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Humberto Vacaflor Ganam

Un capitán general prófugo


2020-05-24 - 20:09:50
Nunca se había dado que el capitán general de las Fuerzas Armadas se haya dado a la fuga y esté prófugo en un país vecino, como ocurre ahora con el cocalero Morales.

A pesar de haber renunciado al cargo y haber escapado, este sujeto pretende ahora, desde Buenos Aires, decidir quiénes pueden y quiénes no pueden ascender en las FFAA. No le explicaron que al renunciar al cargo de presidente estaba también apartándose de la responsabilidad de ser el capitán general de las FFAA.

Sus seguidores en el parlamento han frenado el procedimiento de ascensos del mismo modo que han frenado la decisión del gobierno de elevar hasta 10% del presupuesto los recursos destinados a salud, que él mantuvo en 4%.

Con mucha razón, el comandante de las FFAA, general Sergio Carlos Orellana, considera que la muy larga demora en el tratamiento de los ascensos es una ofensa a la institución y le ha hecho saber a la señorita Eva Copa, presidente del senado, que si no responde a tiempo, la institución, con base en la ley general de las Fuerzas Armadas, dará por hechos los ascensos.

La explicación es que hasta el año pasado, los ascensos eran decididos por las seis federaciones de cocaleros, como lo denunciaron jefes militares en 2016, revelando en un documento cómo es que los cargos de comandantes de las FFAA sólo podían ser ocupados por oficiales que hubieran prestado servicios en la novena división del ejército, de Chapare.

La denuncia decía que eso había ocurrido con los generales Alberto Daza Quezada, José Luis Jemio, Luis Ariñez Bazán, Carlos Ruck Arzabe, Wilson Colodro Arroyo, Jorge Mendieta Ferrufino, Ivar Inchauste Rioja.
Pues ahora eso ha cambiado. Los ascensos se dan según las calificaciones de los oficiales. El general Kaliman había sido octavo en su promoción, pero desde la fuga del cocalero los comandantes sólo pueden ser aquellos que hubieran tenido la mejor calificación de cada promoción.

Ahora hay un problema adicional. Dos problemas. Las consultas que le hacen el prófugo desde el parlamento tienen que ser por Internet, que en Bolivia es el más lento del mundo. Y el segundo problema es que él no sabe leer. Quizá a eso se deba la demora. Y la señorita Copa sea inocente en este caso.

Lo que podía haber hecho el cocalero Morales cuando lo decidía todo en este país, era modificar la ley general de las FFAA e introducir en ella la condición por la cual las seis federaciones de cocaleros de Chapare se convierten en el jurado calificador de todos los ascensos militares. Nadie hubiera dicho nada. Al fin y al cabo, mientras él gobernaba, nadie decía nada de nada. Después que se fue es que se produjo el destape. ¡Viva el gran destape!

Esquilo lo dijo mejor: “Ya no tienen los hombres la lengua guardada, pues, para hablar libre, se ha soltado el pueblo y el yugo que la fuerzas imponía se desató”.

El capitán general prófugo quisiera volver, pero está medio difícil. El pueblo se desató.

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