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Susana Seleme Antelo

Hay que botar a todos


2013-06-16 - 17:52:15

¿Solo a los jugadores de football, quienes hacen lo que pueden sin buenas escuelas que los formen y entrenen, que les den de comer bien,  que los disciplinen e incentiven para ser mejores, como pide el ‘Vice’? Produjo atisbos de alegría su invocación porque, como dijo un amigo, creímos que a quienes hay que botar son a “Quintana, Rada, los Sacha, los nuevos ricos de su partido, los extorsionadores, los pillos, los bloqueadores y coimeros”. Así piensa una gran mayoría ante la  fanfarria gubernamental en desmedro de la democracia y la política libres de toda sospecha de corrupción.

No cometería delito alguno si pregunto por qué no incluimos a los dos máximos mandatarios y a todos los funcionarios públicos de este país pluri-mamarrachos, ya que  ninguno rinde cuentas de nada ni ante nadie. Me explico: en la función pública de la era Morales impera el número CERO: 0 transparencia, 0 rendición de cuentas, 0 fiscalización. Y así va la democracia herida, sin frenos ni contrapesos  en la dinámica política y social frente al uso de recursos públicos, o su mal uso, o uso dispendioso con indicios más turbios que claros sobre su manejo y gestión.

El mejor ejemplo es el programa estrella del presidente: “Evo Cumple”. Gracias al trabajo  de investigación de un equipo de Unidad Nacional que dirige Samuel Doria Medina, “La verdad sobre Evo cumple”, hoy es una verdad inobjetable que “Evo cumple” incumplió procedimientos de manejo fiscal y contratación de obras. No es invento de un político opositor: ahí están los esqueletos  inconclusos de ladrillos y cemento con el monte creciendo adentro y los entornos, además con sobredimensionadas infraestructuras en número y necesidades.

Sin embargo, lo más oscuro del “Evo cumple” es que las obras han sido pagadas con dinero de los bolivianos, no con una donación del ya difunto presidente Hugo Chávez, que de magnánimo no tenía ni un pellizco, al menos en este caso. Esos dineros,  cerca de 500.000 millones de dólares,   provenían del pago que Bolivia hacía a Venezuela por la compra de diesel, entre 2006 y 2012, con un importante detalle: para eludir controles fiscales en Bolivia, la embajada de ese país entregaba cheques, cuyos montos se sumaban mensualmente al precio del diesel que Bolivia importaba.

Es una de las acciones más oscuras  del gobierno de Morales y las hay en abundancia. Sobre “Evo cumple” existió siempre un mar de dudas sobre el financiamiento a las obras, pues si bien el propio Evo Morales afirmaba  que provenía de una donación personal del extinto presidente Hugo Chávez, no se sabía si era donación, préstamo o intercambio. En el informe “La verdad sobre Evo cumple”, se cita una frase del ministro Carlos Romero que apunta al meollo del asunto: “el dinero provenía de un crédito venezolano, con el que Venezuela se pagaba el diesel ‘inflado’ que le vende al país”. A confesión de partes relevo de pruebas.  Que el desembolso de los recursos se efectuaba vía la embajada de Venezuela en La Paz, confirmaría la injerencia  de ese país en Bolivia, al menos mientras Hugo Chávez vivía.  

Es decir, Venezuela nos cobraba el diesel indexado y Bolivia eludía el control fiscal . Ambos fueron cómplices de una estafa, cuya definición, según la Real Academia  de la Lengua, es un “Delito consistente en provocar un perjuicio patrimonial a alguien, mediante engaño y con ánimo de lucro”. Los engañados fuimos los bolivianos, el lucro para el gobierno  venezolano,  y con dinero del pueblo, “Evo cumple-Ave Evo” hizo campaña política durante 6 años, comprando conciencias con dádivas populistas, pero con dineros de la sociedad boliviana.

