Marihuana creepy: El cultivo que desató una fiebre del oro verde en Colombia
15/08/2019 - 12:17:25
Infobae.- De las variedades de marihuana que se producen en Colombia, hasta hace unos 10 a�os la m�s com�n, o regular, era la llamada Corinto. Desde entonces, sin embargo, la b�squeda de un mayor margen de ganancias ha favorecido una nueva planta, la llamada Creepy (o cripa), que de a poco parece haber hegemonizado la oferta de este producto que se trafica ilegalmente.
A diferencia de la marihuana tradicional, �spera, fragante y oscura, la creepy es verde, produce menos aroma y brilla. Pero la raz�n por la cual traficantes, productores y campesinos comenzaron a dedicarse a esta variedad no es est�tica: su comercio es mucho m�s rentable debido a que su precio es mayor por las grandes concentraciones de THC (la sustancia psicoactiva de la planta) que presenta gracias a la modificaci�n gen�tica.
Con semillas importadas, los cultivos en el Cauca, sobre el oc�ano Pac�fico, se transformaron en invernaderos sofisticados �al menos, en las 233 hect�reas que confirm� el Observatorio de Drogas de Colombia en 2016� para producir este h�brido que genera s�lo plantas hembras (que producen flores, la parte de la planta que se consume) con THC del 12% al 22%.
La marihuana tradicional oscila entre el 2% y el 7% de THC, es decir que la nueva es entre tres y diez veces m�s potente. Otras estimaciones hablan de creepy de hasta un 35% de sustancia psicoactiva, lo cual se refleja en su precio y en la ganancia del narco.
En condiciones de temperatura controlada, en espacios abiertos o cerrados y bajo luz led, con sistemas de riego de dos veces al d�a y abono org�nico, "m�s de 6.000 agricultores se dedican al cultivo de marihuana en Cauca", escribi� Seth Robbins sobre esta "fiebre del oro verde", como la llam�, en InSight Crime.
Robbins habl� con un ingeniero agr�nomo que trabaja en la zona, quien le describi� "parcelas familiares de unos pocos cientos de plantas" y "extensiones de cuatro o cinco hect�reas controladas por grupos del narcotr�fico". Seg�n variaciones en el rendimiento de los cultivos, los campesinos obtienen entre USD 18 y USD 90 por kilo de marihuana.
Hist�ricamente las comunidades ind�genas de la regi�n cultivaban cannabis seg�n sus leyes tradicionales; en la d�cada de 1980, sin embargo, la llegada de semillas h�bridas de Espa�a y Holanda comenz� a cambiar el paisaje. En los 2000, cuando la semilla comenz� a provenir tambi�n de los Estados Unidos, el cultivo de creepy "realmente despeg�, gracias a la inversi�n de grupos traficantes", seg�n la web de investigaci�n sobre mafias en Am�rica Latina.
Juan Daniel G�mez, neurocient�fico de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogot� y la m�xima autoridad colombiana en el tema, coincidi� en que la circulaci�n de creepy �tambi�n llamada marihuana de alto octanaje� aument� enormemente en el pa�s: "Me sorprende que pr�cticamente ya no se puede conseguir marihuana normal", dijo.
Adem�s de las bandas narcos, los grupos armados como el Ej�rcito de Liberaci�n Nacional (ELN) y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) participaban del negocio del transporte. La violencia comenz� a extenderse por la regi�n, donde tambi�n se cultivan coca y amapola. "En 2019, m�s de 30 l�deres ind�genas han sido asesinados en el norte del Cauca", sintetiz� Robbins.
En junio, seg�n El Heraldo, de Barranquilla, la polic�a local decomis� m�s de media tonelada de creepy en ocho operativos en empresas de encomiendas. La marihuana se camuflaba en paquetes, entre vestimenta y libros, o en l�minas met�licas de puertas, impregnadas con salsa de tomate, mayonesa y caf� para que los perros no las olieran.
"La mayor parte de marihuana que llega al Caribe proviene del Cauca", explic� al medio local un investigador de la Fiscal�a General de la Naci�n, por "su calidad". En esa zona, describi�, hay una pir�mide: "Se ha encontrado que son los mismos ind�genas los que cultivan por encargo, ellos son la base. De all� peque�os grupos de organizaciones criminales, disidencias de las FARC y narcotraficante se encargan de recoger el estupefaciente".
La Polic�a Nacional y la Metropolitana de Barranquilla dijeron que, ya en la ciudad sobre el Caribe, los destinatarios de los cargamentos son Los Coste�os y los remanentes de los Papal�pez, dos bandas narco locales. Pero adem�s de alimentar "m�s de 150 ollas de droga en la ciudad y su �rea metropolitana", la creepy tiene otros destinos.
Debido a las grandes cantidades �en abril de 2018 se descubrieron m�s de 3,5 toneladas en tr�nsito, en norte del Cauca; y en 2019 otras 1,5 toneladas� se estima que se trata de marihuana para exportaci�n "por las rutas de coca�na ya establecidas, como las dominadas por grupos narcotraficantes de la ciudad de Santa Marta, en la costa Caribe", seg�n InSight Crime. "Desde all� es enviada por barco a Trinidad y Tobago y Centroam�rica, donde se vende hasta por US$4.000 el kilo".
En Venezuela, Brasil, Ecuador, Per�, Bolivia y Chile se ha rastreado este producto. El mercado m�s redituables es el de los Estados Unidos: "All� se vende por hasta US$5.000 el kilo", explic� Robins.
El impacto social en los pueblos del Cauca llega a 100.000 personas, sobre todo en cuatro pueblos al norte: Miranda, Corinto, Torib�o y Jambal�. "El ingeniero agr�cola consultado por InSight Crime dice que hasta el 70% de las familias e ind�genas que habitan las zonas rurales de dichos pueblos viven del cultivo de marihuana".
Hasta tal punto es com�n que de noche, cuando las plantas se iluminan con l�mparas led, "las colinas parecen llenas de alumbrados navide�os", seg�n el mismo profesional.
En julio la Fiscal�a General de la Naci�n decidi� cortar la energ�a el�ctrica en 16 puntos: "Se han encontrado zonas donde organizaciones ilegales han creado invernaderos de marihuana las cuales se sirven irregularmente del servicio p�blico de energ�a", explic� el comunicado oficial.
Pero de las 1.800 familias afectadas en solo un pueblo, 700 no ten�an vinculaci�n alguna con los cultivos. Las protestas por la oscuridad en las calles creci� hasta llegar a bloqueos de caminos y boicots a la entrada de los trabajadores a las estaciones de energ�a.
