Síndrome de Werner: el hombre que envejece demasiado rápido
13/06/2019 - 09:46:52
BBC.- Nobuaki Nagashima ten�a unos 20 a�os cuando comenz� a sentir que su cuerpo se estaba rompiendo.
Viv�a en Hokkaido, norte de Jap�n, donde sirvi� en el ej�rcito durante 12 a�os.
�Cu�n viejo es "demasiado viejo"? (y en cu�les pa�ses la gente envejece mejor)
Sucedi� poco a poco: cataratas con 25 a�os, dolores en las caderas con 28, problemas de piel en las piernas a los 30.
A los 33 a�os, le diagnosticaron el s�ndrome de Werner, una enfermedad que hace que el cuerpo envejezca demasiado r�pido.
Entre otras cosas, se hace evidente con arrugas, problemas de peso, cabello canoso y calvicie. Tambi�n se sabe que causa endurecimiento de las arterias, insuficiencia card�aca, diabetes y c�ncer.
Deterioro
Me encuentro con Nagashima bajo la luz blanca de una habitaci�n del Hospital Universitario de Chiba, a unos 40 kil�metros al oeste de Tokio.
Una gorra gris cubre su cabeza sin pelo. Los lentes de montura negra lo ayudan con su falta de vista, sus articulaciones de la cadera fueron reemplazadas por unas artificiales por culpa de la artritis y le duelen cuando se para a caminar lentamente a trav�s de la habitaci�n.
Podr�as esperar ver este tipo de dolencias en una persona de 80 a�os. Pero Nagashima solo tiene 43.
Me dice que ha entrado y salido del hospital desde su diagn�stico. Que su deteriorada salud lo oblig� a abandonar el ej�rcito. Nagashima pas� por cinco o seis cirug�as, desde los dedos de los pies hasta las caderas y los ojos, para tratar enfermedades relacionadas con el envejecimiento.
Ha perdido 15 kilos desde que fue diagnosticado. Necesita un bast�n para caminar una distancia de unos pocos metros y tiene un trabajo temporal en el ayuntamiento. Va a la oficina cuando su cuerpo lo permite, pero trabaja desde su casa cuando no.
Recuerda cuando volv�a a casa despu�s de su diagn�stico, llorando solo.
Cuando se lo dijo a sus padres, su madre se disculp� por no haber dado a luz a una persona m�s fuerte. Pero su padre le dijo que si pod�a soportar esta enfermedad, era realmente fuerte, y tal vez los cient�ficos podr�an aprender de �l, obteniendo un conocimiento que podr�a ayudar a otros.
El gen WRN
Adem�s de los cromosomas sexuales X e Y, heredamos dos copias de cada gen en nuestros cuerpos, uno de nuestra madre y otro de nuestro padre. El s�ndrome de Werner es lo que se llama un trastorno autos�mico recesivo, lo que significa que solo se muestra cuando una persona hereda una versi�n mutada de un gen llamado WRN de ambos padres.
Los padres de Nagashima est�n envejeciendo normalmente. Cada uno tiene una copia funcional del WRN, por lo que sus cuerpos no muestran ning�n s�ntoma de la enfermedad. Pero �l recibi� dos copias mutadas del gen.
Sus abuelos siguen vivos y tan bien como uno podr�a esperar para una pareja de unos 90 a�os, y la familia no tiene conocimiento de ning�n otro caso de Werner en su historial.
El gen WRN apenas fue descubierto en 1996 y desde entonces se conocen pocos ejemplos de Werner. Desde 2008, se registraron 1.487 casos documentados en todo el mundo, 1.128 de los cuales en Jap�n.
Pero los expertos no quieren que parezca una condici�n �nicamente japonesa.
George Martin, codirector del Registro Internacional del S�ndrome de Werner en la Universidad de Washington, cree que la cantidad de casos reales en todo el mundo es siete veces mayor a la registrada hoy en d�a. Dice que la mayor�a de los casos en el mundo no llamar�n la atenci�n de ning�n m�dico o registro.
Martin atribuye el mayor n�mero de casos japoneses a dos factores. Primero, las monta�as e islas del paisaje japon�s y el efecto de aislamiento que ha tenido en la poblaci�n a lo largo de la historia: en el pasado, las personas en regiones m�s aisladas ten�an m�s probabilidades de terminar teniendo hijos con alguien m�s similar a ellos gen�ticamente. Un efecto similar se observa en la isla italiana de Cerde�a, que tambi�n tiene un grupo de casos de Werner.
En segundo lugar, la naturaleza sorprendente de la enfermedad y la mayor frecuencia con que aparece en Jap�n (que afecta a una de cada mill�n de personas en todo el mundo, pero una de cada 100.000 en Jap�n), significa que el sistema m�dico japon�s es m�s consciente que la mayor�a cuando aparece el s�ndrome de Werner.
"Quer�a que me cortaran las piernas"
En el Hospital Universitario de Chiba tienen registros de 269 pacientes diagnosticados cl�nicamente en total, 116 de los cuales a�n est�n vivos. Una de ellas es Sachi Suga, que solo puede moverse con una silla de ruedas.
Suga lleva una peluca negra y tiene unas diminutas mu�ecas, tan delicadas como el cristal. Habla con un susurro ronco. Me cuenta sobre el trabajador de asistencia domiciliaria que la visita tres veces a la semana para ayudarla a envolver en vendas sus piernas cubiertas de �lceras. Ella tiene un terrible dolor de espalda y piernas.
