Cuba da nuevo respaldo a Maduro y a su dictadura
29/07/2019 - 11:39:21
Infobae.- Miguel D�az-Canel est� en Caracas. Vol� desde La Habana para cerrar una nueva edici�n del Foro de San Pablo, el grupo de partidos de izquierda de Am�rica Latina fundado por Lula Da Silva y Fidel Castro en los 90 dedicado a lanzar consignas contra "el imperialismo" y dar algo de forma ideol�gica a los populismos de la regi�n.
D�az-Canel ser� la m�xima autoridad del coloquio que este a�o se re�ne en la capital de Venezuela. El del 2019 est� devaluado: la crisis en la que el dictador Nicol�s Maduro hundi� a su pa�s, sumado a la decadencia y fracasos que atraviesan estos sectores pol�ticos y a que Lula est� preso por corrupci�n, han quitado brillo a la m�xima cumbre "antiimperialista" del continente.
Es por eso que el presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de Cuba -sucesor de Ra�l Castro, quien prefiri� no moverse de la isla- se ha hecho presente. Intenta devolverle algo de importancia al Foro, aunque est� compuesto en esta oportunidad por centenares de dirigentes de escaso porte. En su llegada a tierra venezolana se precipit� en apoyar a Maduro, su principal misi�n all�.
La Habana intentar� darle un marco de contenci�n al usurpador del Palacio de Miraflores, uno de los dirigentes pol�ticos con peor imagen en el mundo. Lo gan� producto de las torturas que comete su r�gimen y el hambre que atraviesa la poblaci�n. A eso, adem�s, hay que sumar los millones de desplazados venezolanos por toda Am�rica Latina. "La ofensiva imperial se ha propuesto quebrarnos, dividirnos y enfrentarnos", se�al� D�az-Canel al arribar. Quiere hacer creer que los cr�menes contra la humanidad que all� se cometen son gestados en otras latitudes. Coartada para que los presentes mantengan tranquilas sus consciencias.
Maduro -dependiente no s�lo de Cuba, sino tambi�n de Rusia, China e Ir�n- encontr� algo de ox�geno -impostado- en la marat�n ideol�gica que se desarrolla en Caracas y que de acuerdo a estimaciones de la oposici�n demand� alrededor de 200 millones de d�lares, una cifra obscena en medio de la devastaci�n que atraviesa la naci�n.
El r�gimen castrista siempre brind� cobijo narrativo -y log�stico- a Miraflores. Hasta que Venezuela se vio atrapada en las redes de la isla. El romance y los negocios nacieron al amparo de Fidel Castro y Hugo Ch�vez en 1994 profundiz�ndose a�os despu�s. El periodista cubano -exiliado- Pedro Corzo explica esa obsesi�n por conquistar territorio continental por parte de los padres de la Revoluci�n. "El modelo cubano no exporta una ideolog�a, sino normas y fundamentos para la toma y la conservaci�n del poder", se�al� el intelectual. "Castro ten�a vocaci�n imperial", a�adi�. Ir�nico: el esp�ritu del Foro de San Pablo se fundamenta en la lucha antiimperialista.
En 2000 ambos caudillos dieron un marco legal al intercambio de favores. Lo bautizaron pomposamente "Convenio Integral de Cooperaci�n Cuba-Venezuela". Dos a�os despu�s, en 2002, el cubano le dir�a al jefe venezolano que deber�a ejercer mayor control sobre la poblaci�n. Fue as� que nacieron los C�rculos Bolivarianos inspirados en los Comit�s de Defensa de la Revoluci�n de 1960. Una polic�a de conciencia que luego degenerar�an en los colectivos chavistas.
Fue tal la influencia y penetraci�n cubana en Venezuela que tras la muerte de Ch�vez -anunciada el 5 de marzo de 2013- Maduro se transfigur� en el mejor de los candidatos para La Habana, quien lo bendijo para ser el heredero en el poder. Los Castro sab�an que con �l en lo m�s alto de la pir�mide podr�an controlar a�n m�s los resortes del estado venezolano.
As� fue: el G2 pas� a comandar en las sombras el reci�n creado Centro Estrat�gico de Seguridad y Protecci�n de la Patria (CESPPA). A partir de all� penetr� el ej�rcito -alguna vez soberano-, los servicios de inteligencia, el flujo de petr�leo -propio-, el sistema sanitario, la polic�a.
D�az-Canel sabe que tiene que mantener viva esa relaci�n asim�trica. El r�gimen tambalea y subsiste gracias a los mecanismos represivos, el asesoramiento cubano y los apoyos rusos, chinos e iran�es. Todos, adem�s, succionan los recursos naturales de la gran naci�n. Aquella que alguna vez supo ser soberana.
