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Dante N. Pino Archondo

Riesgo país


2019-04-06 - 13:43:46
Cuando se mide el riesgo país, se observan diferentes indicadores, los financieros como la relación deuda-PIB, o la solvencia del sistema bancario, el grado de acceso a los mercados de capital, también se estudian los datos macroeconómicos que muestren la fortaleza del comercio internacional, el balance fiscal y la política monetaria, es decir, se ausculta la salud económica para decirles a los posibles inversores cual es grado de riesgo que tienen si quieren colocar su dinero enuna cartera de inversiones que se pueden hacer.

Por otra parte unido a estos indicadores existen otros que se relacionan con las variables políticas, grado de estabilidad, conflictividad social, cohesión institucional, estabilidad jurídica y garantías legales para la inversión.

No es fácil vencer el examen especialmente cuando los antecedentes muestran una tendencia histórica a la inestabilidad y una constante de endeudamiento crónico unido a la exportación de materias primas cuyos precios no están bajo su control. De ahí que cuando de invertir en Bolivia se trata, las tasas de interés o de retorno de la inversión son altas.

En el gobierno de Evo Morales se han colocado bonos en los mercados de capital y con esa medida se ha desarrollado propaganda electoral interna destinada a mostrar la fortaleza de la economía nacional, lo cual tuvo el efecto de crear una atmosfera convincente doméstica que les ha llevado al convencimiento de que realmente es así.

La realidad sin embargo es dura y se encargó de desgarrar ese propósito, una de ellas fue el gas. El gas ha sido, al final la razón de ser del gobierno de Evo Morales, el derrocamiento del gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada se produjo porque se le acusó de querer venderlo a Chile y por Chile, y ese hito marcó la agenda del gas. Si algo tiene que verse con detenimiento es esto.

El gas se convirtió en la varita mágica de todo el proceso de cambio. Le dio al gobierno discurso, le permitió diferenciarse, cohesionar a amplios sectores sociales y lo más importante le dio recursos económicos que ningún gobierno desde 1952 soñó siquiera tener. El gas también le dio un vuelco de campana a la macroeconomía y cambio los déficits fiscales y comerciales en superávits, hizo crecer las reservas internacionales, multiplicar los ingresos de los gobiernos sub nacionales y soplar vientos de confianza y bonanza como nunca. Y todo eso le ha permitido a Evo Morales gobernar, hasta ahora trece años continuos, convirtiéndose en el presidente con mayor continuidad en la historia republicana.
En suma se puede afirmar que el gobierno podría durar tanto como el gas se lo permita, cosa que parece sucederá. Y es cuando esa realidad testaruda aparece con su rostro acusador y les reclama, no sin justa razón, el uso que hicieron del tesoro que la Pachamama les proveyó y que el capitalismo convirtió en miles de millones de dólares.
Cualquiera que sepa de alguien que hereda una fortuna sin haber hecho el menor esfuerzo y la dilapida sin valorarla, se aprestaría a considerarle como una persona confiable y sin riesgo, al contrario si le piden dinero, haría el mayor de los esfuerzos para asegurarse cuál es su situación real y cómo estará en el mediano y largo plazo para hacer frente a sus deudas. Lo que significa que usted consideraría a esta persona como alguien de alto riesgo no por el volumen y valor de sus activos sino por el comportamiento que ha demostrado tener. El gas así como fue la varita mágica que alimentó al gobierno se conviertió en su maldición y le cobra la factura del derroche con furia.
Tan mareados estuvieron por el dinero que les dio que nunca se detuvieron a pensar en su conservación y explotaron sus reservas hasta colocarlas en su nivel más bajo y ese capitalismo que les dio precios y dinero para derrochar ahora les quita esos precios y les deja sin el dinero que tuvieron durante años.
Bolivia es un país de alto riesgo, no tanto por sus indicadores económicos, sino por el comportamiento de su gobierno, errático, comprometido con actividades ilícitas, concentrador de los poderes democráticos y propenso a desconocer las leyes y garantías constitucionales. Invertir en el gas, aún cuando es una materia prima valiosa, no es atractivo cuando se tiene inestabilidad política y legal. Fue precisamente lo que aconteció. Las empresas petroleras no invirtieron en nuevos campos, dejaron al gobierno caminando a sus suerte y le siguieron el paso pero no lo ayudaron en nada.
Parafraseando a un chofer del gremio: un ratón no puede desafiar a un león.

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