"Me dol�a tanto, quer�a que me cortaran las piernas". Sin embargo, en el lado positivo, Suga, de 64 a�os, ha superado la esperanza de vida promedio para las personas con s�ndrome de Werner, que es de alrededor de 55 a�os.
Solo un pu�ado de personas con Werner acuden actualmente al hospital de Chiba. Recientemente, comenzaron un grupo de apoyo.
"Cuando comenzamos a hablar, me olvid� completamente del dolor", dice Suga. Nagashima agrega que las reuniones a menudo terminan con la misma pregunta: "�Por qu� tengo esta enfermedad?".
El epigenoma
Si tuvieras que desentra�ar los 23 pares de cromosomas en una de tus c�lulas, terminar�as con unos dos metros de ADN. Ese ADN se pliega en un espacio de aproximadamente 10.000 veces esa distancia. Esta compactaci�n ocurre con la ayuda de prote�nas llamadas histonas.
El ADN y las histonas que lo empaquetan pueden adquirir marcas qu�micas. Estas no cambian los genes subyacentes, pero tienen el poder de silenciar o amplificar la actividad de un gen.
El lugar donde se colocan las marcas o la forma que toman parece estar influenciado por nuestras experiencias y nuestro entorno, en respuesta a fumar o al estr�s, por ejemplo. Algunas parecen tener posibilidades aleatorias, o ser el resultado de una mutaci�n, como en el c�ncer.
Los cient�ficos llaman epigenoma a este paisaje de marcas. A�n no sabemos exactamente por qu� nuestras c�lulas agregan estas marcas epigen�ticas, pero algunas de ellas parecen estar conectadas con el envejecimiento.
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Steve Horvath, profesor de gen�tica humana y bioestad�stica en la Universidad de California en Los �ngeles, ha utilizado uno de los tipos de marcas, llamadas marcas de metilaci�n, para crear un "reloj epigen�tico".
Horvath dice que este reloj epigen�tic va m�s all� de los signos externos del envejecimiento, como las arrugas o canas, para medir con mayor precisi�n qu� tan viejo eres biol�gicamente. Las marcas pueden leerse en muestras de sangre, orina, �rganos o tejidos de la piel.
El equipo de Horvath analiz� las c�lulas sangu�neas de 18 personas con s�ndrome de Werner: las c�lulas ten�an una edad epigen�tica notablemente m�s alta que las de las personas sin Werner.
La informaci�n gen�tica de Nagashima y Suga forma parte de una base de datos de la Universidad de Chiba. Tambi�n existen bases de datos sobre el s�ndrome de Werner en todo Jap�n y el Registro Internacional en la Universidad de Washington. Estos registros brindan a los investigadores informaci�n sobre c�mo funcionan nuestros genes, c�mo interact�an con el epigenoma y c�mo encaja con el envejecimiento en general.
Los cient�ficos ahora saben que el WRN es clave para saber c�mo funciona todo nuestro ADN. La interrupci�n del WRN conduce a una inestabilidad generalizada en todo el genoma.
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"La integridad del ADN est� alterada y se obtienen m�s mutaciones... Esto est� en todas las c�lulas", dice George Martin. Las anomal�as no solo se encuentran en el ADN, sino tambi�n en las marcas epigen�ticas que lo rodean.
La pregunta del mill�n es si estas marcas son huellas de enfermedades y envejecimiento o si las marcas causan enfermedades y envejecimiento, y finalmente, la muerte. Y, en �ltima instancia, �podr�a la edici�n o eliminaci�n de marcas epigen�ticas prevenir o revertir alg�n aspecto del envejecimiento o alguna enfermedad relacionada con la edad?
Pero lo cierto es que sabemos relativamente poco sobre los procesos a trav�s de los cuales se incorporan las marcas epigen�ticas y por qu�.
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Horvath dice que, desde un punto de vista epigen�tico, existen claras similitudes en el envejecimiento en muchas regiones del cuerpo. El envejecimiento epigen�tico en el cerebro es similar al del h�gado o el ri��n, mostrando patrones similares de marcas de metilaci�n.
Cuando lo miras en t�rminos de estas marcas, dice, "el envejecimiento es en realidad bastante sencillo, porque es altamente reproducible en diferentes �rganos".
De vuelta en el hospital de Chiba, Nagashima se quita una de sus zapatillas, que ha acolchado con plantillas para que caminar sea m�s llevadero.
Me habla de su exnovia. Hab�an querido casarse. Ella fue comprensiva despu�s de su diagn�stico e incluso se hizo una prueba gen�tica para que pudieran estar seguros de que no transmitir�an la enfermedad a sus hijos. Pero cuando sus padres descubrieron su condici�n, lo desaprobaron. La relaci�n termin�.
Ahora tiene una nueva novia. Quiere convertirla en su compa�era de vida, me dice, pero para hacerlo debe reunir el coraje para pedir el permiso de sus padres.
Nagashima desliza un calcet�n marr�n, revelando un vendaje blanco envuelto alrededor de la planta del pie y los tobillos hinchados. Debajo, su piel est� en carne viva, revelando �lceras causadas por su enfermedad. "Itai", dice. Duele. Entonces sonr�e. "Gambatte", dice. Lo soportar�.
*Esta es una versi�n editada de un art�culo publicado por Mosaic y se reproduce aqu� bajo una licencia de Creative Commons.Puedes leer aqu� m�s art�culos de Mosaic.
