Oo, su madre. "Pero le dieron algo para hacerla olvidar y para activar su sexualidad. La golpearon. Ella no sabe que est� arruinada".

Nyo, quien ahora tambi�n tiene 17 a�os, se rehus� a tomar las pastillas. Sus recuerdos son m�s n�tidos, pero de cualquier manera son confusos para ella. Hubo paradas en pensiones a lo largo de la frontera y le dijeron que las fuertes lluvias hab�an provocado que cerrara el restaurante donde supuestamente iban a trabajar. Luego hubo un viaje en barco y m�s traslados en auto.

Despu�s de m�s de diez d�as de camino, la idea de trabajar en un restaurante dej� de ser real, dijo Nyo. Ella y Phyu intentaron escapar dos veces, pero no sab�an ad�nde ir. Los traficantes las atraparon y las encerraron en una habitaci�n. Sus celulares no ten�an se�al.

Unos hombres que hablaban chino vinieron a verlas. Algunos se�alaban a una de ellas; algunos a la otra.

"Ten�a el presentimiento de que me estaban vendiendo, pero no pod�a escapar", dijo Phyu.

Ninguna de las chicas recuerda haber cruzado la frontera, pero de pronto estaban en China. Las chicas fueron separadas y llevadas con un supuesto esposo, aunque nunca se llen� ning�n documento de matrimonio, seg�n lo que saben. Phyu cree que termin� en Pek�n. El hombre que la hab�a llevado ah� era Yuan Feng, de 21 a�os.

Yuan trataba de comunicarse al usar su celular como un dispositivo de traducci�n, pero Phyu se rehusaba a hablar. Estaba encerrada en una habitaci�n con una televisi�n. Por las tardes, �l llegaba, la inyectaba algo en el brazo y despu�s la obligaba a tener sexo, dijo Phyu.

Con el tiempo, Phyu dijo que fingi� ser feliz y �l dej� de inyectarla. Salieron a un centro comercial, pero Yuan la segu�a a todas partes, incluso al ba�o.

Phyu aprendi� algunas frases en mandar�n. "Bu ku le" significa "No llores"", dijo.

Aprendi� la contrase�a del celular de su esposo y, una noche que �l estaba borracho, Phyu llam� a su madre a trav�s de una aplicaci�n de redes sociales.

"Estaba contenta de verla, pero no parec�a ella misma", dijo Aye Oo, su madre. "Me dijo: "Me vendieron, mam�"".

Nyo no estaba segura de a qu� parte de China la hab�an llevado, pero estaba decidida a encontrar una manera de escapar. Al principio, su esposo, Gao Ji, tambi�n la encerr� en una habitaci�n sin internet. La golpeaba, asegur� Nyo.

Sin embargo, conforme pasaban los d�as, comenz� a confiar en ella y le permiti� usar redes sociales, incluyendo WeChat, la principal plataforma en China.

Con su m�vil, Nyo film� en secreto lo que pudo para saber d�nde estaba: un recorrido en la parte trasera de la moto de Gao, la placa del auto de la familia, la entrada de su casa de dos pisos. Activ� el geoetiquetado para cada fotograf�a y cada video.

El lugar era el condado de Xiangcheng en la provincia de Henan. Ubicada en las llanuras centrales de China, Henan es una de las provincias m�s pobladas del pa�s, con alrededor de cien millones de personas, dos veces la poblaci�n de Birmania.

Result� que Phyu tambi�n estaba en Xiangcheng, no en Pek�n. Para dos chicas de una aldea aislada en Birmania, Xiangcheng parec�a imposiblemente grande.

La casa tambi�n era grande, dijo Nyo, con el espacio suficiente para que los padres de Gao no pudieran escucharla gritar cuando �l abusaba de ella.

"Creo que era rico", dijo. "Porque, si no, no habr�a podido comprar una esposa ni tener una casa tan grande".

En realidad, son los hombres chinos m�s pobres quienes suelen comprar como esposas a mujeres traficadas. Aun as�, deben pagar mucho dinero. Nyo fue vendida por 26.000 d�lares, dijo Myo Zaw Win, el polic�a en Shan que sigui� su caso.

A trav�s de una mujer de Shan que ha ayudado a rescatar chicas vendidas como esclavas sexuales en China, Myo Zaw Win comenz� a escribirse con Nyo en la cuenta de WeChat de Gao, fingiendo ser su hermano.

Dos meses despu�s de que las chicas llegaron a Xiangcheng, la polic�a china toc� a la puerta de los esposos.

Yuan y Gao, los esposos de las chicas, fueron detenidos por lo menos durante treinta d�as, como lo establece la ley, dijo Niu Tianhui, vocero del Departamento de Polic�a de Xiangcheng; a�adi� que no sab�a si pasaron m�s tiempo detenidos.

El hogar de las chicas en el estado de Shan, en las laderas del Himalaya, ha resentido los efectos de la guerra �tnica durante d�cadas. Mientras el ej�rcito birmano combate las milicias �tnicas y comete lo que, seg�n la ONU, son cr�menes de guerra, la paz y la seguridad son lujos. Las mujeres y los ni�os son los m�s vulnerables al abuso.

"El tr�fico de esposas es la consecuencia de la guerra civil", dijo Lauh Khaw Swang, quien coordina los proyectos de G�nero y Desarrollo de la Fundaci�n Htoi en el estado de Kachin, al lado de Shan, un estado que tambi�n sufre conflictos armados.

San Kyi, la vecina que seg�n las chicas las secuestr�, ahora est� en la c�rcel en Lashio. Hnin Wai, la otra mujer que se cree que es una traficante local, se fug�.

A medida que avanzaba su embarazo, Nyo decidi� que dar�a en adopci�n al beb�. Entonces, naci� su hija.

"Quer�a darla en adopci�n, pero la mir� y la am�", dijo Nyo. "Aunque tenga los labios de ese animal chino".

Saw Nang colabor� con el reportaje desde Mongyai. Luz Ding colabor� con investigaci�n desde Pek�n.

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