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José Percy Paredes Coimbra

Ayuda humanitaria


2019-02-15 - 19:09:21
Inicio este artículo saludando al hermano presidente Nicolás Maduro por la ayuda que Venezuela envió a Cuba, por no bajar la cabeza y menos ponerse de rodillas ante el imperio del norte.

Pero, ¿Venezuela enviando ayuda humanitaria a Cuba? ¿No es que Venezuela no tiene ni papel higiénico? ¿De donde sacó tantas vituallas y medicamentos para enviar? ¿Son los que le sobran al presidente, sus allegados y a sus familias?

Después de tanto show mediático mostrando una realidad catastrófica en Venezuela, resulta que no había sido tan así. Que hay crisis, sí la hay, es innegable. ¿Que ésa crisis la crearon los gobiernos de Estados Unidos y sus aliados imponiendo sanciones económicas y boicoteando al gobierno del pueblo venezolano, eso es lo que no nos cuentan, verdad?
Este boicot económico representó la pérdida de trescientos cincuenta mil millones de dólares en la producción de bienes y servicios en Venezuela entre los años 2013 – 2017.

En anterior artículo ya mencioné las acciones efectuadas por EUA y sus aliados con el fin de crear esta crisis humanitaria, de hecho el fin es derrotar al pueblo venezolano y a su gobierno, para que quede en su lugar un ciudadano servil a los intereses foráneos. El guion se está cumpliendo paso a paso, aunque no están logrando que se consolide el último paso; la intervención militar estadounidense.

En la historia más cercana, vemos patrones comunes que sigue el gobierno de EUA, sea demócrata o republicano, cuando quiere invadir un país; primero lo asfixia económica y productivamente, crea una crisis humanitaria, crea enfrentamientos internos y, paso final, interviene militarmente.

En Venezuela no fue diferente, fabricó una crisis y luego logró que efectivamente existiera al estrangular su economía mediante boicots y ataques externos a la capacidad productiva y económica; a pesar de que esta es la receta para acabar con un país, Venezuela se mantiene de pie y esto es lo que no pueden aceptar Estados Unidos y sus aliados.

A toda costa quiere mostrar que existe una crisis humanitaria desesperada; Costa Rica lamentablemente se prestó al juego y, como le ordenó la administración Trump, hizo un primer envío de víveres y vituallas, respondiendo al pedido del golpista de turno, Juan Guaidó.
Naciones Unidas ya indicó que no participará de la entrega de esta ‘ayuda humanitaria’ mientras ésta no sea solicitada por el presidente Nicolás Maduro.

Es condición sine qua non que hagan entrar la ‘ayuda humanitaria’ a Venezuela, porque así justificarán la intervención militar estadounidense, que recibirá el pedido clamoroso del pueblo! (o por lo menos ese es su plan).

Mientras eso no sucede y tampoco sucede un ataque del ejército venezolano, Estados Unidos y sus aliados no tienen manera de justificar lo que se mueren por hacer; invadir Venezuela y apoderarse de la mayor reserva de petróleo del planeta, hacerse de los pozos petroleros y toda su estructura. Ya tienen a un títere dispuesto a ponerse de rodillas y aceptar todas sus imposiciones con tal de que lo mantengan en el poder.

Cínicamente critican al gobierno del presidente Maduro, cuando la escasez de bienes y servicios se debe a las políticas impuestas por la Casa Blanca, el éxodo de millones de venezolanos, su desarraigo, se debe a sus intereses. Su desesperación ya no se puede disimular; ni bien el diputado Juan Guaidó se autonombró encargado de la presidencia de Venezuela, Trump lo reconoció como el nuevo presidente; por poco y Trump sale a reconocerlo antes de que el anuncie su decisión al pueblo venezolano. Lo propio hicieron sus socios; abrió la boca Guaidó y ya había una jauría lista para aplaudirlo y apoyarlo.

Consciente del peso que tiene Estados Unidos, Donald Trump convocó al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para tratar un único tema: Venezuela y la urgencia de que el presidente legítimo entregue el poder al golpista, para devolver la gobernabilidad al país caribeño.

Luego de la reunión extraordinaria, donde el 54% de los países dio su apoyo a Venezuela y su gobierno legalmente constituido, Nicolás Maduro sale fortalecido. A pesar de ello y de la declaración de este 54% que afirman que no aceptarán injerencia extranjera en los asuntos que conciernen a la soberanía de sus Estados miembro, la noticia que se da al mundo y que circula como virus en las redes sociales es que países como Estados Unidos, España, Francia, Alemania, Argentina, Brasil dan su apoyo a Juan Guaidó.

Es decir, intentan esconder los resultados de la reunión extraordinaria del Consejo de Seguridad de la ONU con declaraciones individuales de presidentes y voceros, de manera aislada, queriendo dar la sensación de que el mundo apoya este nuevo golpe de Estado.

Sin embargo, y cuando se veía difícil la posibilidad de que el presidente electo pueda gobernar (Estados Unidos y otros países europeos, bloquearon las cuentas de Venezuela en sus territorios, de manera arbitraria y en flagrante injerencia en la política interna de este hermano país), la verdadera ayuda humanitaria llegó de donde menos se esperaba; los gobernantes de México y Uruguay propusieron la creación del Grupo Internacional de Contacto (ICG) sobre Venezuela.

Esta iniciativa fue aceptada por el presidente de Venezuela en aras de lograr la pacificación y gobernabilidad de su país, también la apoyaron CARICOM (Comunidad de Estados del Caribe) Bolivia y países como Grecia, China y Rusia. Obviamente quienes están desesperados por tomar el poder en Venezuela rasgan vestiduras e indican que esta iniciativa es solo una manera de ganar tiempo para Nicolás Maduro y decidieron no participar. Pero sobre estos otros hablaremos en próximo artículo.

Este grupo de naciones se reunió en Montevideo y elaboró un documento llamado “Mecanismo de Montevideo”, donde queda claro que lo que se quiere lograr es mantener la paz en el continente y evitar el intervencionismo. La Iglesia Católica, representada por su máxima autoridad, el Papa Francisco, apoya esta iniciativa y se ofrece para estar presente e intermediar entre las dos partes (gobierno de Venezuela y oposición) durante el proceso del Mecanismo de Montevideo, siempre y cuando ambas partes lo requieran.

Esta es una lección de madurez; esta propuesta, el respaldo que tuvo, las personas que se involucraron nos están mostrando que ya pasó el tiempo en que todo tenía que resolverse de manera violenta; nos muestra que el diálogo no sólo es deseable, sino que es posible si queremos verdaderamente el desarrollo y crecimiento de nuestros países, por encima de intereses personales.

Bienvenido sea este tipo de ayuda humanitaria.

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