¿Por qué hay gente que engorda aunque coma poco?
09/07/2019 - 13:02:51
Infobae.- Ganar o perder peso es, simplificando algo las cosas, el resultado de un balance entre adquisici�n y gasto de energ�a. El organismo adquiere la que asimila a partir del alimento ingerido. Y debido a las actividades que desarrolla tambi�n gasta energ�a, la pierde en forma de calor disipado.
Las actividades son muy variadas: unas son las necesarias para el normal funcionamiento de los sistemas org�nicos (actividades cardiacas, renales, nerviosas), entre las que se incluye el mantenimiento de la temperatura corporal. Otras est�n ligadas a la renovaci�n y reparaci�n de c�lulas y tejidos. Est�n, por otro lado, las responsables de la s�ntesis de nuevas estructuras. Por �ltimo, tambi�n las musculares implicadas en el ejercicio f�sico. Cuando la adquisici�n de energ�a supera al gasto, el organismo gana masa. Si el gasto es mayor que la asimilaci�n de energ�a ocurre lo contrario.
Dicho de esa forma las cosas parecen muy sencillas. Aunque en estos asuntos nada es tan sencillo como pueda parecer, la adquisici�n de energ�a es un t�rmino relativamente simple. Hay dos factores principales a considerar: la cantidad de comida y su composici�n, que afecta a su contenido energ�tico y a la facilidad o dificultad para digerirla y asimilarla. El gasto de energ�a tiene m�s complicaciones porque influyen diversos factores.
Si tenemos en cuenta cu�les son los determinantes de los elementos de adquisici�n y gasto energ�tico, a nadie sorprende que el sobrepeso y la obesidad hayan alcanzado una gran prevalencia en las sociedades actuales. Hay mucha comida y, adem�s, en general tenemos predilecci�n por alimentos suculentos, de alto contenido energ�tico y f�cil absorci�n. En lo relativo al gasto tenemos una notable tendencia al sedentarismo y la inactividad f�sica. Vivimos adem�s en entornos de gran confort t�rmico: dif�cilmente nos encontramos en condiciones que obliguen al organismo a gastar mucha energ�a para mantener estable la temperatura corporal.
Todos conocemos personas que, aunque sean delgadas, no se privan a la hora de comer. Quienes engordamos con facilidad los contemplamos con envidia, conscientes de lo duro que resulta limitarse ante una buena mesa, no picar entre horas o sufrir corriendo por las calles, o pedaleando de manera desaforada encima de una bicicleta est�tica. Lo contrario tambi�n nos resulta conocido, personas que parecen no comer gran cosa y que, sin embargo, tienen excesivo peso.
�Por qu� ingiriendo similares cantidades de alimento y manteniendo parecidos niveles de actividad f�sica unos estamos m�s gordos y otros m�s flacos? �A qu� obedecen esas aparentes incongruencias metab�licas? Algunas pueden ser debidas a factores no tomados en consideraci�n. Pero otro elemento importante a tener en cuenta es el factor gen�tico, en especial por su incidencia sobre el metabolismo y, por ende, sobre el gasto energ�tico.
Un estudio publicado este a�o compar� el genoma de 1600 personas muy delgadas, 2000 muy obesas y 10 400 de peso normal. Los resultados confirmaron que la obesidad es una condici�n heredable en un grado no muy alto pero importante. Para ser precisos, estimaron su heredabilidad en un 32 %.
La delgadez tambi�n es heredable, aunque en una medida ligeramente inferior, un 28 %. Esos porcentajes indican la proporci�n de la variabilidad del rasgo estudiado �obesidad o delgadez� en la poblaci�n que es debida a factores hereditarios.
Han identificado, adem�s, un conjunto de variantes gen�ticas ligadas a una condici�n, algunas de las cuales ya se conoc�an, y otras vinculadas con la opuesta. Por lo tanto, obesidad y delgadez, en parte al menos, tambi�n se heredan. Aunque esto, a algunos, no nos sirva de mucho consuelo.
