Opinión

Nosotras y nosotros

2016-10-19 - 19:21:06
Persiste una guerra entre puristas que defienden el masculino como uso genérico en la lengua española y quienes encuentran que el uso masculino en el plural es reflejo de una inveterada actitud machista.

Este tema trasciende el ámbito puramente idiomático: hay un trasfondo político y un feminismo poco prudente, ajeno al objetivo justificado de lograr la igualdad entre mujeres y hombres. Es que apropiadamente se afirma: “Género tienen las palabras (algunas), pero yo no. Yo tengo sexo masculino” (Manolo Merino en “Por qué lo llaman género cuando quieren decir sexo”. (Blog Primum non nocere. 28.10.2007).

Como se ya extendió ese “ellas y ellos” (está presente en la Constitución de Bolivia: “Presidenta o presidente”, “Ministras o ministros”, etc,) vale la pena poner de manifiesto que la Real Academia de la Lengua Española encuentra errónea esa forma de expresar a un conjunto de “ellos y ellas”, y no le asigna visos de discriminación al uso del genérico masculino.

A propósito, también el “ellas y ellos” se lee en la Constitución venezolana. Asimismo, la expresidente argentina Cristina de Kirchner, en sus arengas, comenzaba con “A todos y a todas”.

Como resultado de la preocupación generada por las objeciones de los “reformistas”, Ignaciano Bosque, miembro de la Real Academia Española, asumió la tarea de aclarar este asunto en un extenso análisis —luego suscrito por todos los académicos: “Sexismo lingüístico y visibilidad de la mujer”. No es posible en el espacio de una nota de opinión referir toda la argumentación de este lingüista. Va solamente una de sus observaciones: “… las propuestas de las guías de lenguaje no sexista conculcan aspectos gramaticales o léxicos firmemente asentados en nuestro sistema lingüístico, o bien anulan distinciones y matices que deberían explicar en sus clases de Lengua los profesores de Enseñanza Media, lo que introduce en cierta manera un conflicto de competencias. No hay, desde luego, ilegalidad alguna en las recomendaciones sobre el uso del lenguaje que se introducen en esas guías (…) sin tener en cuenta sus puntos de vista (de la Real Academia), cuando no despreciando abiertamente sus criterios”.

Mientras tanto, con gran respeto a la mujer, también yo creo, como Jesús Ríos Mantilla, que se trata de la “la forma de abordar la creciente tendencia política y social a diferenciar masculino y femenino y prescindir de nombres genéricos (lo que) provoca un debate en la RAE”. Y repito: ¡Vive la différence!