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Marcelo Ostria Trigo

Salud: Planes y propaganda electoral


2018-11-03 - 09:02:26
En la clausura del reciente Encuentro Nacional por la Salud y la Vida, el presidente Morales expresó que “en poco tiempo la salud pública tiene que ser mejor que la privada, es la meta que tenía”. Claro que no se sabe cuándo se había fijado esa meta, pues ya ha pasado más de una década de graves carencias en la salud pública.

El presidente también afirmó: "Ahora se pueden garantizar mejores hospitales equipados con modernas tecnologías gracias a las políticas económicas aprobadas a pedido del pueblo boliviano". Pero no se percata de que esas políticas económicas se basaron en el extraordinario alza del precio internacional del petróleo y el gas, y que, ahora, por las nuevas circunstancias del mercado de los hidrocarburos los futuros contratos de provisión de gas podrían no ser tan favorables, a lo que se añade un nuevo panorama político continental con los cambios de gobierno en Brasil y Argentina.

Claro que cuanto se haga en favor de este sector será bienvenido. Pero no es creíble que con la propuesta del citado Encuentro de que el Gobierno central sea el “rector pleno de los centros médicos de tercer y cuarto nivel”, se vaya a lograr el propósito del presidente de que el sistema público logre superar al sector privado de la salud.

Por otra parte, no se trata de competir, sino de aunar esfuerzos; y tampoco de acusar a médicos de clínicas privadas de dañar equipos de los centros públicos, sin exhibir pruebas. Menos se contribuirá a una solución recortando –como se propone– recursos de los gobiernos municipales y departamentales para que el Estado maneje directamente los centros médicos.

El estatismo ha probado su ineficiencia: La mayoría –si no todas– las empresas estatales, creadas en estos doce años, pierden o no son competitivas. Se confirma así que, en general, el Estado no es un buen administrador. Esto, particularmente, cuando predominan las injerencias político-partidarias. Y, como si no hubiera esta advertencia, el centralismo desea manejar todo el sector de la salud y que en la futura ley del SUS se prevea que los beneficios a los pacientes sean aplicados sin "intermediación ni tercerización" y bajo un sistema de control social”.

La preocupación generalizada por el estado actual de la salud en Bolivia proviene de recientes revelaciones de carencias y de mala gestión de los centros de salud pública, y se pretende echar las culpas al sector privado de la salud, cuando está a la vista que se intenta disimular la ineficiencia e indolencia oficial de más de doce años. Además, todo esto ya es parte de la propaganda electoral en favor de un presunto candidato presidencial: el actual jefe de Estado.

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