¿Y la accountability?
La ausencia de transparencia no es poca, pues  remite a otro cero: 0 ética política en el manejo  de la cosa pública. Lo que algunos países anglosajones denominan “accountability”, aquí brilla por su ausencia: 0 rendición de cuentas sobre las decisiones políticas y económicas; 0 informe sobre temas de la administración pública; 0 transparencia en el manejo de esos temas; 0 responsabilidad por las acciones que toman los gobernantes; 0 ética tanto en la gestión pública, como en la vida privada.

“Evo cumple” también incumplió tres niveles de la rendición de cuentas: i) hacia arriba en relación a los donantes y a los requerimientos del sistema legal y regulatorio del país, que como vimos los eludió impunemente; ii) hacia abajo,  frente a las personas, comunidades  y población a las que se brinda servicios, se ofrece y construye obras, y iii) horizontal, hacia los propios pares. Nada de eso ha cumplido Evo Morales, sino todo lo contrario
¿Y la ley SAFCO para el control fiscal, conquista de la democracia recuperada, que los del MAS llaman despectivamente democracia neoliberal o pactada? Con “Evo cumple”, Morales mandó la ley SAFCO al basurero y, sin embargo, el gobierno ha embargado el periódico El Diario y están en la mira otras empresas, algunas periodísticas, con moras impositivas, sin que se les otorgue posibilidades de planes de pago con las penalidades que correspondan. El tratamiento es a todas luces inequitativo: ¿quién le cobra al presidente sus trampas al fisco por “Evo cumple”?

Y no son pocas,  pues ya sabemos que se cometió estafa: se invirtió  $us 495.000 millones en 4.214 proyectos, entre 2006 y 2012, apunta el diario El Deber (05/06/13).  Según despachos de prensa, hay 11 proyectos inconclusos ubicados en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, otros hay en Beni y Cochabamba, a los que se agregan los casos del Coliseo cubierto en Boyuibe, en el departamento de Tarija;  otro “esqueleto” en Cuatro Cañadas, en el departamento de Santa Cruz, un Hospital en San Vicente de la Frontera, en la provincia de Velasco, en el mismo departamento,  bautizado con el nombre de Fidel Castro.

La rendición debiera tomarse en cuenta para la legitimidad del poder político y debiera formar parte de la agenda del debate público, también ausente en Bolivia. Es una parte esencial de la democracia  pues crea frenos y contrapesos  en la dinámica política y social frente al uso de recursos. En el caso de “Evo cumple” el crédito se está pagando con dinero de los bolivianos, o hasta con papel higiénico, que Bolivia debe importar, tras el acuerdo a puerta cerrada entre Evo Morales y Nicolás Maduro, hace dos semanas. El país importa papel higiénico, pues Papelbol, que debiera abastecerlo para el consumo interno,  no produce nada: es otro elefante blanco del gobierno en el Chapare,  la zona cocalera con sus poderosas 6 federaciones de campesinos que cultivan los arbustos de hoja de coca, materia prima de la cocaína. El presidente de esas federaciones es hace 17 años el también presidente  de Bolivia, Evo Morales.

A falta de argumentos que desmientan la solvente denuncia de Doria Medina, el gobierno responden con diatribas, insultos, amenzas, y ponen ‘cara de yo no fui’,  sin dar explicación sobre las obras inconclusas, mal ejecutadas y lo que es peor, sobre el despilfarro de recursos en obras innecesarias. Sobre todo, frente a las enormes necesidades del país y su gente, ya que no fueron financiadas con dineros donados, sino con nuestro dinero. Ahora, el presidente dice que ampliará el programa con recursos del Tesoro General de la Nación, sin rendir cuentas y sin transparencia alguna, desde luego.

En resumen, “Evo cumple” es parte sustantiva de la campaña política para la reproducción en el poder de Morales y compañía, en una re-re-reelección inconstitucional, por mucho que el Tribunal Constitucional la haya aprobado. “Métanle, por encina de lo jurídico, está lo político”, habrá dicho una vez más. Así ha manejado su “Evo cumple”, comprando conciencias con plata de la gente, la que paga impuestos y la que trabaja. ¡Ojalá se vayan todos en 2014!

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