Fernando Rodriguez MendozaMe gusta el carnaval
2015-02-15 - 21:26:33
Cada llegada de Carnaval se genera la inevitable discusión sobre si debieran o no mantenerse los feriados por las carnestolendas y qué de positivo tienen unas jornadas en las que vemos derroche de alcohol y excesos de todo tipo. Personalmente me gusta el Carnaval, pero aclaro, no porque sea un carnavalero de viejo cuño (nunca lo fui) o tenga intereses en estas fiestas; no, me alegra y gusta por varios motivos. Carnaval genera un movimiento económico alto que permite a muchos sectores de la sociedad cruceña tener ingresos considerables adicionales a sus labores cotidianas, y esa generación de gastos genera un movimiento económico temporal en la ciudad que permite que muchísimas familias tenga dinero extra para encarar su presupuesto por varios meses. Como no se va a alegrar alguien ante este hecho positivo.
Los carnavaleros que fueron y dejaron de serlo y las personas que nunca lo fueron o participaron esporádicamente, aprovechan esos días para dejar la ciudad y buscar lugares de descanso, generando,por una parte, una fuerte actividad de turismo interno que genera un movimiento económico importante y, porla otra, permite a los viajeros retomar fuerzas para encarar sus actividades cotidianas a su regreso.Es otro hecho positivo, y así debemos verlo.
Los espectáculos que se generan tanto en el corso cruceño como en la entrada folklórica de Oruro son actividades que posibilitan a mucha gente contemplarlas; es una actividad esperada durante todo el año, uno de los pocos espectáculos, si no el único, al que se puede acceder sin costo alguno o con uno muy pequeño.
Finalmente están los carnavaleros, de toda edad, de toda clase social y de todo color, los que disfrutan día a día y, en muchos casos, noche a noche, de esta fiesta sin límites, que ponen durante esos días toda su alegría, su esfuerzo y su creatividad para pasarla lo mejor posible,y así lo disfrutan. Cómo poder estar en contra de los carnavales que tienen tantas cosas positivas, lo que obliga a las autoridades a buscar su permanente mejora. Que hay excesos, es cierto, pero estos igual los estamos viviendo día a día sin que sea carnaval.
