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José Percy Paredes Coimbra

Me duele Colombia


2021-05-23 - 11:14:46
Ya van más de veinte días del inicio de la violencia en Colombia; digo violencia y no conflicto, porque éstos son parte de nuestro diario vivir y pueden ser más o menos violentos, de hecho, pueden ser conflictos constructivos, como diría Galtung; pero ¿¿¿qué está pasando con nuestro hermano país Colombia???

¿Por qué las noticias que nos llegan son de muertes, desapariciones forzadas, violencia de los cuerpos llamados a DEFENDER a la ciudadanía y a hacer respetar los DERECHOS HUMANOS y la Constitución?¿Por qué la policía y los militares se ensañaron con la población civil??

¿Qué pasaría si no existieran las redes sociales y los celulares para registrar la brutalidad policial y militar contra la población que, haciendo uso de su derecho Constitucional, decidió manifestar su descontento con el gobierno de Ivan Duque?

Su tristemente famosa (y fallida) reforma tributaria, que irónicamente llamaron “Ley de Solidaridad Sostenible” fue el estopín (artificio de iniciación para las cargas de artillería)que encendió la mecha de las protestas y, el pueblo pudo expresar su descontento con un gobierno que claramente está identificado con una clase social y la ayuda y protege, en desmedro de la clase media y de los pobres del país, que son los que llevan en sus espaldas el crecimiento de Colombia.

El descontento con el gobierno de Ivan Duque, viene prácticamente desde el inicio de su gestión en 2018, a pesar de ser del mismo partido de su antecesor Juan Manuel Santos, Duque decidió dejar sin efecto muchas de las líneas de acción definidas para sostener el crecimiento económico y social en Colombia, es más, decidió tirar por la borda un proceso de paz que tantos años y dificultades costó, tanto al gobierno, como a la población y a los guerrilleros de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia); era sabido que Duque no estuvo nunca de acuerdo con las negociaciones de Paz que impulsó su antecesor. Pero la población colombiana sí tomó en serio las negociaciones, el desarme y la incorporación de estas valiosas personas al qué hacer diario colombiano, creyendo que el gobierno cumpliría con su parte, comprometida en la firma del acuerdo de Paz.

Pues entra Duque, se olvida de los compromisos asumidos, de la palabra empeñada y, en lo que va de su gestión, más de mil ex guerrilleros de las FARC, líderes de sus comunas, han sido asesinados sin que haya investigaciones, más allá de las palabras, para dar con los responsables. Las denuncias contra el accionar de la policía y ejercito, tampoco prosperan y caen en saco roto, peor ahora que desde el 28 de Abril se desbordaron y asesinan, torturan y desaparecen a su antojo sin que hayan sanciones o quien detenga ese frenesí en que se sumergieron las “fuerzas del orden”.

Sólo en lo que va del año, trescientos ex guerrilleros/líderes comunales, han sido asesinados; trescientas personas que lucharon, en todas las formas posibles, para que hubiera la posibilidad de una vida mejor para todos los colombianos y colombianas, que de buena fe creyeron que el gobierno cumpliría los cambios acordados, ya no tienen voz, fueron asesinados por el gobierno de Duque.

Lamentablemente, hasta el día 19 de mayo del presente año, es decir, las organizaciones de derechos humanos habían informado de más de 65 asesinatos, más de 500 desaparecidos y más de 1500 heridos de bala y, el gobierno dice “vamos a investigar”, “ya dimos de baja a dos, a cuatro, a otros tantos policías”; y supuestamente les dieron de baja porque fueron plenamente identificados por la población civil como los asesinos de tal o cual manifestante, en lo demás, “van a investigar”.

Es surrealista ver las redes sociales y encontrar videos donde muestran que la policía, los militares, los para militares (pagados por el gobierno), ataquen con armas de fuego a civiles que lo único que hacen es protestar pacíficamente; me llama la atención la aparición de “camionetas blancas” con vidrios oscuros, con cobardes a bordo que, aprovechando el anonimato, disparan y asesinan a quema ropa; decirles COBARDES, es poco, pero es que no hay palabras para tanta INDIGNACIÓN; estas camionetas, me recuerdan las que aparecieron y asesinaban tal cual, en Nicaragua, hace unos años atrás, cuando el imperio quería desestabilizar el gobierno de nuestro hermano Daniel Ortega; también eran paramilitares cobardes, que no lograron su cometido, pero se cargaron varias vidas valiosas. Al parecer es el modus operandi de cobardes paramilitares, porque ahora están haciendo lo mismo en Colombia, con el fin de disuadir a los manifestantes, quieren asustarlos, intimidarlos para que todo siga como siempre.

Muchos analistas coinciden en señalar que lo que hará Duque es “negociar”, “ceder”, firmar acuerdos y luego, no cumplir, hasta que la población no pueda más mantenerse en las calles y todo vuelva a la “normalidad”, su normalidad.

Sólo me parece, que Duque y sus aliados no se dieron cuenta de lo siguiente; existen millones de desempleados en Colombia, por lo menos 3,5 millones de personas fueron desplazadas de clase media a la pobreza y 2,8 millones hoy, aumentan el caudal de personas en pobreza extrema; no están viendo que la gran mayoría de manifestantes y asesinados, son jóvenes, y que éstos jóvenes no se van a rendir fácilmente, a pesar de la represión, a pesar de las violaciones, a pesar de los asesinatos.

Duele ver tanta soberbia sostenida por la violencia, la corrupción y la sangre de inocentes que sólo buscan mejores días para Colombia. Quién diría que una reforma tributaria que colocaba el peso de sostener el crecimiento de Colombia en los hombros de la clase media, ya bastante golpeada, despertaría esa enorme solidaridad entre sectores; entre estudiantes y obreros, campesinos y colectivos, entre sindicatos gremiales y pueblo de a pie; finalmente parece que no se equivocaron al llamar esta reforma de ley de SOLIDARIDAD SOSTENIBLE, ésta se está GESTANDO en las ENTRAÑAS DEL PUEBLO COLOMBIANO. Los años de individualismo y falta de solidaridad están llegando a su fin, como diría el filósofo chileno Gastón Soublette.

HASTA LA VICTORIA, SIEMPRE, ¡¡¡HERMANOS COLOMBIANOS!!!

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