Opinión

Goni, segundo mandato

2020-01-16 - 21:54:13
“Nadie apostaba a que ganaría las elecciones y aquí ven, me tienen” nos dijo en una reunión en la residencia de San Jorge, Goni estaba hablando sobre sus proyectos con relación al gas, me dio la impresión de estar muy interesado en ajustar el proceso con las petroleras, dando la zanahoria y blandiendo el palo, la expansión de los mercados para el gas boliviano era el incentivo para que estas invirtieran y asegurarán el potenciamiento de nuevos reservorios, eso significaba reconsiderar la estructura impositiva, por una parte, por la otra era necesario construir una ingeniería logística, económica y tecnológica para tener control soberano sobre el transporte del gas.

El negocio del gas, no estaba en la producción, sino en el transporte y la comercialización, este proyecto era de dimensiones enormes para la economía boliviana y de concretarse aseguraba las exportaciones de gas en otronivel, de ahí que el asunto de “por donde se debía sacar el gas” resultaba fundamental a la hora de establecer costos, recuperación de las inversiones y utilidades. Remarcaba el asunto de las elecciones para confirmar su confianza en que sabía lo que estaba haciendo aunque no existiera una comprensión social sobre esto.

Goni apostaba alto en un momento en que sus finanzas nacionales eran cortas y no alcanzaban para cubrir los gastos de un Estado macrocefálico, si sumamos a esto los compromisos electorales de gas domiciliario, viviendas sociales, carreteras y energía, se necesitaba un nivel de ingresos que Bolivia no tenía, y que le obligaba a pedir financiamiento externo. Los organismos financieros internacionales estaban dispuestos a colaborar previo visto bueno del FMI y de tener la garantía de que las leyes respectivas serían aprobadas por el Congreso. Estabilidad política y capacidad de endeudamiento eran dos requisitos unidos a proyectos que en el futuro garantizarían su devolución. Estas son las urgencias y razones por las que Goni tiene que hacer de tripas corazón e invitar a Manfred Reyes Villa a sumarse al gobierno.

Ya expliqué cómo se produjo ese ingreso, la historia gira entonces. Al sumarse la NFR al gobierno quedaba el MAS como la única oposición política y fue en ese momento cuando se activaron los gatillos de la desestabilización.

El proceso del derrocamiento del gobierno comenzó el 15 de septiembre, con la exigencia de Felipe Quispe alias (Mallku) pidiendo la liberación del campesino Edwin Huampo acusado de asesinato, inició una huelga de hambre en la radio San Gabriel de la ciudad de El Alto, Quispe pedía que el gobierno violente la ley y desconozca la autoridad del juez que lo sentenció. Cuando el gobierno se ofreció a negociar y ver la forma de resolver este asunto, el Mallku ya tenía preparada otra demanda, esa de los 72 puntos que quedaron pendientes desde el gobierno de Tuto Quiroga. Para que sepan lo que contenían esas demandas les doy la lista:
-Apertura plena de la carretera Cotapata-Santa Barbara
-Paralización de la erradicación de los cocales en Yungas Caranavi
-Proyecto de exportación de gas a los Estados Unidos
-Proyecto de ley de seguridad ciudadana
-Desarrollo rural y saneamiento de tierras
-Apoyo a los damnificados por desastres naturales
-Mil camiones para entrega de productos

¿No es un chiste esta lista de “demandas”? abarca desde una carretera hasta mil camiones. El gobierno pensó que Felipe Quispe estaba desesperado por recuperar liderazgo y eso era lo que le empujaba a pedir de todo sabiendo que nada de ello podía atenderse de inmediato. Fue un error no darse cuenta de la intención de esta demanda. El chairo que contenía buscaba que el gobierno le dijera precisamente eso.