¿El poder corrompe el comportamiento humano?
03/09/2018 - 17:06:01
El comercio.pe.- Las investigaciones cient�ficas que estudian los efectos negativos del poder sobre la salud mental del ser humano son cada vez m�s numerosas y reveladoras. Se considera que el poder act�a como una poderosa droga, la que es capaz de cambiar para siempre la estructura y funcionamiento del cerebro humano. Las recientes componendas reveladas en los audios dados a conocer por la organizaci�n IDL Reporteros, en que algunos jueces y sus amigos intercambian favores y conspiran para mantener su plataforma de poder, son una muestra de la influencia que tiene el poder sobre el cerebro humano. Hoy haremos un breve resumen de las �ltimas investigaciones sobre esta importante rama del comportamiento humano.
Notas relacionadas
�Ruta a la corrupci�n�
El famoso historiador Henry Adams defini� el poder como �un tumor que termina matando las simpat�as de la v�ctima�. Al respecto, el psic�logo Dacher Keltner, investigador de la Universidad de California en Berkeley, ha descubierto que la persona que tiene poder sufre s�ntomas muy parecidos a los de un estr�s postraum�tico: mayor impulsividad, menor conciencia de los riesgos que toma y, especialmente, una gran incapacidad para tomar en cuenta otros puntos de vista, lo que la convierte en una persona inflexible y dogm�tica.
Dando una base org�nica a esos hallazgos, investigadores canadienses usaron estimulaci�n magn�tica transcraneana para demostrar que el cerebro de una persona poderosa pierde el �mirroring�, un sistema cerebral que permite que un ser humano desarrolle empat�a por las experiencias y sentimientos de otras personas. Esos hallazgos concluyen que una persona poderosa pierde las cualidades positivas que la llevaron a esa posici�n, cayendo en la llamada paradoja del poder, en la que crea su propio mundo y pierde la capacidad de mantener relaciones sociales saludables con las personas comunes y corrientes que la encumbraron.
De all� a la corrupci�n hay un solo paso. Tal como describimos en un art�culo anterior �y dependiendo de factores personales y sociales�, una persona poderosa puede cometer actos de corrupci�n, los cuales son facilitados por el adormecimiento progresivo de una estructura cerebral llamada am�gdala. Al principio, lo hace con cierto reparo y temor. Luego, facilitado por la situaci�n de poder que mantiene y el adormecimiento de la am�gdala cerebral, el corrupto va cometiendo delitos progresivamente mayores. El poder no solo da�a entonces el cerebro del individuo, sino que �dependiendo de su formaci�n moral� le facilita el camino a la corrupci�n.
�El s�ndrome de hubris�
Tratando de englobar y estudiar sistem�ticamente las alteraciones org�nicas y funcionales causadas por el poder en el cerebro humano, los investigadores han adoptado el t�rmino �hubris�, el cual fue acu�ado por el m�dico neur�logo y pol�tico brit�nico Lord David Owen en su libro �In Sickness and in Power�, publicado en el 2008.
El hubris es un desorden de la posesi�n de poder, particularmente del poder asociado a un �xito abrumador, que es mantenido durante muchos a�os y cuyo l�der tiene m�nimas restricciones. De acuerdo con la Fundaci�n D�dalo, sus v�ctimas presentan tres o cuatro de las siguientes 14 caracter�sticas: buscan autoglorificaci�n; act�an para mejorar su situaci�n personal; son excesivamente conscientes de su propia imagen; muestran tendencias mesi�nicas; creen que �ellos son la organizaci�n�; forman la argolla del �nosotros�; tienen una confianza excesiva en sus propios juicios y desprecian las opiniones de los dem�s; muestran una autoestima exagerada; sienten que solo la historia los juzgar�; creen firmemente que ser�n vindicados; est�n fuera de contacto y aislados; son inquietos, imprudentes e impulsivos; no son cuidadosos, pasan por alto los detalles y dejan pruebas de sus delitos; implementan mal sus proyectos y no cuidan los detalles por tener una excesiva confianza en s� mismos.
Individualmente, esos s�ntomas pueden ser interpretados como comportamientos narcisistas o arrogantes, pero que, al ser considerados en conjunto, permiten hacer el diagn�stico del s�ndrome de hubris.
�El proyecto D�dalo�
En la mitolog�a griega, D�dalo fue un inventor ateniense que, al ser encerrado con su hijo �caro en su propio laberinto, invent� unas alas hechas de plumas y cera de abeja. Al escapar volando, D�dalo le advirti� a �caro que no vuele muy alto porque el calor de la luz del sol podr�a derretir sus alas. �caro no hizo caso y emocionado al poder volar, se elev� tanto que sus alas se derritieron y cay� al mar.
Inspirado en esa historia, Lord David Owen cre� la Fundaci�n D�dalo, que tiene la misi�n de estudiar y prevenir el hubris en personas que ostentan poder, tanto en el mundo de la pol�tica como en el de los negocios.
�Corolario�
Cuenta Indra Nooyi que, al ser elegida CEO y presidenta del directorio de PepsiCo (la segunda compa��a m�s grande del mundo), lleg� a su casa �caminando sobre las nubes� dici�ndole a su madre que ten�a una gran noticia. Antes de cont�rmelo, le dijo su madre, deja tu corona en la puerta y anda a la tienda a comprar la leche. En ese sentido, se sabe que la �nica persona capaz de bajar a tierra al poderoso Winston Churchill era su esposa Clementine, quien actuaba como un ancla que lo pon�a en la realidad.
Esas an�cdotas revelan lo que en opini�n de la Fundaci�n D�dalo constituye el principal elemento en la prevenci�n del hubris: que la persona en posici�n de poder sea consciente del peligro de sufrirlo, y que sea ayudada por alguien que le sirva de ancla.
Una vez logrado ese momento, una tutor�a y consejer�a personalizadas pueden ser muy �tiles. Poner l�mite al tiempo de ejercicio del poder es otra opci�n, teniendo en cuenta que si el l�der no responde a esas medidas, debe ser removido del poder porque sus acciones frenan el avance o destruyen a la instituci�n que representa.
