En octubre, Bolivia se levanta una vez más
14/10/2018 - 09:41:58
El D�a.- Como en muchos octubres, en Bolivia ocurren cosas importantes. Despu�s del mazazo de La Haya el panorama pol�tico interno empieza a tomar una ruta de esperanza. Se mezcl�, inevitablemente, la agenda internacional con la interna. Sobre la primera se ha escrito y coincido con que los lamentos no nos ayudan, pero es urgente recomponer la amenazada democracia boliviana.
D�a de la Democracia. A la vigorosa reafirmaci�n de la ciudadan�a de la conmemoraci�n del 10 de octubre de 1982 hay que sumarle la esperada emergencia de una candidatura que tendr� que devenir liderazgo para proyectarse con �xito. Desde que el empecinamiento oficialista decidi� desobedecer un mandato expl�cito de no m�s reelecci�n del Art. constitucional 168, los bolivianos y las bolivianas hemos desplegado energ�a ciudadanas para no perder la conquista del orden democr�tico con libertades b�sicas que solamente los mercaderes del alma desde�an (y los que se benefician con muy prosaicos deleites). Con toda su diversidad, plataformas y agrupaciones entre indignaci�n y compromiso han ido sosteniendo una movilizaci�n que no so�aron los masistas cuando el indigno grupo de jueces fueron contra la propia Constituci�n que deb�an proteger. Pero tal energ�a ten�a que encontrar su cauce para reinstitucionalizar la democracia en riesgo de ser desbaratada por un grupo -grande, es verdad- pero que no puede reclamarse como pueblo ya. La comprensi�n b�sica de que las disputas se definen en el voto vale en tanto se acaten por los eventuales perdedores, no solo cuando el resultado les favorece. Eso es conducta de mat�n.
Hay motivo para la esperanza cuando un partido peque�o, el Frente Revolucionario de Izquierda pone a disposici�n su registro como organizaci�n pol�tica al ciudadano Carlos Mesa. Porque la apurada aprobaci�n de la Ley de Organizaciones Pol�ticas (LOP) con el que el MAS intent� dejar en fuera de fuego a la oposici�n est� siendo sorteada por esta inicial alianza que hasta donde se sabe no condiciona, por ejemplo, la candidatura a la vicepresidencia, crucial para pensar en un arco de alianzas que evite dejar al candidato y potencial futuro gobernante en orfandad a la hora de establecer una transici�n que recomponga y vitalice el orden democr�tico y detenga la depredaci�n de la naturaleza por la compulsi�n de contar con recursos financieros para seguir alimentando la maquinaria prebendal de la adhesi�n interesada.
El mismo Tribunal Supremo Electoral, proyectista de la LOP reconoci� ese apresuramiento y hoy ya no tiene esa imagen de bloque colegiado que se rendir�a ante los engolosinados del poder. Sin el contexto de protesta ciudadana las convicciones democr�ticas de cerca de la mitad de sus titulares habr�a sucumbido sin m�s, eso no pas�, al menos hasta ahora.
Seguramente habr� m�s ciza�a y chicanas desde el oficialismo, pero la movilizaci�n ciudadana y cierta madurez del liderazgo partidario ser� muy dif�cil revertir esa debacle y los costos humanos pueden hacer que toda victoria del masismo sea p�rrica despu�s de esta voluntad reafirmada en homenaje al legado de la generaci�n que pag� un precio alt�simo para que la democracia sea.
