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Puede que no lo sepas todo sobre el colesterol:


2016-10-18 - 20:31:36
5 aspectos importantes.

Para lograr un equilibrio en nuestros niveles de colesterol no basta con cuidar de nuestra alimentación. También debemos practicar actividad física y evitar hábitos dañinos, como el tabaco o el alcohol.

A veces, cuando nos diagnostican colesterol nos llevamos una sorpresa. ¿Cómo puedo tener mis niveles elevados si me alimento de forma adecuada y no tengo sobrepeso?

A día de hoy, son muchas las personas que aún tienen ideas erróneas sobre esta enfermedad. El colesterol no aparece solo en personas con peso elevado, ni surge cuando tenemos ya cierta edad.

Este enemigo silencioso de nuestro corazón aparece cuando menos te lo esperas. Lo peor de todo ello es que no lo percibimos, ya que no ofrece síntomas evidentes hasta que llega el primer aviso: la insuficiencia cardíaca, un infarto…

Es necesario que establezcamos revisiones periódicas con nuestro médico. No importa que tengamos 20, 40 o 60 años. Porque prevenir es vida, porque estar informados es tener herramientas con las cuales gestionar estas enfermedades.

No podemos olvidar que la primera causa de mortalidad, a día de hoy, siguen siendo las enfermedades y complicaciones cardíacas.

Conozcamos una serie de datos que nos serán de ayuda.

1. ¿De dónde procede el colesterol?

Estamos muy acostumbrados a escuchar la palabra “colesterol” con miedo, pero ¿qué es en realidad? ¿De dónde procede?

    Debemos saber, en primer lugar, que el colesterol no es malo. Su exceso sí es contraproducente, pero este tipo de grasa es imprescindible para la formación de las células de nuestro organismo.

    En el momento en que esos niveles de producción se superan, deben almacenarse en algún lugar. Nuestras arterias son, por ejemplo, esa “área de almacenaje” preferida y, en consecuencia, la más peligrosa.

    A su vez, el colesterol se forma también en el hígado. Lo cual provoca que exista un pequeño problema: también nosotros aportamos nuestra parte del colesterol al obtenerlo a través de la comida.

    Es decir, nuestro organismo obtiene el colesterol de dos maneras: a través del hígado y de esos alimentos “poco” saludables que tanto nos gustan.

Es necesario que empecemos a controlar el consumo de esos alimentos que elevan nuestro nivel de colesterol. Este dato también es recomendable en los niños.

2. El colesterol “bueno” y el colesterol “malo”

También lo escuchamos muy a menudo: el colesterol bueno y el colesterol malo. La clave está en mantener un adecuado equilibrio entre ambos y, ante todo, en no rebasar nunca la línea de los 200 mg/dl.

Veamos con detalle qué significa esta distinción entre los dos tipos de colesterol.

    El colesterol bueno o HDL se encarga de “arrastrar” el colesterol de las arterias hacia el hígado para ser eliminado. Así pues, si en tu caso este nivel está un poco más elevado, no hay riesgo.

Es algo positivo siempre y cuando, eso sí, el colesterol malo no llegue nunca a la barrera de los 200 mg/dl.

    El colesterol malo o LDL, por su parte, tiene como labor transportar el colesterol desde el hígado hasta los órganos. Es una labor adecuada, porque lo que busca es reparar las membranas de las células.

Sin embargo, el problema llega cuando hay un exceso. Porque, en este caso, lo que hará será “acumular”.

3. El colesterol y el componente genético

La hipercolesterolemia familiar es una realidad que no podemos descuidar. Hablamos de una enfermedad que se transmite de padres a hijos y que puede hacer, por ejemplo, que una persona sufra un ataque cardíaco a una edad muy temprana.

    No es algo anecdótico, sino una realidad de gran relevancia que debemos consultar con nuestro médico en caso de que nuestros padres sufran de colesterol elevado.

    La hipercolesterolemia familiar se debe a un defecto en el cromosoma 19. Esta pequeña “alteración” provoca que nuestro organismo sea incapaz de eliminar el colesterol malo o LDL de la sangre, hasta el punto de acumular grandes cantidades.

    La hipercolesterolemia familiar puede hacer también que no nos sea tan fácil reducir sus niveles. Hay cierta resistencia. No obstante, la medicación nos ofrecerá un buen resultado.

    Esta enfermedad puede hacer que una persona de menos de 40 años sufra un ataque cardíaco. En caso de no hacernos análisis periódicos el colesterol puede avanzar de modo letal sin que lo notemos.

4. Los esteroles vegetales y el colesterol

Hay quien piensa que consumiendo los clásicos preparados a base de esteroles vegetales que nos ofrecen en el mercado alimentario conseguiremos acabar con el colesterol elevado.

    Debemos tenerlo claro: los esteroles vegetales ayudan, pero no son la solución.

    En el “libro blanco de los esteroles vegetales” nos indican que consumir cada día entre 1,5 y 2,4 gramos de estos elementos nos ayuda a reducir entre un 7% y un 10% los niveles de colesterol en sangre después de tres semanas.

Así pues, para lograr un adecuado equilibrio en nuestros niveles de colesterol hemos de poner en práctica más estrategias.

5. A veces, no basta con una buena alimentación

Incrementar el consumo de frutas y verduras frescas no bastará si, por ejemplo, seguimos fumando. Reducir la cantidad de azúcar o de grasas saturadas no será suficiente si nuestro peso sigue siendo elevado.

    Pensemos que cuando las placas de colesterol han endurecido ya nuestras arterias necesitamos de muchas más estrategias para recuperar ese equilibrio interno.

    A una buena alimentación se le debe añadir el deporte, el mantenernos activos y el cambiar algunos hábitos.

    Dejar de fumar, llevar una vida más activa y conocer, por ejemplo, cuántas calorías deberíamos consumir según nuestra actividad física y nuestro cuerpo es algo esencial.

No dudes en consultar estos temas con tu médico. Cuidar de tu colesterol es vida. No lo dejes para mañana.

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