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Fernando Rodriguez Mendoza

Ingeniería electoral


2019-06-03 - 13:24:32
Analizando la realidad política del país, debemos partir de la premisa (entendemos por ésta a cada una de las proposiciones del silogismo, de donde se infiere y saca la conclusión) siguiente: Primero, se enterró el concepto que representaba el 21F, no solo porque el pueblo había votado soberanamente por no aceptar modificar la Constitución para habilitar a los actuales mandatarios de manera indefinida, y, eso, era suficiente argumento legal y legítimo para que no lo hagan, sino que además al no haberse modificado la Constitución propuesta y aprobada en su totalidad por el partido de Gobierno, la norma del artículo 168 esta vigente y está por encima de cualquier ley, así sea Tratado o ley internacional.No puede existir una segunda reelección (en este caso tercera); los políticos llamados de oposición enterraron estos conceptos valiosos.

Segundo, la lápida al 21F se la colocó al haber aceptado los grupos políticos opositores participar en las elecciones primarias que tenía un solo objetivo, buscar legitimar la postulación del binomio presidencial actual, dándole un viso de legalidad que los opositores con esa participación le otorgaban. La conclusión de esas dos proposiciones es que sí o sí van a celebrarse elecciones nacionales en octubre de 2019. Gracias exclusivamente a esa actitud calculadora y de intereses personales de grupos políticos y sus candidatos que están a la espera de ver que pescan en su beneficio.

Hay una premisa que no podemos dejar de considerar y es que no va a existir una candidatura de oposición única, eso ocurre en países serios en los que primero están los intereses del país, a nivel doméstico es justamente lo contrario, se lo viene sufriendo desde 1825.

Ante ese silogismo claramente demostrado, a la ciudadanía que le queda, si no apostar que siquiera exista un pequeño rasgo de renunciamiento en beneficio del país, se deberá dirigir toda la estrategia política electoral a la obtención de un número suficiente de asambleístas nacionales que no permitan que el ganador tenga dos tercios y procurar alcanzar la mayor cantidad de representantes legislativos.

Como se consigue eso conociendo la mentalidad criolla de primero yo y después yo. Si se piensa en serio en el futuro de Bolivia se debe trabajar en una verdadera ingeniería electoral para poner a disposición los elementos que permitan a los diferentes grupos de oposición con sus candidatos que participaran en las elecciones para obtener conclusiones y recomendaciones posibles.

Esta ingeniería electoral debe partir considerando que los asambleístas nacionales se eligen en la primera vuelta, independientemente si hay segunda vuelta que esta se circunscribe a presidente y vicepresidente. El estudio debe claramente establecer los alcances de votación necesarios para que en el cuadro legislativo no llegue a haber dos tercios de una tienda política. Un elemento a considerar es que debe disminuirla cantidad de candidatos, algunos lo harán para que no desaparezca su sigla y otros van a tener que analizar profundamente su realidad para retirarse.Así esta ingeniería electoral podrá sacar conclusiones más manejables y reales posibles.

Desde ya, creo que esta idea morirá en un mar de informes de ingeniería electoral en directa proporción a la cantidad de tiendas políticas y muy difícil en un estudio encargado de manera única por todos los candidatos.

Antes que nos demos cuenta llegará octubre y habrán pasado cinco meses de estériles discusiones para después echarse la culpa los unos a los otros, cuando en perspectiva todos serán responsables si se presenta el descalabro electoral.

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