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Marcelo Ostria Trigo

Miente, miente que algo queda


2018-06-07 - 11:06:08
Se atribuye a Voltaire (François-Marie Arouet) la afirmación de que “la política es el arte de mentir a propósito”. Y como falsear los hechos ya es frecuente, también se ha generalizado aquello de que “miente, miente, que algo queda”; una frase usada por Joseph Goebbels, jefe de la propaganda nazi, aunque se duda de que esta le pertenezca. Pero cualquiera que sea su autor, representa la conducta cínica de los que, desde el poder, están resueltos a usar cualquier arma innoble para prevalecer.

Ahora, las mentiras políticas ya no son solo de los funcionarios a cargo de la propaganda oficial, sino también de quienes encabezan gobiernos autoritarios. Además, se advierte que hay varias clases de mentiras con intenciones políticas: por ejemplo, atribuirse, o atribuir al jefe, logros inexistentes; culpar a los opositores de atentar contra el pueblo al aliarse con supuestos enemigos de la patria -especialmente con el llamado “imperio”-, y afirmar que la disidencia sabotea, con fines golpistas, los planes del Gobierno. Esto no es todo: las mentiras también afloran cuando se pretende justificar conductas violentas desatadas para acallar justas demandas.

En esto de mentir, hay aventajados reincidentes. Un solo ejemplo: el presidente venezolano, Nicolás Maduro, aseguró el 16 de enero que su Gobierno “superó la meta de atención de salud al 100% en ocho estados”; y que “…en Venezuela la industria farmacéutica tiene capacidad para producir todo lo que necesita”; esto precisamente cuando es ostensible que los hospitales de ese país están en condiciones desesperantes.

Otra forma de mentir es ofrecer lo improbable. El presidente de Bolivia, al inicio de su gestión, afirmó que "estaremos mejor que Suiza en 10 o 20 años", y que durante su presidencia no habría “ni un solo muerto” por causas políticas, y ya son más de 80 las víctimas fatales por la represión y los enfrentamientos sectarios. Por otra parte, los fanáticos llegan a creer que la mentira se convierte en verdad solo porque el embuste proviene del caudillo que ejerce el poder. Y entonces amenazan, y ya es corriente que estos defensores del oficialismo -entre ellos, sectores de cocaleros- declaren “personas no gratas” a los que defienden la verdad y la legalidad, suponiendo que está vedado exigir el cumplimiento de lo que resuelve el pueblo en las urnas, como sucedió con el referendo del 21 de febrero de 2016, y niegan que se trata de defender la vigencia de las libertades democráticas.

Mientras tanto, a seguir mintiendo...

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